Capítulo 6:
Mi coraje se transformó en tristeza cuando vi la reacción de Nabi. Me separé de Freen y fui al lado de Nabi, le tomé la mano y ella se aferró a mí. Creí que quizá me rechazaría y correría con su padre, después de todo él es su padre y ella aun lo amaba.
-Freen, -jadeó Kirk cuando la vio. Se tapó la boca con las manos. No sabía si esperar que fuera un gran reencuentro o que ella lo rechazara, solo sabía que si era la primera mi corazón se rompería. No esperé a verlo, tomé a Nabi de la mano y la puse de pie.
-Becky, ¿A dónde vas? –preguntó Freen cuando volvió a la realidad.
-Nabi necesita alejarse, habla con el Freen, voy a comprar algo para beber o algo –estaba luchando desesperadamente por contener las lágrimas. No la miré a los ojos, solo quería salir corriendo y no estaba segura porque. Freen no había hecho nada para pensar que fuera a volver con Kirk.
-Pero -me tomó por el brazo pero me solté y solo cargué a Nabi y me fui. Llegamos a un pequeño puesto ahí en el aeropuerto y senté a Nabi en una de las sillas. Podía sentir mi cuerpo comenzar a temblar por los sollozos pero logré tranquilizarme. No estaba segura de haber hecho bien al alejar a Nabi pero ella no dijo nada.
-Nabi, lo siento. ¿Quieres que te lleve con tu papá? –dije limpiándome rápidamente las lágrimas. No dijo nada y me giré para mirarla. Estiró sus brazos y tocó mis mejillas.
-No llores, ¿Por qué lloras? papá no merece tus lágrimas.
-No es por tu papá Nabi, es… realmente no sé qué es, probablemente el verte llorar a ti. ¿Estás bien?
-Sí, solo me sorprendí y cuando escuché su voz recordé mis pesadillas pero estoy bien. ¿Tú, cómo estás?
-Bien, eso creo.
-¿Qué hacemos ahora? –preguntó frunciendo el ceño.
-¿Quieres volver allá? Creo que tu papá aun no se va, puedes hablar con el y tal vez tu mamá pueda volver a estar con el, -mi corazón se encogió al pensar en esa posibilidad.
-Ah, ya entiendo. Es eso lo que realmente te preocupa, ¿no es cierto? Que mi mamá vuelva con mi papá. No te preocupes, ella te ama me lo dijo.
Estaba a punto de decir algo pero alguien vino por detrás y me abrazó. Me giré y vi que era Freen. No sabía qué decir.
-¿Por qué te fuiste? –dijo después de un rato.
-Quería darte privacidad, -dije bajando la mirada.
-¿Privacidad? ¿Qué se supone que quieres decir? ¿Para qué voy a querer privacidad con Kirk Y te llevaste a Nabi, me dejaste sola.
-Lo siento, estaba -no dije nada, seguía sin saber qué decir.
-Ella creía que la ibas a dejar por papá, ¿verdad que eso no va a pasar mamá? Tú la amas.
-Rebeca –no levanté la mirada y ella tomó mi mentón y subió mi cara. Una lágrima cayó de mi ojo y ella la limpió con sus labios. -¿Es eso cierto Bec? ¿De verdad creías que te dejaría por el? ¿Qué tipo de persona crees que soy? Acabo de decirte que te amo, traté de demostrarlo en la playa. Y de verdad
-No lo dijiste, -lo interrumpí. Me miró y frunció el ceño.
-¿Cómo?
-No lo dijiste, no dijiste que me amabas. Yo te dije, tú me besaste y Nabi comenzó a llorar y después de eso no lo dijiste, -se quedó callada, pensando. Después de unos segundos que me parecieron eternos asintió.
-Tienes toda la razón, no te lo dije, -me miró y sonrió, tomó mi rostro y besó mi nariz –Te amo Rebeca Patricia Armstrong hiciste mi corazón más grande, ocupaste la mitad de él. La otra mitad es de Nabi claro, pero tú tienes la otra mitad. Aun así, no entiendo cómo pudiste pensar que te dejaría por Kirk, quizá no te dije que te amaba pero, ¿no te quedó claro? Solo un monstruo podría actuar de la forma en la que actué contigo y a la primera señal de un amor pasado dejarte. No te voy a dejar, nunca. Te amo, te amo, te amo. Si no es suficiente puedo gritarlo, hay muchos testigos.
-No, no lo hagas, -dije sonriendo. –Te creo, también te amo.
Sonrió y me besó, aun con mi rostro entre sus manos. En ese momento nos hablaron para abordar el avión y subimos tomados de la mano y Nabi en los brazos de Freen. No volvimos a mencionar a Kirk, ella no me dijo de lo que hablaron y yo no le pregunté. No estaba segura de querer saber.
Los días pasaron y cuando menos lo pensé habían pasado cuatro meses. Cuatro grandiosos meses. Me mudé a casa de Freen la semana después de la playa, puse mi casa a la venta y los muebles también. Creí que sería incómodo vivir con alguien, después de todos esos años sola. Pensé que quizá sería una intrusa, pero no fue así, Nabi y Freen me aceptaron a la perfección.
Había visto a la familia de Freen muy poco pues regresé a trabajar. El poco tiempo libre que tenía lo gastaba en Nabi y Freen. No me podía quejar, todo era grandioso. Nam había ido a visitarme en varias ocasiones al hospital, era extraño pero sentí que quería distraerme de algo.
Un día fue a visitarme y entablamos plática rápidamente, como siempre. Su vientre estaba más grande, mucho más grande. Su doctor le había pedido que no saliera a partir del séptimo mes, ya que era peligroso para los gemelos.
-¿Qué harás todo el tiempo que te queda? Es decir, son dos largos meses en cama. ¿Qué planea hacer Heng? –dije mientras observaba algunos expedientes de pacientes pasados. Tenía un caso de un niño con una enfermedad que había visto con anterioridad, pero no estaba segura qué era.
-No lo sé, quizá se volverá loco –dijo riendo. Sonreí también.
-Vengo en un momento Nam, tengo que ir por más expedientes, -suspiré y levanté el montón que tenía sobre el escritorio.
-No, espera. Puedes ir en -consultó su reloj –diez minutos.
-Regresaré en menos de 5, es solo que tengo tiempo límite para entregar estos y ya me pasé por un día. No quiero ni ver lo que me van a cobrar, -rodé los ojos y suspiré.
-Está bien, pero asegúrate de regresar.
-Claro, vuelvo en seguida.
Salí y caminé por los pasillos. Llegué al archivero y ahí estaba noey, el enfermero encargado de los archivos. Era una suerte que fuéramos amigos, así las multas eran menos severas.
-Hola Becky, llegas un día tarde querida.
-Lo sé, de verdad lo siento, -me froté los ojos cansinamente.
-Mira esas ojeras, ¿Qué es lo que haces en casa señorita? ¿A caso la señorita de ensueño no te deja dormir picarona? –dijo dándome un codazo despacio en el brazo.
-Claro que no, no lo sé, he estado muy cansada últimamente.
-¿Segura que no estás enferma? Deberías hacerte una revisión general, solo para estar seguros.
-No, no es necesario. Estaré bien cuando tenga un día libre, dormiré todo el día.
-Muy bien, pero asegúrate de hacerlo.
-¿Cuánto te debo ahora? –dije sacando mi cartera.
-Oh, nada nena. Puedes irte con la conciencia limpia.
-Vamos Noey, comenzaré a sentirme mal si no te pago.
-No te preocupes, me lo pagarás en otra ocasión.
-Gracias de nuevo, nos vemos después.
-Sí, hasta luego Becky, espero que te revises pronto, solo para prevenir.
Hice un ademán con la mano y me alejé. Iba camino a mi consultorio de vuelta cuando vi a Freen. Fruncí el ceño y vi que estaba hablando con una enfermera. Estaba abrochando los botones de su camisa y se veía seria. Me acerqué cuidadosamente por atrás y piqué sus costillas. Se asustó y se giró.
-¡Becky! Me diste un susto de muerte. ¿Qué haces aquí? –parecía nerviosa, pasó varias veces la mano por su cabello.
-Bueno, debería ser yo quien te pregunte. Yo trabajo aquí, ¿recuerdas?
-Cierto, -la enfermera le habló y le dio un papel que guardó rápidamente en su pantalón.
-Freen, aun no me contestas. ¿Qué haces aquí?
-¿Yo? Nada, vine a una cita con mi doctor, me sentí un poco mal de la cabeza, eso es todo.
-Claro, ¿por eso estás en el área de cardiología? Freen no me mientas, eres igual de mala que yo mintiendo.
-Freen, -dijo alguien detrás de mí. Me giré y vi a Nam.
-Nam, ¿Qué rayos? –entonces lo comprendí. Nam miraba a Freen como disculpándose. Todas esas visitas a mi consultorio eran para mantenerme lejos de aquí. –Freen, ¿podrías explicarme qué es lo que haces con un cardiólogo? ¿O es acaso que vienes con la doctora, con la enfermera, con quién Freen?
-Becky, estás siendo ridícula –dijo suspirando.
-Becky cálmate, -dijo Nam acercándose.
-No me calmaré hasta que me expliquen qué pasa aquí.
-Hablaremos en la casa amor, por favor, –sus ojos me miraron de forma que no me pude negar. Respiré profundamente varias veces para calmarme.
-Promételo, -le dije apuntándola con el dedo. Mis ojos estaban húmedos, no estaba segura si era por el coraje o la preocupación.
-Te lo prometo, -asentí y comencé a caminar hacia mi consultorio. Pero ella me alcanzó.
-¿No vas a despedirte? –dijo abrazándome por la cintura. La fulminé con la mirada y ella me sonrió un poco. Había algo en sus ojos que no lograba adivinar.
-Estoy muy enojada contigo Freen Sorocha. No sé si -me interrumpió con un beso. Y como cada vez que sus labios se topaban con los míos, olvidé todo, le respondí y después la abracé. Ahora sabía que mis lágrimas sí eran de preocupación. Comencé a sollozar y ella me abrazó más fuerte.
-No llores mi vida, por favor, -intenté calmarme y después de un momento lo logré. Freen me soltó después de que me calmé y me acompañó a mi consultorio, me besó una vez más y se marchó.
Esperé toda la tarde impacientemente a que terminara mi turno. Me parecieron días en lugar de horas. Atendí a varios pacientes más, pero no fue muy divertido. Un niño me vomitó y tuve que tomar una ducha. El día terminó, al fin y corrí a recoger mis cosas. Fui a mi auto y me dirigí a casa. Por suerte Freen había programado mi propia huella en la puerta principal desde antes de la playa, para que pudiera pasar sin tener que tocar. Entré rápidamente sin hacer mucho ruido. Escuché voces en la cocina y me acerqué ahí, pero sin poder ser vista. Estaba oculta por la oscuridad.
-¡Yo te dije Freen! Ella no es de papel, tiene corazón al igual que tú. ¿Por qué no le dijiste desde el principio? –Nam parecía muy alterada y con la voz quebradiza.
-Nam, amor. Cálmate, -escuché la voz de Heng.
-Nam, entiéndeme. No quería que se fuera. Fue muy egoísta de mi parte, pero no podía dejarla ir, -ahora estaba aun más desconcertada. Freen sonaba torturada y como si estuviera al borde de las lágrimas.
-Freen, no lo entiendes, si algo llegara a pasarte ella se quedaría sola. Kirk tendría a Nabi pero ¿Qué hay de ella?
-No lo sé Nam, no quiero pensar negativamente
-¡¿Que?! Oh vamos, no me vengas con toda esa mierda, estoy harta de tus excusas, eres una maldita egoísta Freen Sarocha! Dices que la amas, si es así ¿entonces por qué no haces lo correcto y le dices? Ella está grandecita Freen, puede tomar sus propias decisiones. ¡Y luego haces lo de Nabi y no me dices nada! ¡Sabes que yo lo cuidaría mil veces mejor que ese perro!
-No lo llames así, es el padre de Nabi, no puedo hacer nada contra eso. Mi testamento está aclarado, no pienses que lo voy a cambiar. ¿Cómo quieres que te deje una carga más después de los gemelos que vas a tener snam? O a Becky, solo pienso en lo mejor para los 3.
-Sabes que NABI, NUNCA sería una carga, JAMÁS. Por el contrario, para Kirk sería un gran sacrificio.
-He estado hablando con el Nam, no ha dejado de pensar en él en todo el tiempo que
-¡Freen, por Dios! ¡No puedes ser tan ingenua para creerle!
-Muy bien, es suficiente, pueden continuar después. Nam, basta, nos vamos ahora mismo. Tú presión está muy alta cariño, por favor no me obligues a sacarte a la fuerza.
Esto de escuchar conversaciones ajenas no era muy bueno. No estaba segura de entender todo. Pero todo lo que habían dicho había provocado que mi cuerpo quedara en shock. ¿Freen iba a morir? ¿Kirk cuidaría de Nabi? ¿Freen siendo egoísta conmigo? No, definitivamente no entendía nada. Me quedé ahí parada con las lágrimas cayendo de mis ojos. La luz iluminó la estancia y ahí estaban Nam y Heng. Nam me miró y jadeó.
-Oh Becky, lo siento tanto. No debiste escuchar eso, lo lamento, -comenzó a llorar y Heng la llevó de la mano a la salida.
-Lo siento mucho Becky, nos veremos cuando Nam esté más calmada, -se disculpó Heng, rápidamente llevó a Nam fuera y cerraron la puerta. Me quedé ahí, solo mirando a la nada.
-¿Bec? –escuché a Freen. No sabía qué hacer, no estaba segura de querer saber ahora. Era mejor vivir en la mentira y la fantasía en la que Freen me ama y los tres vivimos como una familia. –becky, mírame.
Me giré lentamente para verla, pude ver el dolor en sus ojos. Me estaba rogando por algo, pero no estaba segura de qué era. Se acercó a mí y tomó mi mano. Sorprendentemente la alejé. Ella se veía dolida pero no me importó, lo único que quería era salir corriendo.
-Becbec, por favor. Necesito explicarte, -no dije nada y esperé a que continuara. Intentó acercarse a mí de nuevo pero me alejé. No tenía la fuerza para decir algo. Ella suspiró y se rindió. –He tenido problemas cardiacos desde que era una niña. He tenido dos trasplantes pero no parecen funcionar después de unos años. No te lo dije porque temía que te alejaras de mí. ¿Quién querría a una mujer débil y que necesita cuidados constantemente? Entonces decidí no decirte nada. Pero había estado teniendo problemas últimamente, es por eso que me costó tanto acercarme a ti. En fin, cuando estuvimos juntos, en casa de Nam, cuando te vi dormir y susurrar mi nombre en sueños, supe que no me podría alejar de ti. Decidí entonces que aprovecharía cada momento que pasara contigo, y así lo hice. Es por eso que las cosas entre nosotras no han ido precisamente al tiempo adecuado, quiero decir, ya vivías conmigo a la semana de estar juntas. Estos 5 meses han sido los mejores de mi vida, claro que tuve momentos felices antes, Nabi es el causante de esos otros días. Pero no es lo mismo que un niño ocupé el lugar del corazón que está destinado al amor, cuando por fin te encontré me sentí completa. Pero de nuevo el corazón me falló. Traté de tener todos los cuidados necesarios para que no fallara, pero no lo logré, -mis mejillas estaban bañadas de lágrimas. Sonrió tristemente y me miró. –Supongo que fue una sobrecarga de felicidad. No tienes idea los altibajos que le provocas a mi corazón cuando estás cerca, cuando me tocas o me besas.
-¿Qué tiene que ver Kirk con todo esto? –dije fríamente, su sonrisa se desvaneció y suspiró.
-Sí, Kirk. Mi testamento, hace cuatro meses, dictaba que Nabi se quedaría con Nam como su tutora. Yo me opuse, pero no tenía otra opción, era eso o dejarlo sola y preferiría vivir conectada a máquinas a que Nabi se quedara sóla. Entonces me encontré con Kirk en el aeropuerto, se disculpó y no te mentiré más, intentó besarme. Claro que lo rechacé al instante y le dije que tenía a alguien más. Por sínico que parezca, se mostró ofendido. Después de eso me habló de Nabi, me dijo que no había dejado de pensar en ella, que había tratado de localizarnos pero no lo consiguió. Le dije que podía llamar de vez en cuando y le di mi teléfono. Ahí se quedó todo. Estuvo llamando pero Nabi se negaba a hablar con el, yo hablé con Kirk y le dije lo que ocurría con mi corazón y ella se
-¡¿QUE?! –grité enojada, casi echando humo por los oídos. -¿Le dijiste a Kirk lo de tu corazón, pero no a mí? –ahora sí que estaba enojada.
-¡Becky, no lo entiendes! –dijo desesperada. –Se lo dije porque quería que Nabi se quedara con él, no con Nam. No quiero que viva en un hogar donde lo dejen en segundo lugar. Kirk no tiene otros hijos ni esposa, puede cuidar bien de ella.
-No tienes excusa, confiaste más en el que en mí Freen, -mis sollozos comenzaron a hacerse más pronunciados. Freen se acercó y a pesar de que me alejé me atrapó en sus brazos. Golpeé su pecho con mis puños pero después de un rato ya no podía más. Lloré en su pecho. No supe cuando tiempo pasó hasta que me calmé. –Aun no entiendo qué ocurre. Es decir, ¿Por qué hablas como si no tuvieras otra opción más que la muerte? Puedes intentar con otro trasplante. Freen no me dejes, -mis puños se aferraron a su camisa y ella me apretó más fuerte.
-Es lo que intento decirte Becky, no hay corazones. He estado en la lista desde hace un año. Mi corazón no aguantará mucho más, -dijo en apenas un susurro. Mi corazón se encogió al entenderlo. Se estaba despidiendo.
-No Freen, eso no puede ser. Yo soy médica, puedo conseguirte un corazón.
-No Becky, no lo hagas. Te quitarían la licencia.
-No me importa, no necesito trabajar siempre y cuando te tenga a mi lado, -estaba negando con la cabeza incluso antes de que terminara de decirlo.
-No te lo permitiré. Dejaremos que el tiempo lo decida. He estado yendo con el cardiólogo. Solo esperemos que pueda durar un poco más, al menos hasta que encuentre un corazón, -nos quedamos calladas un tiempo, no tenía idea de qué decir. –Por cierto, Becky. Yo entiendo si quieres irte, fue egoísta de mi parte no pensar en eso. Pensaba dejarte la casa
No quería que siguiera hablando de cosas tristes, así que la acallé con mis labios. Puse mis brazos en su cuello y ella me abrazó por la cintura. Después de un tiempo nos separamos para respirar. –No te voy a dejar Freen, ni aun cuando me lo pidas. No necesito que me asegures nada, no quiero hablar sobre idas sin regreso o separaciones. Aprovecharemos todo el tiempo que nos queda. ¿De acuerdo? No volveremos a tocar ese tema. –sonrió y asintió. Me volvió a besar y después de eso nos fuimos a dormir.
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Mi vida por la tuya
FanficRebeca es pediatra en el Hospital Yanhee en Tailandia, Rebeca tenía la misma rutina desde hacía dos años. ¿Qué pasará cuando llegue a su vida una pequeña niña de ojos verdes con la pierna quebrada y ¿ciega? Su vida dará un giro totalmente inesperada...