Hunger [Bakugou]

1

capítulo uno; el principio.

y en el fin.

eres tu

contra

tú.

luchando por

tú mismo.

                                                                         -anjali chaturvedi

Bakugou Katsuki tenía… un problema.

Este problema lo envió al hospital, destruyó todas sus amistades de la infancia y forzó su mente a una batalla consigo misma, una batalla donde el resultado aún no se había decidido.

Normalmente, siempre perfeccionista, Bakugou solucionaría ese problema de inmediato, especialmente uno que lo estaba impactando tan intensamente, impidiendo su camino para convertirse en el Héroe Número Uno.

Pero este problema en particular?

No se podía deshacer de él tan fácilmente.

Este problema era, a los ojos de Bakugou, un arma de doble filo.

Le dio control sobre algo en su vida, le dio la capacidad de opinar sobre lo que le sucedió.

Le permitió esforzarse cada vez más por alcanzar la escurridiza "perfección" que había estado buscando desde que era un niño.

Alimentaba la ira perpetua que mantenía a la gente a una distancia segura de él.

Había recogido la espada hace mucho, mucho tiempo.

Sus manos estaban cubiertas de sangre ahora, y le dolía cargar, pero hacía tiempo que había olvidado cómo era la vida sin ella.

Bakugou tenía un problema.

Ese problema era un desorden alimenticio.

Bakugou nunca podría precisar la edad exacta que tenía cuando su problema echó raíces en su cerebro, pero sabía que era muy joven.

Acababa de obtener su peculiaridad y todavía era, para todos los efectos, lo que los adultos llamaban un 'buen chico'.

Todavía amaba a su madre ya su padre con el tipo de inocencia que todos los niños pequeños poseían, incluso si su padre nunca tenía tiempo para él y su madre había comenzado a golpearlo cuando la molestaba.

Todavía pensaba que si tan solo pudiera... encontrar las palabras correctas, ponerlas en el orden correcto y actuar de la forma en que sus padres querían que lo hiciera, tal vez su madre comenzaría a jugar con él nuevamente. Tal vez su padre lo abrazaría en lugar de decirle que lo dejara en paz.

Entonces, cuando su madre sugirió que practicaran modelaje juntos, aprovechó la oportunidad.

Katsuki no había entendido exactamente qué era una modelo, pero había visto las fotos de su madre posando y vistiendo ropa elegante, ¡y pensó que se veía divertido!

Tal vez le pintaría los labios de rojo como los de ella siempre, y le sonreiría y le despeinaría el pelo como él pensaba que solía hacer.

Pero fue muy diferente de lo que esperaba el pequeño Katsuki.