"Hello, Mr. "Perfectly fine"
How's your heart after breaking mine?"
-Taylor Swift.
Axel.
Al llegar, esperaba encontrarme con algún empleado disponible para llevarme a casa de los Müller. Sin embargo, fue un Arthur Müller apoyado de un brillante Audi y vestido elegantemente que me recibió.
Y la mirada aburrida y cara neutra de siempre.
Algunas cosas no cambian.
Me dirijo a él con pasos firmes, apenas un bolso de mano iba conmigo. Al llegar alzo una ceja, se endereza abriendo la puerta de atrás y luego señala el bolso.
—Un gusto verte de nuevo, Müller —ironizo ante su silencio—. Sinceramente, no esperaba verte a ti. De hecho, no esperaba verte.
Miento un poco en lo último, por supuesto que la cara de Arthur Müller estaría en mis minis vacaciones. El hombre parecía un chicle pegado a Michelle y yo venía para que la castaña no terminara dejándome sin hijos.
—Michelle dijo que viniera, según ella, es una bienvenida más cálida —lo escucho gruñir.
Ruedo los ojos, seguía siendo igual de tosco.
—Pues no es una bienvenida cálida.
—Entra al maldito auto, Malik —me regaña a punto de golpearme antes de entrar al auto.
Suelto una carcajada, me agradaba que podía hacer gruñir de la exasperación a Arthur.
Ahora entendía a Michelle cuando dice que es divertido sacarlo de sus casillas.
El camino a casa es silencioso, quisiera haber dicho que un silencio cómodo pero no parecía así. Suelto un suspiro, removiéndome en mi lugar.
Podía sentir el aura pesada de Arthur ahogándome.
—¿Puedes relajarte un momento? Siento que me asfixio y es tu culpa —ruedo los ojos.
—No hagas ese gesto, es grosero —murmura entre dientes—. Solo dedícate a ir en silencio.
—Noto que Michelle está haciendo de las suyas, ¿eh? —bromeo divertido.
Los dedos de Arthur se vuelven blancos mientras sostiene el volante, sonrío entretenido.
—Por supuesto que ella te cuenta todo —hago un gesto de que prosiga sin responderle la pregunta—. No me deja tocarla —bufa.
Alzo una ceja, joder, sí qué está enojada.
—¿Por qué?
—Porque la cuido —lo miro serio, tipo "¿es en serio?" Él hace una mueca—. De acuerdo, tal vez he estado un poco intenso estos días.
Asiento, contento con el resultado de sus palabras. Carraspeo fijando mi vista en el camino. No podía negar que Francia tiene su encanto, las calles estaban repletas de personas muy abrigadas y la nieve cayendo todavía se podía ver.
—¿Por qué estás actuando tan intensamente?
—No voy a ventilar mis problemas matrimoniales contigo —vuelvo a rodar los ojos, esperando—. Porque un niñato no deja de echarle ojos a ella y otro no deja de querer robarme a mi hija.
Aprieto mis labios, pensando en cómo preguntarle sin que se ofenda.
—¿Estás celoso del niñato que le echa ojo? —curioseo sin más.
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La inspiración de Axel Malik (2) ✓
RomansLibro II. Axel no era tan difícil. De adolescente creyó siempre que si puede amar a una sola mujer, lo hará por el resto de su vida. ¿Era complicado? Todo artista lo es. Y él es un artista, uno con el corazón roto. Y ese corazón roto era el culpable...