EL ENCUENTRO

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Estoy en mi último año de universidad, me quedaba poco tiempo para poder graduarme y ser actor de una vez por todas, era mi sueño desde pequeño y por fin iba a conseguirlo.

Al ser un nuevo año tendré una nueva clase y al mismo tiempo nuevos compañeros, no suelo ser social en la escuela, nunca lo he sido ni en el colegio, ni en la ESO y menos en la universidad, pero tampoco soy de los típicos niños solitarios que se quedan en la esquina dibujando o escuchando música en su móvil, tengo amigos y actualmente hay buenas amistades fuera y dentro de la universidad.

Hoy es mi primer día, aunque no es el oficial, esta hora es solamente para conocer a que clase perteneces, conocer a tus nuevos compañeros y maestros. Comenzaba a las 10:00am, me desperté a las 08:00am, sí, dos horas antes ya que vivo solo en un apartamento, me mudé cuando empecé la universidad y necesito mínimo dos horas para hacer alguna que otra cosa en la casa antes de salir, como por ejemplo limpiar, hacer la cama, darle de comer a la gata, etc, aunque siempre termino corriendo y haciéndolo todo a la ligera pues cuando algo me da pereza lo hago muy lento y con mucha calma.

Después de hacer todo lo que debía, me duché, me vestí, lavé mis dientes, me eché colonia y peiné mi cabello, por último cogí lo necesario, el móvil y una riñonera de nike para guardar una pequeña libreta y un bolígrafo por si necesitaba apuntar cualquier cosa, agarré las llaves y salí del apartamento, fui al ascensor pero este estaba parado por obras.

-Maldita sea –repliqué mientras me dirigía a las escaleras para bajar-

Vivo en un 4º piso igual que mi anterior casa donde vivía con mis padres, y sí, lo sé, antes de que me repliquen, no son muchos pisos pero como mencioné anteriormente, soy muy vago para lo que quiero, incluso si viviese en un 1º piso también usaría el ascensor, ¿para algo está, no?.

Cuando por fin llegue abajo salí y fui a mi coche, me monté y acto seguido me fui conduciendo hasta la universidad, estaba en el centro y yo vivía a unos 20-30min de allí en coche, depende también del tráfico. Llegué al lugar y aparqué cerca, bajé, cogí mis cosas y entré, debía primero mirar en las hojas de la entrada mi nombre para saber donde me asignaron.

Pude observar mi nombre en uno de los papeles, mi clase es 4ºB y puse mala cara al verlo pues la mayoría de los años siempre he pertenecido a la letra B, parece que tengo una maldición, pero ignoré el asunto y entré buscando la clase.

-4ºB, 4ºB.... –repetía mientras leía los letreros de cada puerta-

Accidentalmente me choqué con alguien, no estaba mirando al frente y no me percaté de su presencia, cuando miré al frente para pedirle disculpas por mi fallo mi garganta se trabó, miré fijamente al chico, su cara era tallada por los mismos ángeles, era alto, ojos marrones donde podía ver mi reflejo, unas gafas que lo hacían bastante sensual, una camiseta de tres colores, rojo, blanco y negro y unas manos grandes donde se podía apreciar sus venas.

-¿Hola...? –Dijo el chico atractivo cuando se percató de que me quedé mirándolo sin responder-

-A...ah.., lo siento por mi despiste. –Contesté luego de volver en sí-

Acto seguido le rodee siguiendo mi camino en busca de mi clase asignada, llegué a sonrojarme no lo niego, me enamoré a primera vista, pero claro, un hombre nunca tiene esperanzas si se enamora de otro de su mismo sexo.

Conseguí llegar a mi clase, entré y me senté en una de las sillas del fondo, lo más lejos posible, lo sé, sé que dije que no soy de esos niños que se quedan al final de la clase en su mundo, pero no quería que nadie me viera en ese estado. Observé cómo iban entrando compañeros, cuando pude ver que entró Roberto, un amigo mío de hace muchos años.

LO INALCANZABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora