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Jimmy se miró al espejo como cada mañana. Era un espejo sucio, había manchas de gotas de agua en él y tenía un poco de polvo en las orillas, pero no era ningún inconveniente para que Jimmy pasara un minuto aproximado mirándose al espejo antes de irse a la facultad.

No llevaba pantalones puestos, tenía el cabello esponjado y los ojos hinchados. El agua de la regadera sonaba en el fondo mientras el baño comenzaba a llenarse de vapor. Hacía calor, era verano, pero una ducha caliente siempre relajaba a Jimmy. Tenía tiempo, así que decidió usarlo para reflexionar sobre la persona que era, lo que se estaba convirtiendo como adulto y a dónde se dirigía.

Pensó que tal vez podría intentar ser diferente hoy, tal vez necesitaba amigos. De todas formas, el ser humano es una criatura naturalmente sociable, ¿no es así? Tal vez ejercitarse un poco ayudaría a darle más confianza. Jimmy miró su torso desnudo, las costillas marcándose en su pecho y los huesos de sus hombros sobresaliendo. Era pálido como un fantasma y sus ojos lucían tristes. Ya se había mirado a sí mismo con atención algunas veces antes, pero nunca como ahora, porque cuando lo hizo, pensó en Robert.

Su rostro se puso rojo y su piel se erizó como la de un gato. De pronto se sintió muy consciente de sí mismo y dejó de mirarse para comenzar a quitarse la ropa interior y entrar a la ducha. Trató de dejar de pensar unos segundos mientras se metía bajo el agua y cerraba los ojos. "Dios, Dios. No pienses, no pienses, no pienses." Se repetía mentalmente mientras ponía las manos sobre su cara y sufría internamente.

¿Cómo iba a poder verlo ahora? Si antes ya era difícil ahora iba a ser peor. Había visto lugares de su cuerpo que nadie más había visto o tocado, pero el solo recuerdo de aquello hacía que le dieran cosquillas en sus partes.

Lamentándose y negándose a pensar más en aquello, se dio una ducha rápida mientras sentía cómo comenzaba a darle migraña de solo recordar que tenía que hablar con sus compañeros de equipo y cómo estos eran una bola de personas comunes y extrovertidas que enviaban cosas estúpidas a su chat de grupo. Miró el rastrillo lleno de pequeños pelos de la barba que de pronto le crecía y pensó seriamente en usarlo para quitarse la vida.

Salió de la ducha luego se haberse asegurado de estar limpio en todos los lugares que necesitaban estar limpios y suspiró con derrota, encontrándose nuevamente con su reflejo en el espejo.

Se fijó en su cabello largo y oscuro que caía hasta su pecho, adheriéndose a este por el agua que escurría de él. A su mente llegó el recuerdo de Robert diciéndole que era hermoso, pero no entendía por qué. Parpadeó y volvió a acercarse al espejo, dejando un camino de gotas de agua en el suelo y se contempló a sí mismo nuevamente, con el ceño fruncido y la espalda encorvada. No era atractivo, al menos no se consideraba atractivo por él mismo. Era flaco, pálido y su personalidad no era armoniosa, además que era un poco temperamental y socialmente torpe.

Hizo una mueca y tomó una toalla, procediendo a secarse. Se vistió, se secó el cabello y bajó a la cocina para hacerse algo de desayunar, pero casi se lleva un susto de muerte cuando vio a su madre recargada en la barra de la cocina, con su celular y sus pequeños anteojos.

"Buenos días, amor." Le dijo sin voltear a mirarlo y Jimmy la miró con el ceño fruncido. La situación le parecía sospechosa.

Como siempre, la pasó por alto y caminó a la alacena para hacerce pan con mermelada y algo de cereal. Puso las cosas sobre la mesa y se sentó en una de las sillas, dispuesto a comenzar a preparar su desayuno. Tomó una banana, se sirvió cereal y procedió a comer. Apenas se estaba llevando la cuchara a la boca cuando escuchó un suspiro de su madre, quien se quitó los anteojos y lo miró con brazos cruzados.

"Voy a llevarte a clase hoy, y voy a ir por ti, tengo que hablar contigo." Jimmy se erizó y cerró los ojos. Cielos santo, ¿Ahora qué? "Pero no ahora, hablaremos hasta que estemos de vuelta en casa, ¿okay?" Gruñó, pero asintió y siguió comiendo. Ahora ya no tenía ventaja sobre el tiempo y sabía que si su madre lo iba a llevar, iba a comenzar de insoportable sobre que iban tarde.

Black DogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora