Capítulo 2: La señorita Pompis

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La mañana siguiente Daphne despertó con los ojos completamente inflamados, su padre había pedido el día para quedarse con ella; mientras desayunaban supo que Chuck tuvo una contusión y su primo se lastimó la espalda.

"¿Podemos ir a visitarlos?"

"Primero tenemos que hablar de lo que me contaste ayer." Daphne tragó saliva buscando calmar la sensación de su estómago. "Mira, eso de los vidrios rotos y la rama no suenan como cosas que sucedan normalmente." alguien tocó la puerta. "Por favor son las nueve de la mañana, ¿Quien será?" su padre se puso de pie y fue a abrir la puerta. Tras unos momentos el señor volvió a la mesa "Hija, por favor ve a vestirte, tienes visitas."

"¿Quien?"

"Solo haz caso"

Daphne completamente confundida subió a su habitación, unos minutos después volvió con lo primero que encontró, unos pantalones de mezclilla, una camisa sin mangas amarilla y unas chanclas rosa chilloso. En la sala de estar estaba su padre y una mujer que estaba vestida aún más extraño que ella.

"Usted debe ser la señorita Daphne." dijo la mujer poniéndose de pie, una vez parada Daphne pudo ver por completo como estaba vestida. llevaba una toga de terciopelo rojo con negro, la cual tapaba sus pies, solo se veían las puntas de sus botas que eran rojo intenso y brilloso, en su cabeza un turbante café con detalles dorados y en su cara unos lentes muy largos y de tono verde. "Mi nombre es Prigona Pompswick, soy profesora en el colegio Ilvermorny"

"Mucho gusto..." su nombre era tan extraño como su vestimenta. "Usted es... ¿Por qué está vestida así?"

"Daphne!"

"Disculpe si la pregunta es grosera." Agrego al escuchar a su padre, miró su rostro y pudo ver que estaba palideciendo el señor.

"No me he ofendido señorita, en realidad mi vestimenta tiene que ver con el porqué he venido." la mujer hizo una seña para que Daphne tomara asiento. "Últimamente, ¿han experimentado situaciones... inusuales? se mueve algo, se apagan las luces, sientes que cuando duermes flotas y al despertar azotas con la cama."

"¿Cosas se rompen sin ser tocadas?"

"Así es, no es que estén perdiendo los estribos, tienen una explicación."

"... ¿Magia?" susurró la chica, la profesora Pompswick asintió.

"Veo que ya lo ha pensado." en defensa de Daphne, decir magia no sonaba tan descabellado considerando la ropa que llevaba la mujer. "usted es astuta jovencita"

"Pero, ¿la magia si existe? Siempre me han dicho que es fantasía de los cuentos, y nunca antes ha pasado esto."

"Si han sucedido." dijo su padre, el señor tenia el brazo apoyado en el sofá y tapaba con su mano su boca. "desde que naciste han sucedido cosas."

"¿¡Qué!?"

La profesora Pompswick sacó de su ancha manga un palo de madera, apuntó a la mesita de café con el y lo movió en circulos, de la nada comenzó a verse un frasco, el cual poco a poco tomó color y forma. Era una botella de cristal con un líquido amarillento en su interior. "Tenga, es un regalo del colegio para los padres, es hidromiel, una bebida típica del mundo mágico."

"¿¡Mundo mágico!?" Gritó Daphne, su padre le dijo que bajara la voz. "Disculpa."

"Así es, Daphne, usted es una bruja, nacida de muggles, los muggles antes de que pregunte son las personas como su padre, quienes no tienen magia."

"Como mis amigos también."

"Así es." Daphne se quedó en silencio procesando lo que acababa de descubrir. "Al tener magia, lo mejor que se puede hacer es aprender a controlarla, por lo que hemos venido a invitarla cordialmente al colegio Ilvermorny de magia y hechicería."

Daphne y la escuela de brujeríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora