𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝐼𝐼 ''𝒩𝑜 𝓈𝑒𝓇á 𝓉𝒶𝓃 𝒻á𝒸𝒾𝓁''

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Era luna llena, en alguna parte de la tierra, en algún callejón, en un club subterráneo, se localizaba la serpiente del pecado original, apenas vestido tratando de olvidar.
Crowley se encontraba entre un mar de almas, saltando, bailando y bebiendo.
Caminó entre ellos para salir y poder tomar un poco de aire (si eso era posible), había todo tipo de aromas en ese lugar, desde perfumes baratos hasta los más costosos, el humo de tabaco era lo principal que inundaba ese lugar.
El demonio fue hacia la barra y pidió otra botella de Whisky, mientras esperaba giró un poco la vista, notó a un robusto y tierno muchacho de rizos blancos, estaba tan ebrio que lo confundió con Aziraphale, aunque se veía de forma diferente, el joven vestía con una camisa de red, color negro, un chaleco de mezclilla, unos shorts cortos y rotos, unos botines muy coloridos y usaba sombra de colores.
Frunció el ceño y alzó la mano extrañado, lo saludó y el jóven le regresó el saludo, Crowley tomó la botella y se descolocó ligeramente las gafas, le guiñó un ojo al Bartender y éste rió, el pelirrojo se apartó caminó hacia el peliblanco.

¡¡Hey!! ¿Qué haces aquí? —indagó el demonio aún creyendo que era Aziraphale, apenas entendido sus propias palabras entre la música.

¡Esperándote! —susurró el jóven en el oído del demonio, con un tono juguetón mientras lo sujetaba de la cintura.

¿Azzziraphale, qué hacesss? —No pudo evitar sisear con asombro, mientras alzaba los brazos sin entender nada.

¡¡Ohhh, baby!! Puedo ser quién tú quieras o hacer lo que sea. ¡Ven! Abre la boca —demandó el joven acercando su mano hacia la boca del demonio y colocándole en la lengua dos pastillas en forma de alas de ángel.

Crowley las tragó sin chistar y le dió un trago a la botella de Whisky, el jóven rió divertido y lo tomó de la mano, lo llevó al centro de la pista, ésta estaba atiborrada, el muchacho comenzó a jugar con su cabello mientras contoneaba la cadera al ritmo de la música y con la otra mano delinea su cuerpo juguetonamente hacia abajo.

Oyeee, esa cosa que me diste, ¿Qué era? —indagó el demonio, mientras se acercaba al jóven y lo sujetaba de la cintura.

Dulces para fiesta, baby. ¿No te sientes diferente? —Manifestó el joven, con un poco de extrañeza. 

No realmente, ¿Tienes más? —dijo curioso, mientras juntaba su cuerpo con el del chico.

¡Por supuesto, tengo una bolsa pero tiene un costo, corazón! —Expresó el joven, mientras pasaba una mano por el pecho de Crowley.

Bueno, eso no es problema... —Contestó el demonio casi al instante.

Doscientos billetes de veinte y la bolsa es toda tuya... —Dijo el joven con tono burlón sin pensarlo mucho.

¡Claro, no hay problema!

¿En serio? Es un juego, no vale doscientos billetes...

No importa, ya me diste ese precio, son tuyos...

El joven un poco asombrado lo dudó un momento, pero luego lo llevó hacia una esquina solitaria del club, en ésta había una mochila de Hello Kitty.
El jóven no perdería la oportunidad de vender una bolsa que vale cien billetes de 20 al doble. El de rizos blanquecinos hurgó dentro de la mochila mientras el demonio sacaba su billetera y con un discreto movimiento de dedos aparecieron los doscientos billetes, se los entregó al jóven con una sonrisa pícara.

¿𝓜𝓮 𝓹𝓮𝓻𝓭𝓸𝓷𝓪𝓼? (𝓐𝔃𝓲𝓻𝓪𝓹𝓱𝓪𝓵𝓮 & 𝓒𝓻𝓸𝔀𝓵𝓮𝔂)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora