Capitulo 3

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睡眠


No entendía que lo había cautivado de ella, verla tranquilamente durmiendo en sus brazos le hizo sentir una sensación de protección como si los efectos de la diosa de los sueños, estuviera haciendo efecto en un ser como el.

Los sirvientes se hicieron a un lado agachando la mirada en señal de respeto cuando el tirano de los mares, pasó a un lado llevando consigo a la diosa. Todos los que se hallaban en el pasillo estaban impresionados pues Poseidón no era alguien que se interesará en los demás mucho menos en una deidad como ella.

Proteo se adelantó abrir la puerta de donde se hospedaría la joven dorada. Poseidón entró a la habitación con indiferencia acercándose cuidadosamente a la cama, para dejar con suma delicadeza a Hypnos en está. El rubio se quedó observando a la huésped se veía hermosa aún dormida como su pecho subía y bajaba lentamente sus pequeñas pestañas oscuras en sus párpados cerrados, simplemente estaba cayendo rendido ante ella.

Se acercó en silencio para cubrirla con la suave y blanquecina sábana tapandola hasta su pecho. Poseidón se dió vuelta para salir de la alcoba, caminando hasta la puerta no sin antes mirar a Hypnos sobre su hombro, volvió su vista al frente para salir cerrando la puerta de un trancazo.

Ya cambiando de vuelta al salón del tronó, el se llevó una mano a la cabeza frunció el entrecejo ligeramente. Que demonios le estaba pasando porque se comportó de una manera tan delicada con ella, no era propio de él, claro que no. 

Se había encaprichado con ella y ni siquiera se había dado cuenta, su aura le traía calma y si quería conservar a Hypnos en su castillo por más tiempo nadie se lo impediría porque si el quería algo lo tomaría y si "alguien" se oponía lo mataría sin dudarlo.

— Mi señor Poseidón —la voz de su fiel sirviente, lo sacó de sus pensamientos—. ¿Qué hará con la señorita Hypnos?

— Eso no es de tu incumbencia —dijo fríamente sin prestarle mucha atención.

— P-pero si, su madre o el hermano de la señorita se enteran... ¿qué hará mi señor Poseidón? —volvió a interrogar, Proteo.

El dios de los mares se mantuvo en silencio hasta llegar a la sala del tronó. El sirviente lo siguió hasta ahí, esperando que contestará su duda pero no hubo respuesta en mucho tiempo, Proteo suspiro en voz baja para retirarse.

Poseidón recargó su mejilla en su mano, no pensó en que haría si la madre de Hypnos le reclamará. Ni mucho menos el hermano de está, pero cualquiera fuera su reacción no entregaría a la diosa de los sueños. Si ella le traía calma no tenía porque dejarla ir.

𝐇𝐘𝐏𝐍𝐎𝐒; Poseidón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora