𝐇𝐘𝐏𝐍𝐎𝐒; Poseidón

Capitulo 6

睡眠

— ¿T-tú esposa? p-pero apenas nos acabamos de conocer —dijo la deidad temerosa ante la reacción de Poseidón.

— Lo sé —acaricio con suavidad la rosada mejilla haciendo que Hypnos lo mirará directamente a los ojos
—, Eres perfecta Hypnos, un ser perfecto como tú debería de estar con un ser perfecto como yo.

Esa declaración hizo que la diosa quedará atónita ante los narcisista que sonaba esa "supuesta" declaración de amor. Hypnos sintió como una corriente eléctrica recorría su columna vertebral, era miedo, sentía miedo al estar cerca de él.
Siempre lo sintió, y el hecho que el tirano de los mares le propusiera matrimonio no mejoraba la situación, porque sabía que moriría si se negada. Peor aún sentía miedo al pensar de que cosa Poseidón le haría a su querida madre y hermano.

No quería que ellos sufrieran por su culpa.

— ¿Y bien?

La fría voz del tirano resonó en su cabeza, sacando a la diosa de los sueños de sus pensamientos pegando un ligero brinco del susto. Lo que hizo que en el rostro de Poseidón apareciera una microscópica sonrisa, que podría pasar desapercibida si no se era lo suficientemente observador.

— Yo...

Justo antes de que la bella mujer diera una respuesta, Proteo entro abruptamente al lugar donde las dos deidades se encontraban; llevándose una fría mirada de Poseidón.

— Amo... Poseidón —respiro profundamente intentando controlar su agitada respiración—. El señor Hermes se encuentra aquí con una nota importante...

El dios del océano lo observó  inexpresivo para luego hablar.
— Dile que pase.

El sirviente asintió y en menos de un segundo, el dios Hermes hizo su aparición enfrente de las dos deidades, luciendo esa elegancia que lo caracterizaba.

— Señor Poseidón que placer volver a verlo de nuevo...

Hizo una ligera reverencia en señal de cortesía para luego girarse a admirar la hermosa diosa de cabellos dorados frente a él. Solo que está se inclinó ligeramente tomando su mano derecha besando suavemente su dorso con elegancia.

Algo que no le agrado a cierto dios de cabellos rubios que lo miró con indiferencia.

— Un placer saludarla señorita Hypnos...

— El placer es mío dios Hermes..

Él sonrió cortésmente alejándose por la mirada de advertencia de Poseidón que pareciera que lo mataría en cualquier momento.

— El motivo de mi repentina visita...

Poseidón lo miró inexpresivo a lo que Hermes suspiro pesadamente y siguió hablando.

— El señor Zeus solicita su presencia en el Olimpo  —la mirada del dios divaga mirando la hermosa rubia a unos escasos metros de él—. Es un asunto de suma importancia.

Ahí fue donde Poseidón entendió que se trataba de su amada Hypnos.