Meet us again

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/Leo's POV/
Soy un hombre de edad media, alto, paliducho y moreno de ojos azules.
Ocupo un trabajo de oficinista, nada fuera de lo normal, soy un hombre honrado y de familia, estoy casado con una muy buena mujer, Marina Saadi.
Vivimos felices y no necesitamos nada más que el uno al otro, o eso creía antes de que toda esta pesadilla pasara.

Aquel 15 de Mayo de 2054
Un día lluvioso, recibí una llamada de Asher, un amigo y compañero de trabajo, me dijo que sus hijos habían sido invitados a un campamento y preguntaba si yo también quería meter a los míos para que se hicieran compañía. Le dije que si, fue la peor cosa que pude hacer en mi vida.

Al dejar a mis hijos allí los monitores nos llevaron a una sala, en aquel sitio estaríamos monitoreando a nuestros hijos para poder estar más tranquilos en su ausencia, en esa sala estuvimos hablando con Asher y su mujer Carol. Son una pareja muy agradable y amable, pasamos los primeros dos días sin problema alguno hasta que al tercer día recibimos esta carta extraña, decía que rellenáramos el formulario, hablaba sobre nuestras fobias y debíamos marcar las cuales teníamos.

Al entregar esa carta nos dieron un pedazo de red velvet a cada uno, estaba buenísimo pero al cabo de unos pocos minutos empezamos a sentirnos somnolientos y caímos dormidos, nos habían drogado.
Cuando desperté lo primero que vi fue a mi hijo mayor, Silas. Atado a una silla con sus extremidades atadas y extendidas a cada lado, entré en pánico y grité hasta quedarme sin fuerzas ni aliento, busqué desesperadamente una forma en la que poder liberar a mi pobre hijo de aquella horrible máquina.
Se le veía aterrorizado, odiaba ver a mi hijo así y menos si es en esta desagradable forma.
Intenté mantener la calma ya que perder la cabeza en estos momentos no es lo mejor, me senté, temblando y sollozando e intenté mirar alguna forma en la que poder salir de allí y sacar a mi hijo.
Escuché estática de fondo y vi una televisión en la cual se veía a alguien intentando decirme algo, me acerqué y la estática desapareció, se le escuchó decirme.- Leonardo Minetti, ¿Realmente aprecias a tu hijo a tal punto de tener que sacrificarte física y mentalmente o eres realmente tan cobarde como te haces ver en tu día a día?
Me enfadé y entré en cólera, ¿Quién osaba decir semejantes cosas y hacer eso a mi hijo? Mientras pensaba, la televisión se apagó y una enorme luz roja brotó del suelo de la habitación en la que se encontraba Silas. Empezó a gritar tanto que empezaron a salir gotas de sangre por su boca. Se había roto las cuerdas vocales. Ver a mi hijo así y saber que no podía hacer nada para salvarlo me hervía la sangre, desesperado de tratar de encontrar algo conseguí encontrar una pequeña puerta la cual daba a la habitación de mi pequeño. Al entrar unas lanzas atravesaron el cuerpo desnudo de mi hijo. Me paralicé y empecé a llorar y temblar de pánico, corrí hacía el pero choqué contra un vidrio blindado. No le podía salvar. Él sangraba y sangraba mientras más flechas y arpones le atravesaban el cuerpo, mi desesperación fue a más, tanto que intenté romper el cristal con mis puños pero sólo acabé con mis puños sangrientos y mi hijo yendo a peor. Tras 5 minutos de agonía retiraron las armas y vi el cuerpo de mi hijo perforado entero de arriba a abajo.

Sufro de tripofobia.
Empecé a vomitar mientras lloraba por la muerte de mi hijo, cada vez que intentaba ir de ese lugar me venía aquella horrible imagen a la cabeza entonces el cadaver de mi hijo fue transportado a través de una trampilla que había debajo suya.

Haber presenciado la muerte de mi hijo ha sido la peor experiencia de mi maldita vida, cuando volví a ver a mi mujer le vi con una mirada horrible, de asco y miedo al mismo tiempo. Estaba llorando sin ni tan siquiera poder pestañear, tenía los ojos rojos y las manos llenas de heridas. Pude deducir que había pasado por lo mismo, no tardé ni un instante en abrazar a mi mujer mientras lloraba de miedo. Saber que había perdido a dos de mis hijos y que solo nos quedaba la menor me aterrorizaba, no podía aguantar la angustia. Afortunadamente si es que se le puede llamar a esto, nuestra hija más pequeña tiene 2 años solo por lo cual no le pudimos meter a este horrible infierno.
En este punto mi vida solo se basaba en Marina y Hailey (mi hija pequeña) las dos únicas que me quedaban.
Vi entrar a la habitación a Asher el cual se derrumbaba al suelo mientras lloraba cada vez que intentaba volver a levantarse, no me quiero imaginar el infierno por el que él también tuvo que pasar. Su mujer entró por otra puerta también en el mismo estado que su marido pero, cómo es posible que estuviese ella así si Asher es el que vio morir a su hijo? Esa pregunta estuvo rondando mi cabeza durante el resto del día, para cenar nos sirvieron carne yo no pude comer nada ya que de tanto vomitar se me hacía imposible comer algo ya que lo vomitaría de nuevo.
Al final de la cena salieron unos hombres altos y musculados con bolsas negras cubriendo su rostro, solo se podía ver su abdomen con varias heridas profundas. Al entrar se llevaron a unos señores, padres de algunos niños del campamento y los llevaron a una sala la cual podíamos ver desde el comedor.
Al primer señor lo ataron y lo pusieron en una especie de ascensor pero con cadenas y lo sumergieron en un tanque, qué habría en ese tanque? No lo sabemos pero lo único que salió del señor fue su cadaver pálido como si hubiese estado muerto por días. Tenia severos moretones y su cuerpo parecía una pasa. Todos quedaron horrorizados al ver a ese señor. No nos dijeron el porqué de que se lo llevaran, pero si aseguro que no fue porque hizo nada bueno.

CONTINUARÁ

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