They await us

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/Marina's POV/

Quién diría, que a mí, alguien a la cual le ha ido siempre bien en la vida, alguien la cual solo deseaba tener una familia feliz y poder disfrutar de ello, lo perdería todo en un instante.

Hola, soy Marina Saadi, una no muy reconocida pero querida escritora entre los amantes de la lectura. Soy madre de 3 hijos, o era. Mi esposo Leonardo y yo nos conocemos desde que eramos adolescentes por lo que somos muy unidos. Tuvimos dos mellizos, Sylas y Azahara, ellos eran nuestro todo, nuestra gran esperanza y un impulso para seguir adelante.

Aquel maldito campamento nos lo arrebataría todo, me arrepiento cada instante desde que decidimos meterles ahí. Me odio a mi misma desde ese momento, ¿Qué clase de madre soy para dejar morir a mi pobre hija, mi pequeña Azahara de 9 años, ejecutada y torturada de tal vil manera por aquella gente? ¿Qué habría sucedido si hubiese conseguido salvarla? Mi vida quizás no sería tan miserable ahora.   

Desperté en aquella lúgubre y pequeña habitación la cual tenía un gran espejo en cual daba a una gran habitación en la cual se podía ver a mi nena jugando con sus peluches y muñecas favoritos.

De un momento a otro me percaté de que las paredes tenían ciertos mecanismos, lo que me hizo sentir un poco más tranquila, pensando que serían dispositivos para cuidarle y que no le pasara nada, me senté en una silla que había en mi sala y comí unas galletas que acompañaban un té negro. 

En un momento dado las muñecas de mi hija explotaron y le dañaron por completo el rostro y el cuerpo, fue horrible, por cada muñeca que explotaba la habitación se encogía cada vez más y más hasta que entré en pánico absoluto. 

Golpeé la ventana tantas veces como pude hasta destrozar mis manos por completo, grité como pude, esperando encontrar una pequeña esperanza para que mi hija saliera de aquel infierno. La desesperación me estaba consumiendo cada vez estaba más histérica y estaba perdiendo el control sobre mi misma y cada vez me costaba más respirar, ignorando el hecho de que mi hija estaba siento triturada y aplastada con unas paredes enfrente mío me desmayé.

Desperté a los pocos minutos, intentando recobrar la conciencia me encontraba frente un estrecho túnel de piedra, no tenía otra escapatoria más que salir por ahí, empecé a reptar con miedo de quedar ahí atrapada, continué avanzando poco a poco hasta que encontré una luz azul. Con ansias de poder salir de allí avancé lo más rápido que pude ya que el pánico me podía.

Empecé a notar mucha humedad en el ambiente y pequeñas rocas cayéndose detrás mío , giré levemente la cabeza y vi una especie de monstruo disforme con varias extremidades en forma de araña persiguiéndome, repté todo lo rápido que pude para poder salir. Cuando lo conseguí y llegué a la sala final encontré el cuerpo de mi hija en forma de caja, en una postura casi inhumana, por no decir completamente. Rompí a llorar, empecé a dejar de respirar de tanto llorar, golpeé el suelo en repetidas veces y me hervía la sangre.

"Mi hija no merecía morir, la que debía haber muerto era yo..."

"Mi hija no merecía morir, la que debía haber muerto era yo..."

"Mi hija no merecía morir, la que debía haber muerto era yo..."

"Mi hija no merecía morir, la que debía haber muerto era yo..."

"Mi hija no merecía morir, la que debía haber muerto era yo..."

Repetí severas veces mientras estaba hecha una bola en el suelo recubierto de sangre de mi hija y me mecía de lado a lado, estaba mordiéndome los dedos y arrancándome mechones de pelo hasta que entraron unos hombres golpeados que casi parecían cadáveres andantes me arrastraron hasta una puerta la cual me llevaría con los demás adultos.

Me quedé petrificada al ver a mi marido tan mal herido, sus manos chorreaban sangre y se le veía muy asustado, enfadado y triste al mismo tiempo. Se acercó a mi y me arropó con sus brazos, sabía por lo que yo había pasado.

Odio que mi marido, mi compañero de vida y una de las personas más importantes de mi vida estuviese en tal estado, no quiero recordar nada más de esto, mis recuerdos se desvanecieron al verme en tal situación.

Lo único de lo que realmente me acuerdo es de que ahorcaron a una señora de una forma muy horrible. Esa señora no demostraba arrepentimiento después de haber salido de la sala que le habían asignado, a la hora de comer decidí probar un poco la comida pero no me gustó mucho, tenía un sabor realmente extraño.

Tras la cena nos revelaron algo realmente perturbador.

Por unos megáfonos nos dijeron:

"Aquella carne no era de la que habituáis comer, es una carne con un toque especial, un toque... sentimental! Vuestros hijos desearían estar con vosotros y ser conscientes de ello. Porque ya están con vosotros, mirad vuestros platos.

Cada uno tiene su nombre! Lucía, Roberto, Azahara, Minghao, Angélica... Y muchísimos más, disfrutad de vuestra primera experiencia de canibalismo."

Las caras de horror y asco del resto de los padres inundaron la habitación y empezaron a gritar y vomitar. Una gran angustia recorrió mi cuerpo y vomité todo lo que pude, llegué a un punto en el que sentía que vomitaba mis órganos. Mi marido me miraba horrorizado ya que él veía como vomitaba sangre y no paraba. Sufría de emetofobia (Fobia al vómito). Después de tanto vomitar acabé desplomada en el suelo. Recordé aquellas galletas y té que consumí hace cierto tiempo, ¿Podría eso haber sido la causa de que mis órganos se estuviesen desintegrando?  Morí al cabo de 5 minutos, Leo se desesperó tanto que buscó cualquier forma de salvarme pero en vez de encontrar eso, vio un gran ventanal que daba a una gran ciudad iluminada ya que era de noche, habían unas "escaleras". 

No dudó ni un instante y se lanzó para poder huir de este sitio, pero cuando se dio cuenta fue demasiado tarde. Cayó 20 pisos abajo ya que estábamos en una gran azotea. Le dio un paro cardiaco antes de caer al suelo y por el impacto su cuerpo quedó completamente destrozado.

Nadie se percató excepto aquella persona que organizó todo esto, Asher y Carol estaban demasiado ocupados lamentándose por la muerte de su hijo. Mi lamentable historia acabó aquí, me sigo preguntando, ¿Qué será de mi hija? ¿Quién le estará cuidando? Espero que viva una vida bastante más útil que la mía.


CONTINUARÁ 


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