BESOS DE CEREZA Y PÓLVORA ~Fred Weasley~

Capítulo 4

Llegamos a la sala común, la fiesta ya había empezado, la cosa ahora era encontrar a Lee y a George.

– Puff, como para encontrarlos ahora, hay un montón de gente –se quejó el pelirrojo.

– Que esperabas, Freddie, aquí esta hasta Ravenclaw y seguramente algún Slytherin –rodó los ojos al mencionar la última casa– Además, tampoco es tan difícil de encontrarlos, usa esa gran altura de la que tanto presumes para buscar a un grupo de chicas Hufflepuff –

– Ahí están, tenías razón –me cogió de la mano y me arrastro por toda la sala.

– ¿Dónde estabais vosotros dos? –pregunto Lee con una sonrisa pícara

– Nada de lo que estas pensando, fuimos a ver a Harry a la enfermería –expliqué

– ¿Y a que no adivináis quien estaba con él? –los chicos se miraron entre ellos y levantaron los hombros en señal de que no sabían– estaba con Ma... ¡Auch! ¿Por qué me pisas? –me miró

– ¿Qué? Yo no te he pisado –dije inocentemente– Freddie, ¿Por qué no me acompañas a ir por algo para beber? –le tiré del brazo para apartarlo– Harry me pidió que no le dijéramos a nadie –el miró algo confundido, pero de todas formas asintió.

– Pero igualmente vamos a por bebida, que me ha entrado sed –

La fiesta continuó, fue bastante divertido ver como George y Lee trataban de flirtear con unas huffies un par de años mayor. Deje a los chicos para unirme a Angie y Ali, adoro a los chicos, pero estar de fiestas con ellas, es lo mejor.

– Tías –nos llamó la castaña– ¿Puti vuelta o bailamos? –nos preguntó

– ¡Puti vuelta, puti vuelta! –gritó Angelina– Que he visto un huffie guapísimo –

– Dale, ¿cuál es? –ella me señalo al chico– Puff, majo, pero no me liaría –opiné

– ¿Qué dices, tía? Pero si esta para mojar pan –la morena se mordió el labio.

– Bueno, ya sabes que a mí no me gustan mucho los Hufflepuff en ese sentido –me excusé

– A ella le gustan más los Gryffindor –canturreó Alicia por alrededor nuestra, rodé los ojos. Estuve con ellas por un rato más, viendo como Angie intentaba acercarse al Hufflepuff, que parecía ser intocable. Volví con los chicos, quizás con una copita de más.

–Beth, ¿Estas bien? –preguntó George al verme.

– ¡Clarooo!, estoy suuuuuper bien –dije demasiado alegre

– Lizzie, no puedes ni andar recto. Es mejor que te vayas a dormir, te acompaño –

– No, no, no. Hermione estará dormida y me regañará si la despierto y me ve así –Hice un pucherito y Fred se río por lo bajo.

– Anda, esta noche duermes en nuestro cuarto –empezamos andar, aunque yo no podía dar ni dos pasos sin tropezarme. El pelirrojo optó por cogerme como si fuera un saco de patatas para subir las escaleras más rápido.

– Tu cama es muuy cómoda –comenté cuando me dejó en la cama.

– Lo sé, pero tienes que dormir –comenzó a quitarme los zapatos para poder dormir más cómoda. Después de eso me tumbé y en menos de cinco minutos me quedé profundamente dormida.

☆☆☆☆☆☆

A la mañana siguiente me despertó un horrible dolor de cabeza, pocos segundos recordé que no había dormido en mi habitación, sino que estaba en la de los chicos. Abrí los ojos y vi a Fred dormido a mi lado, estaba dormido muy profundamente, tanto que se le caía la baba.