Valentina escuchó los gritos de las fanáticas que se apostaban cerca de las barras de seguridad con tal de poder obtener un saludo o una mirada de ella. Les sonrió haciendo una señal con la mano antes de caminar por la alfombra roja rodeada de flashes de fotógrafos que se agitaban por tenerla cerca. Había sido elegida la mujer más bella del mundo hace unas horas y los periodistas tenían muchas ganas de escuchar su siempre humilde opinión y agradecimiento respecto a algo, claro, ellos no la conocían porque en realidad de humildad nada había.
Al entrar al salón, suspiró satisfecha porque era el tipo de ambiente en el cual le gustaba verse envuelta. La elegancia se reflejaba en los mínimos detalles para la cena de cumpleaños de Sean Wellington, uno de los diseñadores más famosos del siglo actual y que estaba interesado en Valentina Carvajal para que fuera el rostro principal de su marca. ¿Cómo no tentarse con una mujer que tenía el rostro más deseado del mundo?
Como siempre sucedía en los eventos donde concurrían varias personas, no pasó más de cinco segundos estando sola porque un grupo de mujeres de grandes curvas la rodearon. Los otros hombres miraban de reojo con envidia la escena, porque sucedía todo el tiempo lo mismo, las únicas que obtenían la atención de la modelo eran las mujeres, debido a su sexualidad y a la vez ella se robaba la atención del resto de mujeres.
XX: Hola Valentina ¿vienes con alguna compañía en especial? –Le preguntó un actor de su misma edad que pasaba cerca, por supuesto que era sarcasmo.
Valentina: ¿Quién de ustedes quiere ser mi compañía especial esta noche? –Las rubias, morenas y asiáticas que estaban a su alrededor asentían convencidas de que una de ellas tendría la oportunidad de acostarse con ella, en ese mundo también se comentaba lo buen amante que era en la cama— Pues no lo sé, podría ser cualquiera. Oh –entrecerró los ojos al ver a Sean Wellington rodeado de otras personas de Elite— lo siento preciosas, tengo que saludar al hombre de honor esta noche, si me permiten unos minutos. –Besó la mano de algunas, luego se volteó y erguida caminó hacia el cumpleañero. Había escuchado los rumores de que la quería contratar ¿por qué no saludarlo y de paso crear buenos lazos?
Sean: Y la verdad es que tener 40 años en este tiempo son los nuevos 20, es eso lo que dice mi... —la gente que lo rodeaba reía de sus palabras. Al divisar un saludo con la mano de la atractiva modelo Valentina Carvajal, sonrió— ¡Bienvenida a mi fiesta cariño! –La acercó rápidamente para presentarla a los demás— Amigos, ella es Valentina Carvajal, una de las modelos más talentosas y con quién me gustaría contar en mi círculo cercano. ¡Todas las mujeres la aman!
XX una editora de revista que conversaba con el cumpleañero, miró la sonrisa de Carvajal y suspiró— No dudo el por qué dices eso.
Sean: ¿Has venido sola? Recuerdo haberte enviado invitación doble.
Valentina: No estoy comprometida y no quería traer cualquier mujer a tu fiesta de cumpleaños, por cierto, felicidades. –Ante los demás mostraba los mejores modales que tenía, quería dar una buena impresión. Sabía por experiencia, que muchos de los rostros que estaban aquí lo hacían para aprovecharse del evento, las fotos circularían por la internet y era promoción gratis.
Sean: ¡Adoro a esta chica! ¿Cómo está tu amigo turco?
Antes de responderle prestó atención a los murmullos que había a su alrededor. Varios de los rostros se voltearon a la entrada cuando vieron a un hombre alto y muy guapo de ojos claros que caminaba como un modelo. Valentina sonrió de oreja a oreja, ese cabrón, aunque muchas veces podía ser "competencia", era su mejor amigo y alguien con una cabeza enorme para llevar una carrera de modelo y ser estudiante de medicina. Pero su sonrisa se borró como si de una bofetada se tratara. Liam se volteó, desapareció unos segundos y volvió acompañado y no de cualquier persona, sujeta de su brazo estaba la psicópata con un vestido negro hasta el suelo que acentuaba curvas que parecía no tener antes o a las cuales no les prestó atención. Su cabello estaba recogido con elegancia, de sus orejas colgaban unos aros largos y blancos, no había que ser muy inteligente para darse cuenta de que el rubor de sus mejillas era natural gracias a su timidez. Los pasos que daba a través de los escalones eran con elegancia, incluso en ese momento si moría de vergüenza no perdía la educación.
ESTÁS LEYENDO
Enamorarte. (Adaptación Juliantina)
FanfictionAdaptación Juliantina. Esta historia NO es mía, es una adaptación Originalmente hecha por Trinidad Gallardo en facebook © Todos los derechos reservados