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TW: Temas sensibles de violencia física y uso de sustancias psicodélicas.
[No se fomentan estas actitudes]

Mientras tanto, volviendo con Foolish, éste corrió tras su amante, subió al segundo piso y vio como el pelinegro casi entraba a su salón, así que apresuró el paso y estando cerca de él, lo tomó por el brazo haciendo que el otro se volteara a verlo. Después de un día se volvían a ver directamente a los ojos, pero no fue como lo esperaban.

El deportista notó que el menor tenía raspones y moretones en la cara, aparte de que su mirada estaba llena de miedo y temor. Algo le había pasado y lo descubriría.

- ¿Estas bien? - Habló el más alto - Dime que ocurrió - Se notaba preocupación en su voz - ¿Porqué estás así? ¿Quién te hizo esto? -

Intentó poner su mano en la mejilla del otro donde había un hematoma, pero fue apartada hacia un lado de un manotazo.

- Déjame en paz - Dijo con un tono de fastidio cuando se dio cuenta que era él - ¿Y ahora qué quieres? -

- ¿Porqué no viniste ayer? Me tenias preocupado sabes -

- Ahh, ¿ahora si te importó? - Respondió con ironía - Mejor ya vete - Se iba a dar la vuelta pero el atleta volvió a jalarlo.

- Tenemos que hablar - Sonó como una orden.

- No quiero hacerlo - Apartó la mirada hacia un lado - Aparte de que no es un buen momento. Las clases van a iniciar y estamos en medio del pasillo... - Sus ojos viajaron por las ventanas del salón y ahí vio como uno de los pandilleros lo observaba muy fijamente sentado en su butaca.

El pelinegro se puso tenso y el miedo que tenía al principio volvió. Esto fue notado por el mayor y dirigió su mirada a lo que estaba observando el otro. Vio como el vándalo lo analizaba ferozmente.
Fue ahí qué recordó la conversación que habia escuchado el día anterior. No le tomó más tiempo entender a quien se habían referido los pandilleros en la platica.
Fue a Vegetta a quien lastimaron.

Rápidamente Foolish comenzó a caminar por el pasillo jalando al ojimorado, quien se sorprendió un poco e intentó poner resistencia. Aunque fue en vano porque de repente llegaron a la biblioteca y fue llevado hasta el último estante. Solamente estaban ellos dos.

- Ya no estás en el pasillo y no creo que te importe perder una clase en la cual tienes 10 - El menor iba a protestar pero fue interrumpido - Ahora dime - Se puso serio - ¿Los pandilleros te hicieron esto? - Se miraban directamente los ojos, pero el pelinegro agachó su cabeza.

- No - Se notaba su voz temblorosa - Bueno, al menos no fueron los golpes de la cara - Quiso sonar sarcástico, pero no lo logró.

- ¿Qué quieres decir? - Lo tomó por los hombros - Sabes que puedes confiar en mi - Quería transmitir compresión.

El ojimorado se mordió el labio inferior. Eso no era cierto, nunca más debía confiar en él. Su cabeza le repetía qué no fuera tonto y que se largará de ahí, pero su vulnerable corazón rogaba por ayuda y apoyo. Es por eso que en su momento de debilidad, decidió contarlo todo.

Comenzó a quitarse la chaqueta del uniforme, haciendo que el otro apartará sus manos. El menor la deslizó por sus brazos y la dejo caer en el piso, dejando al descubierto su piel roja y llena de moretones debido a que la camisa de debajo era de manga corta. El deportista se llevó una mano a la boca por la impresión. El pelinegro movió su cabeza para verificar que no hubiera nadie cerca y empezó a desabotonar su camiseta. Cuando se desabrochó el último botón, se pudo ver como su pecho y abdomen estaba igual de maltratado qué sus brazos, pero lo que más resaltaba era la zona de las costillas, donde había un moretón enorme por ambos lados con varias tonalidades.

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⏰ Última actualización: Apr 07 ⏰

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Do it! Do it! - Slimeriana Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora