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[Comentarios hirientes]
[No se fomentan estas actitudes]

Día lunes, Foolish llegó al Instituto con superioridad como siempre. La verdad es que el domingo estuvo entrenando todo el día, a fin de compensar la cita secreta qué había tenido con Vegetta el sábado, ya que debía mantenerse en condiciones para jugar, así que técnicamente no había tocado el celular, más que para mandarle algunos mensajes a Mariana, preguntándole cómo estaba y que lo extrañaba, aunque ocurría algo raro, y es que no le había contestado desde ayer, talvez se había enfadado con él por no salir el fin de semana juntos y quedarse haciendo "ejercicio". Pero no importaba, ya lo arreglaría al verlo en la escuela con unos besos y caprichos, admitía qué era muy fácil convencerlo y hacer que se olvidara de los problemas, según él, lo tenía en la palma de la mano. También le había llegado una notificación sobre un nuevo anuncio de la escuela, pero supuso qué se trataba del próximo torneo del día miércoles.

Se acercó al colegio, saludando a quien se le cruzaba, pero extrañamente todos le apartaban la mirada y se alejaban de él con ¿asco?. Definitivamente algo estaba ocurriendo. Tuvo aun más sospechas cuando, al estar cerca del edificio, vio a muchas personas amontonadas en la zona de casilleros, aunque al ser la entrada, era normal que a veces los alumnos se aglomeraran en ese lugar, pero lo inquietante de esta vez era que no se encontraban ocupados guardando sus cosas, si no que estaban parados mirando el espacio donde se ponía el periódico mural.
Foolish avanzó al interior del edificio y fue haciendo poco a poco hueco entre la multitud para poder pasar; recibía uno que otro golpe, sin embargo, cuando notaron qué era el quien se acercaba, abrieron paso dejando que llegara al pasillo y quedará enfrente del espacio de anuncios.

El deportista al alzar la mirada se quedó completamente helado: En el periódico había una gran foto de él y Vegetta besándose dentro del escondite qué utilizaron en el centro comercial, pero no sólo eso, también por las paredes había varías imágenes de ellos tomándose de la mano y acariciandose. Comenzó a entrar en desesperación, ahora comprendía todo, su secreto había sido revelado. Sentía como las personas lo juzgaban y despreciaban con la mirada. Estaba hecho un lío y no sabia de que forma reaccionar.

- ¡¿Quién mierda hizo esto?! - Le gritó a los espectadores con total furia mientras buscaba señalar a algún culpable entre la multitud - ¡QUE HABLE AHORA PARA ARREGLAR LAS COSAS CONMIGO DE FRENTE! -

Tenía una cara completamente roja de enojo. Estaba por volver a hablar, pero se calló de inmediato cuando de entre los alumnos salió su novio llendo directo hacia él de forma rápida.

- Mari... -

Sus palabras quedaron en el aire debido a la fuerte bofetada qué recibió por parte del castaño, haciendo que su cabeza se volteara a un lado. Todos los alumnos se sorprendieron por el espectáculo qué se estaba formando.

- ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! - Escupió su odio en la cara del atleta - ¡Estábamos a tan solo unas semanas de cumplir medio año! ¡¿Y ES ASÍ CÓMO ME LO PAGAS?! -

- Mari escuchame... - Suplicaba entre susurros a la vez que llevaba una mano a su mejilla golpeada.

- ¿Eso es lo que estuviste haciendo todo este tiempo? ¡¿Ponerme los cuernos mientras me decías que ibas a entrenar?! - Sus ojos se comenzaban a poner rojos debido a las ganas de llorar - ¡¿ACASO CREES QUE SOY UN ESTÚPIDO?! -

- Mariana por favor déjame explicarte - Intentó tomar por los hombros al de gafas, pero éste apartó sus brazos de manera brusca.

- ¡NO TE ACERQUES! - Se alejó con repulsión - ¡Lo nuestro se terminó, ¿entendiste?! ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER NUNCA! - Sentenció mientras comenzaba a correr por el pasillo y huir de la multitud.

Do it! Do it! - Slimeriana Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora