David

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Dabi...

  Un pequeño caminaba de forma dispareja, casi estaba en el suelo, le dolían las piernas, el pecho, la cabeza, había estado caminando desde hace horas para alejarse lo sifiente del lugar, tenía sed, hambre, sueño, pero seguía en pie.

Nada podía pararlo, intentaba con todas sus fuerzas seguir adelante y para tenerlas no sacaba de su memoria aquella sonrisa que le dedicó su pequeño conejito verde.

Las galletas que los gemelos le prepararon, como el pequeño heladito le protegió, como juntos corrían a su encuentro cuando llegaba a casa después de entrenar de forma individual, como le hacían dibujos y el los guardaba en un cofre en la casa de un amigo, como cantaban canciones mientras hacían cualquier cosa.

Como hacían siertas muecas cuando los molestaba, sus risas cuando les hacía cosquillas, como aprendieron a centrarse y caminar junto a él y sus demás hermanos, sus primeras palabras.

Todo ello estaba fresco en su mente, y todo ello le daba fuerzas para seguir caminando, y aunque en algunos puntos estuvo a punto de caer y desfallecer no se lo permitió y siguió su camino.

El sabía que allí lograría cumplir su meta y ser el mejor hermano mayor que los gemelos necesitaban, que el necesitaba; Aún faltaba un poco para llegar a su destino pero sentía que faltaba poco para caer al suelo de lleno. Por ello dio vuelta a su ruta, ahora se dirigía por un teléfono fijo, solo era a unos pocos pasos y en su pantalón tenía unas cuantas monedas.

Se aferró al teléfono para no caer y de a poco saco las monedas de los bolsillos de su pantalón  y de misma forma los introdujo en el teléfono fijo para luego proceder a marcar el número.

Sentía que hiva en caída en la inconsciencia pero aún no llegaba al lugar exacto al que tenía que ir, alfin contestaron en el cuarto timbre, dio un suspiro de satisfacción y alivió.

—¿Si, buenas noches con quién hablo?— Se escuchó desde la otra línea.

—Q-quiero unirme a us..tedes— Fue lo único que logró decir de forma entrecortada, sentía le faltaba aire a sus pulmones.

—¡Claro que si!, ¿Con quién tengo el gusto?—

—Eso-o es lo de menos~..¿Podrían recogerme?— Mientras esperaba una respuesta se fijó en el número de calle para dar una dirección pero algo llamo su atención un chico que caminaba por las sombras con mirada perdida y guantes de tres dedos.

Era extraño pero no le tomo mucha importancia, no por ahora.

—Claro ¿En donde se encuentra y como podemos identificarlo?— Poco a poco le dio el número de dirección y describió como vestía sin despegar la mirada de el joven con actitud extraña que ahora le veía a él sentado desde una banca

—De acuerdo, en menos de quince minutos ya se encontrará alguien para recogerlo...¿Quiere quedarse en línea o se retirará?— Oyó por la línea pero no entendió del todo por culpa de la idea que cruzó por su mente.

—¿Eh~?...No gracias...— Corto la línea, y poco a poco se acercó al otro joven cruzando la calle. Iría a hablar con el, tenía un rato presentimiento con respecto al joven.

Y aunque sus heridas dolían y faltaba poco para caer desmayado del dolor o cansancio, talvez ambas por igual, se hacerco y se sentó, estaba dispuesto a iniciar una conversación con el joven con actitud extraña; Claro el no contaba con que su actitud para el otro de igual forma era extraña.

—¿Esperas a a-alguien?— Por fin hablo.

—No..— Fue la única respuesta que resivio, en ellos se instaló un silencio incómodo pero fue por poco pues oyó.

—¿Tú esperas a alguien?—

—De hecho...si— Contesto —¿Si no esperas a nadie que haces aqui?, ¿A estas horas?— Esperaba no ser muy entrometido pues a él mismo le fastidiaba la gente entrometida.

—Cuando no esperas a nadie...y sales a estas horas...es para caminar, pensar— Escucho del peli-azul, ¿azul cenizo?, ¿Blanco? No tenía idea.

Cuando él pensó en contestar el otro se le adelanto— Pero eso es lo que hace alguien quien no puede dormir.....Yo en cambió, no tengo donde dormir, así que deambular por las noches es una buena forma para no sentir frío—

La garganta le ardió, no por la falta de agua y cansancio, no, ardió mucho más, no tenía palabras para responder a eso; el silencio volvió a instalarse entre ello, hasta que una idea cruzó su mente.

—¿Tienes un quirks...Como es tu nombre?— Talvez era una idea arriesgada, pero la extraña sensación que sentía respecto al joven de ojos rojos se aclaraba un poco.

—Dime...Shigaraki— Aunque sentía algo de desconfianza por el joven de ojos azul turquesa decidió contarle, igual y talvez conseguía apoyo.

—Y si tengo uno, si tocó algo con mis cinco dedos— Dijo alsando y mostrando sus dedos, tres de ellos en guantes y dos libres—Se vuelve roca desintegra—

El aliento se le fue por unos minutos, no supo si por admiración, temor o las herida pero de alguna forma dolía, en parte entendía porque no tenía donde llegar a dormir, talvez sería bueno escuchar la historia completa.

—No me as dicho tú nombre— Dijo sonriendo.

—Touya, pero dime Dabi—Dijo devolviendo la sonrisa.

—¿Que te parecería venir con migo?— Propuso alfin su idea, el otro lado una ceja en duda pero pareció más como si pensase la propuesta.

Le parecía rara la idea, pero no tenía más que hacer ni nada que perder o lamentar, ni dónde regresar, acintio y cuando estuvo por aceptar la propuesta el cemi-albino/pelirrojo se desmayó en su hombro, tal parece sus fuerzas se fueron en la conversación.

Y en ese mismo instante como si todo estuviera planeado llegó un auto negro, con ventanas polarizadas y no sabía de autos pero podía jurar que era anti-balas.

Quién sabe y le deparará el destino, era un juego, uno que jugaría a su manera.
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Cap corto, el siguiente cap se me borró por lo que tardaré un poco en reponerlo

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Cap corto, el siguiente cap se me borró por lo que tardaré un poco en reponerlo.

Espero les haiga gustado, los leo 😘

lindo chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora