Eras una humana que un día consiguió entrar en el palacio de los dioses sin que nadie se diera cuenta. Entraste por pura curiosidad porque, siendo humana, no sabías nada de los dioses y siempre has querido saber más de ellos. Mientras caminabas por...
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-Qué hace una escoria como tú aquí?
Dijo el dios, algo molesto por la presencia de un humano. Tú miraste al dios a los ojos. Estabas algo asustada porque te habían descubierto. Al principio dudaste un poco en si debías contestarle, pero al final decidiste mentirle:
-Perdona...Es que me perdí de camino a casa y...acabé aquí...- el dios se molestó más:
-No creo que te hayas perdido aquí. Ahora dime la verdad.
Te sentiste un poco más asustada por la respuesta del dios. Sabías que, si le mentías otra vez, el dios podría hacerte algo malo, así que decidiste decirle la verdad:
-Yo solo...tenía curiosidad y decidí entrar aquí sin que nadie me viera, pero parece que...no me ha salido nada bien...
El dios entonces miró a la humana con arrogancia, y entonces habló de nuevo:
-Mi nombre es Poseidón. Cual es tu nombre, escoria?
La humana al principio se molestó un poco porque Poseidón la llamó escoria, pero contestó a su pregunta igualmente:
-Soy ___... contestó la humana, algo tímida pero también molesta
Poseidón miró a la humana con aprovación, y entonces dijo:
-Perfecto. Ya que decidiste entrar al palacio de los dioses sin ningún permiso, a partir de ahora serás mi esclava y no podrás ver más a tu família. De acuerdo?
Te quedaste algo en shock por la respuesta de Poseidón, y dijiste, enojada:
-Pero, ¿Porqué? eso es injusto! No puedes hacer eso!
Poseidón solo sonrió, y dijo:
-Sé que no te arrepentirás de servirme.
En ese momento, te arrepentiste de haber entrado a este palacio. ''Porqué me tienen que pasar estas cosas a mí siempre?!'' te preguntaste a ti misma en silencio. Ahora mismo, tu vida iba a cambiar completamente, y no sabías como reaccionar a este cambio tan grande.
