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Violet
Desperté con un horrible dolor de cabeza, tenía puesto los tenis, ¿Qué rayos pasó?
No recordaba mucho, solo a ese tal Jerry y que conversábamos y de ahí no me acuerdo de nada
Trate de levantarme, todo daba vueltas, genial
¿Qué demonios paso ayer?
No podía quitarme las manos de la cabeza, dolía mucho
Como pude camine hasta la cocina
Rápido tome asiento
-¿Tan mal estas? -escuché su voz ronca, el pelirrojo, abrí los ojos, ahí estaba junto a la nevera, ni siquiera había notado que estaba ahí
-No fastidies- bufé
-No me darás las gracias? -ahora de que hablaba, me sentía terrible y el quien sabe de que tonterías estaría hablando
-¿Por qué?- solté fastidiada
-Anoche en el bar el idiota ese con el que estabas te emborracho, y no se que te iba hacer después, yo te traje a casa...De nada -se acercó y tomo asiento enfrente de mi
-Por eso el dolor de cabeza... Maldita sea, dime que no hice una estupidez -respondí con preocupación
-Mmm.. Pues intentaste besarme -sonrió en burla, abri los ojos como platos, que locura había hecho
-¿Qué? Estas jugando -negué con la cabeza, sentía mis mejillas arder
-No, es verdad, también me dijiste que siempre has pensado que soy "lindo" y si no fuera cierto, ¿por qué te sonrojas?-soltó una carcajada
-¡No estoy sonrojada! y eso que dices no es cierto, no caeré en tu broma- seguramente estaba como un tomate, maldición
Eso era imposible, jamás diría secretos ni borracha, si pensaba eso de el, pero pues normal, todos podemos pensar que alguien es lindo
-Si, si es verdad, no tengo por que mentir, pero tranquila no le diré a nadie que te gusto -dijo con orgullo y salió de la cocina
Maldito imbécil, no creería sus boberias, eso no era cierto, jamás le diría algo asi
¿Por qué iba querer besarlo?
Lo seguí de inmediato a la sala
Tome de su brazo antes de que se aventara al sofa
-Qué quieres? ¿Qué te bese? -tenía una sonrisa perversa en burla
-No ahg...-solté de inmediato su brazo -Quería decirte, que ni creas que creeré tus mentiras, se que lo dijiste allá- señale la cocina -fue falso - me cruce de brazos
-Cree lo que te de la gana, pero es verdad, ¿no qué odiabas el alcohol? -se aventó al sofa
-Lo sigo odiando, yo no recuerdo a ver consumido alcohol - di un suspiró, en eso venía acercándose Ellefson con el ceño fruncido, luego me dirigí a el
