Prólogo: adiós

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Aunque esté a kilómetros, puedo escuchar el crepitar de las llamas. Puedo sentir su calor. Si me concentro, noto incluso las quemaduras en mi piel, aunque el fuego no me haya tocado.

Lo que queda de la ciudad está brutalmente iluminado por la destrucción que hemos causado. Que he causado yo. De alguna manera, no puedo sentir nada. A pesar de que mi hogar se esté reduciendo a cenizas delante de mis atentos ojos y mis manos se estén manchando de la sangre de muchas personas. Incluyendo la de mi padre.

Escucho a lo lejos un aullido. Lo reconozco. También reconozco los aullidos que responden. Llegarán en cualquier momento.

— Oye.

Una especie de batir de alas y una voz familiar me llaman adentro del bosque. No escucho.

— Hey.

Le ignoro. Soy incapaz de apartarme de la destrucción que se va acercando lentamente hacia mí como lava espesa. Escucho sus pasos acercarse a mí y agarrarme del brazo.

— Sunghoon. — miro al fin a mi compañero, otro vampiro. — Tenemos que marcharnos.

Asiento sin decir nada, y sujeto con fuerza lo que queda de mi espada. Aunque me cuesta, decido no mirar atrás y simplemente sentir como se aleja el calor de las llamas tras mi espalda.

Él ha salido volando, pero yo tengo que contentarme con escapar corriendo a toda velocidad y sentir la tórrida flora del lugar golpearme mientras me alejo de mi hogar. No puedo pensar en mi padre, y en lo mucho que me odiará cuando sepa lo que he hecho. Pero ya no hay vuelta atrás. Supongo que es un adiós para siempre.

Blood Moon [hyunchan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora