La primavera florece en tu piel 𐙚 Jenlisa

Volviste mis días una primavera eterna

Lisa y Jennie se mudaron juntas después de un par de meses.

Jennie y Lisa no entendían como habían aguantado estar tanto tiempo sin pasar todos los segundos del día abrazadas o besándose. No era literal, ambas trabajaban y estudiaban pero viviendo juntas compartían el mayor tiempo posible.

Estaban bien. Tenían peleas, como la mayoría de las personas que conviven pero eran cosas tontas y mundanas; como.. —¡Por qué dejaste eso tirado alli!— de parte de Lisa y —Claro, pero no te importa cuándo se trata de mis bragas.— de Jennie, lo que terminaba en sexo seguro.

Lo que quería decir que no era una pelea grave o cien por ciento verdadera.
A pesar de todo, que Jennie sea un poco desordenada (mucho, en realidad) sea gritóna y nocturna, Lisa la ama. Y no cambiaría nada de como es por nada, pero si la ayuda.

La despierta para la universidad cuando en la noche se quedó leyendo alguna fanfic hasta la madrugada, la deja dormir y evita que algo la despierte los fines de semana o los días de semana en los que no tiene clases.

Le da ideas cuando tiene que escribir algo para la universidad, como para sus capítulos de fanfics, que comenzó a escribir hace poco. Se comporta medio como una madre también, diciéndole que deje el teléfono o un libro que estaba leyendo, si es el caso, cuando debería estar estudiando.

Ella cocina, porque si fuera por Jennie, solo comerían cereales con leche y pizza encargada si es que tenía dinero de más. Se supone que Jennie es la que se encarga de limpiar y ordenar el departamento pero aunque lo hace bastante seguido, mantener las cosas limpias y ordenadas no es lo suyo y por ese pequeño detalle son la mayoría de sus tontas peleas.

Estaba hablando de su omega, por supuesto, la persona con la que el destino la juntó. Siempre supo que al lado de su omega sería diferente pero no tanto, nunca se imagino que todos los días serían primavera, donde no sentiría más el frío helado del invierno, ni el calor abrumador del verano, sino una sensación justo en el medio.

Tampoco se imagino que todo en su vida ahora era colorido como la primavera, donde florecen todas las flores, ni que oliera tan bien como lo hace. Hay veces en las que Lisa cierra los ojos y sin pensarlo sonríe, sin poder evitarlo. Estar con Jennie es todo lo que siempre quiso. Con su Jennie, su omega.

Hace unos años o incluso, meses antes de que conociera a Jennie, pensaba que quería conocer a su omega dentro de un par años, cuando haya terminado la universidad y su vida se haya establecido mejor, está feliz igual. No puede siquiera imaginar como habrían sido estos últimos meses sin Jennie.

Claro que conocer a su omega en esta etapa de su vida le ahorró experiencias, como la de follarse más personas, tener más relaciones sin busca de nada eterno, pero está bien. Porque si la hubiera conocido dentro de, quizás, unos cinco años, tal vez Jennie ya no leería fanfictions de Harry Potter en Internet y Lisa no hubiera conocido nunca ese mundo (porque ahora puede que lea fanfictions, mientras Jennie se pasa horas leyendo las de Harry Potter).

Y, ciertamente, si la hubiera conocido dentro de unos años, por lo menos, se supone, que ellas no fumarían mota, porque serían adultas responsables seguramente con cachorros en camino o ya crecidos y eso de fumar cosas ilegales, bueno, no es una buena influencia o algo que una buena madre haga.

Su nudo tardaba más de una hora en irse cuando estaban con los efectos y las sensaciones eran aún más fuertes que de costumbre. Había antes probado de tener su nudo dentro de alguien más, nunca se sintió tan fuerte y bien como con Jennie, mucho menos con Jennie y la marihuana.

Antes quería que las cosas fueran de otra manera, conocer al amor de su vida dentro de unos años, ahora, en el presente, no puede ni pensar en las cosas de otra manera. Ama a Jennie y la forma en la que la hace sentir, como si fuera todo mágico, tan cursi como suene.

Está enamorada, viviendo en una constante y eterna primavera. No puede querer nada diferente.