Una oportunidad

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Cellbit se separó de Roier, solo había sido un beso normal. Un beso suave. El castaño fue el primero quién dió un pasó atrás. El cenizo estaba tan nervioso. El silencio inundo la habitación. Algúnas veces Cellbit a pensado si lo qué siente hacía Roier es quererlo, de una forma más haya de los amigos, o solo es deceo sexual. No lo tenía muy claro. Y había tiempo donde casi pasaban el límite. Nunca les dio por preguntar ¿Por qué lo hacían?, A Cellbit siempre le dio miedo sacar ese tema, podían dejar ser amigos. No quería perder una amistad cómo Roier, era muy importante para el.

Al día siguiente Cellbit estaba haciendo planes por la noche. Y haciendo una carta para aquella persona. Le daba mucha vergüenza al ser rechazando. No era muy normal que digamos. Dios mío por favor qué me diga que si. Al principio si tuvo que admitir qué cuándo se dirigía a su casa. De arrepentía de hacer lo qué estaba apunto de realizar. No Cellbit. Se valiente. Si se puede...

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Roier estaba en su casa. Era medio día. Estaba soleado. No tenía a su hijo en casa. Estaba con Jaiden y Vegetta. Sentía tranquilidad en la casa, pero también le atormentaba. Recordó cuándo era amigo de Spreen y de Missa. Missael algúna que otra vez no visitó. Pero ya no era ese tiempo cómo cuándo tenían una amistad muy fuerte. Roier se puso a pensar, ¿Que pasaría si no hubiera tenido hijos?. Sería un vagabundo o trabajaria en el OXXO. Solo una risita. Pero eso se le quitó cuándo llamaron a su puerta. Era una señorita muy hermosa, no estaba tan maquillada. Su ropa estaba un poco corta. Usaba un suéter de Spiderman y una bandana Azul. Era igual qué el.

-¿Quien eres tú?- Preguntó Roier al ver a la muchachita que estaba al otro lado de la puerta. La chica se notó enfadada por esa pregunta. No era obvio. «Ash».

-Eres un tonto. Soy Melissa. O eso creo. Hace tiempo que no vienes a Casualonas. Y tome tu lugar.- Roier alzo las cejas. Claro. Hace tiempo su prima había tomando su lugar. El trabajaba ahí, Antes. Desdé que tuvo a Bobby no lo volvió a hacer. No quería verse así frente a su hijo. Roier la dejo entrar a su casa. Se notaba muy diferente. Era más guapa. No le llamaba la atención su prima. Simplemente no podía creer que esa era ella.

-¿Y el niño?- Pregunta Melissa al ver qué el hijo de su primó no estaba llorando ni jugando. Melissa fue cómo una madre para Bobby. Siempre lo andaba cuidando. Pero cuándo Roier se retiró de ese trabajo. No se habían contactado desde hace tiempo.

-No está aquí, está con Vegetta. Me hubiera encantado qué te hubiera visto. Se hubiera puesto muy feliz. - Roier le sirvió un vaso de limonada. Aún qué intrigaba saber porqué lo había visitado. No era una molestia. Pero se le hacía raro de ella.

Hablaron un rato. De cosas insignificativas. Después de un rato Melissa pregunto por su abuelo. Roier no sabía nada de el. Pensó que se había quedado con el.

-¿Tienes donde dormir?- Dijo Roi mientras se sentaba junto a ella. Melissa negó con la cabeza. Siempre se quedaba con un amigo o amiga. Roier le ofreció quedarse en su casa. no le molestaba tener a su prima ahí, era demasiado grande, así qué no le dió tanta importancia.

Melissa se quedó en un cuarto de invitados. Roier estaba en la sala viendo la televisión y revisando su celular.

‹DING DONG›

Roier se levantó de la sala y abrió la puerta. Era Cellbit. Hoy no habían quedado en hacer un plan para Ciudadobby. Ni salir. Roier le sorprendió su visita. Pero se veía demasiado formal para solo visitarlo. A lo mejor y tenía una junta y quería qué ciudara a Richarlison. Que no había ningún inconveniente. Pero le hubiera avisado o si podía.

-Hola Gatiho- Roier le sonrió. Desdé su vista era muy atractivo, su perfume era suave pero con un tono fuerte. Sus ojos esmeralda brillaban. Se notaba un poco nervioso. No sabía bien lo qué tenía. A lo mejor y el nervioso era el de la forma en lo qué lo miraba.

-¡Guapito!, Hola.- Cellbit no quería notarse raro ni nada por ese estilo. Pero lo qué le iba a pedir era muy difícil. Cellbit estaba en la puerta de la entrada y Roier al otro lado. Los dos se quedaron mirando fijamente.

-Ah, perdón. Pasa- Roier se notó algo rojo y avergonzado por su comportamiento. Aún qué hay qué decir qué cuándo el estaba sólo con amigos, no era el mismo. Era más divertido y más suelto. El y Mariana podían incomodar a cualquiera.

-No, no yo solo te quería pedir...- Cellbit trago saliva y fue valiente. No le era muy fácil para el. Aún tenía temor en sus palabras.

-¿Quieres tener una cita conmigo?- Cellbit se pinto de rojo. En cambió Roier se sorprendió y ahora el era el color tomate.

Un respiro tuyo |Guapoduo| 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora