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El palacio de el pueblo de Etham ahora mismo se encontraba bajo una profunda revisión. Después del atentado de la noche anterior, el rey había pedido una revisión para ver si no habían dejado alguna bomba con la que pudieran ser amenazados. Después de dos horas de revisión los soldados informaron al rey que hasta ese momento solo habían encontrado una carta de los atacantes.

La carta provenía de uno de los reinos con el que estaba endeudado el señor Kim. Liberia. Un reino muy poderoso al que le había pedido muchos doblones y ahora se encontraba en quiebra. La carta decía que el ataque era sólo una demostración de lo que pasaría si durante el lapso de tiempo otorgado por el rey no se entregaban los doblones que debía. Estaba jodido.

Además de esa carta, Taemin había informado que había llegado otra carta del pueblo de Camelot. Específicamente del rey Kang Dae. En la que le informaba al rey Kim que Jeon Jungkook iría a hablar con el ese mismo día por petición de Kang Dae pero que tuviera cuidado por que no era un tipo fácil de tratar.

No tenía ánimos para hablar con ese sicario, ni siquiera sabía si la información de sus grandes destrezas era verídica. Pero tampoco quería que su único heredero falleciera en algún otro atentado. Era su única opción.

Solo debía encontrar la manera de pagar a los dos reinos pues si el reino de Liberia ya había hecho un movimiento en contra de Etham, qué le aseguraba que el reino de Kiato, otro con el que estaba endeudado, no haría lo mismo.

Un suspiro exasperado salió de su boca mientras se tiraba en su sillón totalmente frustrado.

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El menor de los Kim estaba plácidamente durmiendo después de tres horas intentando conciliar el sueño después del atentado. La puerta fue tocada y Taehyung asustado pegó un brinco en su enorme cama sentándose muy rápido causando un fuerte mareo.

—¡Mierda!— enojado se levantó aún con una mano en la cabeza a causa del mareo y con pocos ánimos de hablar con personas abrió la puerta notando a Taemin. —¿Qué quieres? Déjame dormir— dijo irrespetuosamente. Taemin rodó los ojos.

—Joven Kim, la señorita Chaeyoung me solicitó avisarle que el almuerzo está listo.—mencionó y después realizando una venia respetuosa se retiró.

Taehyung resopló y cerró la puerta con fuerza para luego dirigirse a su baño con la intención de asearse.

Tomó una ducha y luego se vistió con ropa cómoda. Se arregló y salió de su habitación para poder comer lo que las criadas habían hecho.

Al llegar a la enorme cocina se sentó esperando a que le sirvieran su almuerzo el cual consistía en un tazón de sopa, una hogaza de pan con mantequilla caliente y una taza de té verde humeante. Sin siquiera agradecer comenzó a comer.

Cuando degustaba su almuerzo notó a tres de los soldados de su padre correr a su despacho como si de eso dependieran sus vidas, lo cual despertó la curiosidad en su persona.

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—Señor Kim!— dijo uno de los tres soldados después de que todos realizaran una venia en respeto a su rey. —Jeon Jungkook está aquí señor— dijo el soldado de en medio. El señor Kim asintió. Se paró de el sillón donde se había tumbado y con un asentimiento los soldados nuevamente salieron del despacho corriendo fuera.

Pero Taehyung entró al despacho de su padre antes que los soldados por lo que Kim mayor suspiro.

—Taehyung por favor, sube a tu habitación— dijo el señor Kim pero eso solo logró atraer más la curiosidad del castaño quien  se acercó insistente.

—Quien es ese tal Jeon Jungkook— dijo Taehyung con una sonrisa y cruzándose de brazos. El señor Kim meditó pero realmente prefería primero hablar a solas con el sicario.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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