La Presa Del Dragón. (Próximamente)

Sipnosis

5 años.

5 años habían pasado desde que la grieta había aparecido en el cielo.

5 años desde que nuestras vidas cambiaron convirtiéndola en un infierno.

5 años donde todo lo que en el mundo se conocía había desaparecido.

Nada ni nadie volvió a ser igual después de ese desastre.

Y es que el día Martes, 12 de Septiembre a las dos y treinta y tres de la tarde, la gente paseaban tranquilas por las calles del centro de Texas, el sol resplandecia fuerte y el calor del día era abrasador.

Muchos se encontraban en sus casas conviviendo con sus familias, otros tantos en sus trabajos, incluso otros en los centros comerciales.

El día pintaba de lo más normal como cualquier otro, cuando de pronto, justo a esa hora cuando el sol se encontraba en lo más alto, un sonido ensordecedor se escuchó alrededor del mundo.

Parecido a los truenos y relámpagos comenzarón a aparecer, eran tan fuertes que los hizo a todos estremecer.

La tierra bajo sus pies comenzó a temblar y las nubes cubrieron el sol oscureciendo todo.

Un gran rayo cruzó el cielo y seguido una grieta comenzó abrirse como si se tratase de una herida, poco a poco se hacía más grande y todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para observar lo que en el cielo ocurría, nadie sabía que era, se preguntaban que era lo que estaba pasando y ni los más grandes científicos tenían explicacion alguna para tal acto.

Otro rayo cayó cortando la electricidad en el instante.

Hubo un momento de silencio donde nadie habló, nadie se movía, los truenos y rayos se calmaron, no se escuchaba ni el más mínimo de los sonidos, era como si el mundo se hubiese apagado.

De pronto, de la grieta comenzó a salir unos puntos rojos, se veían como pequeñas hormigas que poco a poco se acercaban, las figuras se hacían más grandes y cada vez más clara.

La gente abrió los ojos con horror cuando se dieron cuenta de lo que ocurría, lo que se avecinaba era algo totalmente peligroso capaz de acabar con todo.

Y de inmediato el caos se desató.

Todos empezaron a correr, gritaban, se empujaban buscando un lugar seguro para protegerse.

Las cosas rojas cada vez estaban más cerca, y no pasó mucho cuando el fuego empezó a consumir las ciudades, en todas partes del mundo estaban, destruyéndolo todo a su paso.

Las personas estaban aterradas corriendo por sus vidas, mujeres, hombres, niños y ancianos, todos estaban en peligro.

Pero el infierno se desató cuando las cosas Rojas tocaron tierra.

Dragones.

Eran Dragones.

Empezaron a escupir fuego, volteaban todo con sus enormes alas y con su hocico los agarraban y tragaban, con sus enormes patas con garras agarraban y aplastaban.

Fueron demasiados días infernales, días donde era una lucha sobrevivir y no ser asesinado por los Dragones.

No sólo habían ingresado Dragones rojos si no también habían algunos Dorados que eran mucho más grande que los rojos pero eso era solo el tamaño, porque los más agresivos seguían siendo los rojos.

En esos días, muchos habían muerto y muy pocos fueron los sobrevivientes.

Escondiendose en cualquier hueco que pudieran para no ser vistos, no llamar la atención ni hacer ningún ruido.

Los días fueron pasando y las cosas fueron mermando, aún se podían ver muchos volando en el cielo y otros tantos descansando en el suelo.

Todo se encontraba destruido y quemado, desde casas, autos, hasta las tiendas.

Nada había quedado de lo que un día fué la tierra.

Ya no existía la seguridad de caminar tranquilos por las calles.

Todo eso se había ido junto con la llegada de los enormes Dragones que tenían el tamaño de un autobús.

Ni siquiera podían salir de su escondite si no querían ser cazados y comidos.

Los pocos humanos que habían quedado en la tierra se juntaron entre ellos para buscar una solución, debían protegerse y ayudarse y es por eso que después de meses y fuertes trabajos para buscar materiales y sobrevivir a las bestias, habían construido un Fuerte, un lugar seguro para resguardarse de los ataques.

Y aunque la vida en el fuerte tampoco era la mejor ni la más perfecta, las personas que se habían quedado allí con el tiempo comenzarón a morir de hambre, pero para ellos, era mejor eso que salir y ser la presa de un Dragón.