Capitulo 7

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NARRA CARLOS

Estaba preocupado por Blas, empecé a buscarlo por todos lado, pero no lo encontraba, ya me estaba preocupando demasiado y le pregunté a un chaval que vi allí

-Olle, ¿has visto un chaval alto, castaño con los ojos azules, que llevaba una camisa roja de cuadros?- le pregunté

-¿te refieres a Blas?- me preguntó

-si ¿lo has visto?- dije ilusionado

-el marica ese se ha ido a su casa- dijo riendo

-no vuelvas a decir eso de Blas- cerre el puño y lo lleve con todas mis fuerzas hasta su cara -¿te ha quedado claro?

-con esas tenemos no- dijo crujiéndose los nudillos -no deberías haber echo eso

El tio era como cuatro veces más grande que yo, mas fuerte que yo y mas ancho que yo y con tam solo un puñetazo me dejo listo, pero el no se conformó con uno solo, si no que me reventó toda la cara.

Notaba como la gente se reia, todos se reían, exepto Dani y David, me fui de allí y fue lo más rápido que pude a casa de Blas. Cuando llegue el me abrió la puerta y se quedo pálido al ver mi cara

-¿que demonios te ha pasado?- preguntó preocupado

-te estaba buscando y le pregunte a uno por ti, y me respondió "el marica ese se ha ido a su casa" y fue cuando le di un puñetazo con todas mis fuerzas- pausé un segundo para tomar aire -y el nota era como cuatro veces más fuerte que yo y mas grande que yo, y ya te puedes inmaginar el resto

-madre mía, yo, yo siento haberte metido en esto- si disculpamo mientras me acompaña hasta el sofá

-no es culpa tuya- nos sentamos -no me arrepiento de hacer lo que he echo

-pero esto es muy fuerte- dice mientras me abraza -mírate, tienes el labio reventado y la cara roja y lo ojos hinchados, esto es increíble- dice exasperándo mientras me levanto la camiseta para enseñarle los moretones que tenía en el costado -Carlos... - se asusta -esto no es normal tío, mirate -me señala

-me duele todo, pero no te preocupes por mi- dije intentando hacer una sonrisa pero me salió una mueca

-vamos ven- me acompañó hasta el baño -sientate- me señala el inodoro, le hice casa y me sente, el cogio un botiquín y sé puso de rodillas delante de mi -te voy a curar

-gracias por ser amable conmigo- le dije contento

-no tienes porque darmelas rubio- me sonrió mientras me curaba las heridas

Terminó de curarme las heridas y me llevo hasta su habitación se sentó en la cama y me hizo un hueco a su vera

-¿sabes que?- me preguntó sonriendo

-¿que?

-te quiero pequeño, te quiero, cuando dije que no era como tu no quería decir eso, simplemente lo que quería decir es que...- se pauso para mirarme a los ojos -yo no soy tan valiente como tú, yo soy un cobarde y prefiero ocultarlo, y tú eres valiente, te da igual lo que la gente piense de ti

-no me gusta ocultarme de nadie- le respondí

-me gustaría ser tan valiente como tú, quiero ser como tú- me abrazó -te quiero rubio- me susurró

-y yo a ti Blas- le respondí sonriendo

-puedes llamarme chiqui- dijo sonriendo

-vale, pues te quiero chiqui- lo abracé felizmente

El fue a besarme y yo hice un gesto de dolor, me dolía mucho el labio

-¿que te pasa cariño?- preguntó preocupado

-me duele mucho el labio- me queje

-tranquilo- me abrazo -pero te advierto no puedo estar ni un segundo sin besarte, haber como me las avio- protesta poniendo cara pena

No pude resistirme y me lancé a el, lo acerque a mi me puse mis labios junto a los suyos de manera que no me molestase las heridas y le bese suavemente, se sentía tan bien

Come to my baby (Blarlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora