"Xihualacan compañeros..."
—Vengan niños, vengan para acá, una nueva historia hoy les he de contar— Gritó un anciano con un bastón en mano.
Los niños comenzaron a reunirse en el centro, los padres les acompañaban por detrás, todos emocionados debido a que Don Diego iba a relatar una historia bella, triste o llena de aventuras.
—Ustedes de mi boca han escuchado muchas leyendas, desde una mujer que llora sin parar hasta un espíritu que usa negro que por las iglesias a de caminar. También les he contado anécdotas de mi persona, como la noche de hace una semana, donde hable de los chaneques, quienes se llevaron a mi papá.
Hizo una pausa mirando a los niños, dejo su bastón y se sentó en una roca.
—Hoy les debo contar una historia trágica para los involucrados, pero que el destino fue justo, ya que ninguno de los dos termino separado para siempre.
El anciano elevó los brazos, la fogata se prendió de la nada, los niños se alegraron y los adultos un poco de miedo tenían.
—¿Han escuchado sobre el Charro Negro y el espíritu de las aguas?
—¿Aquel elegante señor y la extraña dama que vaga por la corriente del mar? ¿Acaso nos va a contar una historia de amor?— Algunos hicieron un sonido de ternura, otros de asco, algunos niños incluso sacaron la lengua.
—Esta es una historia de cariño y hermandad, a quien llaman dama, es en realidad, un bello joven que le sirve al dios de las aguas.
Los presentes guardaron silencio, ya que el hombre iba a comenzar.
Hace mucho tiempo, en la época virreinal, un niño de unos 10 años, salvó su hogar, Puebla de los Ángeles, de un brujo que poseyó a una cocinera de una casona, liberando a la familia que habitaba ahí, ustedes pensaran "El héroe se quiso hacer" la realidad es que solo lo realizo, porque capturó a su hermano mayor. Ese chico tenía el corazón más puro que se pudo conocer, tanto así que, pese a tener miedo como alguien de su edad, decidió expandir la paz a los rincones de cada lugar, de lo que en ese tiempo, se llamaba Nueva España.
Sin embargo, todo eso acabo, cuando en la noche de la lluvia, la noche del diablo, el más grande mal de este lugar, se llevó su alma llena de bondad, arrebatando todo lo que logró y convirtiéndole en su sucesor, el que llamamos Charro Negro, no era el mismo hace unos años, cambia su rostro no solo para engañar, es que, en realidad, cambia de persona.
Muchos su perdida lloraron, pero quien más sufrió, fue su hermano mayor, ya que el chico, era lo poco que conservó. Se dice que solo se le veía llorar de desesperación, suplicando en silencio que su hermano regresase, pero la verdad es que este muerto básicamente.
—Ay no— Dijo un niño
—Pobre del joven.
—Aquí es donde la historia se puede confundir, debido a que hay versiones diferentes por igual.
Se dice que el mayor, se fue a las playas de Veracruz, donde observaba con tristeza las olas del mar, el menor era como el bosque apacible y lleno de vida, el mayor era un alma juguetona, parecida a las olas y a los riachuelos que nos juegan bromas a los viajeros. Un día, unos pescadores le encontraron muerto, rumores dicen que el agua se lo llevó, otros dicen que un rayo fuerte le chocó, pero la versión más aceptada es que, en el cumpleaños de su hermano, la vida se quitó, sentido tenía ¿Cómo su vida seguía? Sin nadie más a quien acudir, sin nadie más con quien vivir, el joven se asilaba con cada mes que pasaba, casi un año pasó de esa forma.
