Cartas de un amor no correspondido

Carta 3

Me siento más libre, al fin te lo puedo decir.

Me gustas Tay, me gustas tanto que me duele amarte.

Betty, ¿Qué hago ahora?. Este amor cada día se está volviendo más doloroso, pero no la quiero dejar ir.

Soy una completa estúpida, al pensar que yo sería esa persona con la que tanto anhelaba estar, ahora me doy cuenta que ella solo me miro como una simple amiga, pero en la forma tan cálida de hablarme, su forma tan dulce de tratarme me enredo, y solo fuí yo, la que se estaba enamorando de un amor no correspondido.

Debería olvidarla y seguir adelante.

Dejame amarte, no puedo obligarme a olvidarte.

¿El dolor desaparecerá al pasar el tiempo?.

Nunca había conocido a alguien como tú, eres una persona admirable, muy guapa, me gusta mucho tu personalidad, y eres sociable, todo lo contrario a mí...

Mi pesimismo siempre me ganó, me hizo creer que no pertenecía a ningún lado, todo lo que hacía pensaba que estaba mal, las críticas nunca faltaban siempre estaban ahí para decirme todos mis defectos. El hecho por el cual nací mujer y no hombre, mis problemas cada día aumentaban, el miedo de ser rechazada ante la sociedad, y de decepcionar a todos, se hacía cada vez más grande.

La única solución que ví ante todo esto, fue callar.

Hasta que llegaste tu, y me salvaste.

Fuiste como una estrella que brilló delante de mí, cuando más necesitaba de alguien.

Ya no soportaba esta vida, donde no encajaba en ningún lado, solo era yo, siempre estaba sola. Mis padres nunca estaban cuando más los necesitaba.

Esta soledad me hizo no volver a confiar en nadie, la felicidad no existe es solo una simple fantasía que al final solo va a desaparecer, este dolor se convirtió en odio, y volver a hacer feliz ya no me llama la atención como antes.

Aquella niña que quiso ser feliz solo por un pequeño momento y disfrutar de su infancia junto al lado de sus padres, ya no quiere saber nada de lo que se llama "felicidad".

¿Pero tú?.

Lograste que vuelva a ser feliz.