Su mano seguía doliendo y la sangre que manchaban sus nudillos ya no le parecia tan satisfactoria de ver como lo fue momentos atrás. Y es que ni siquiera sabia en que estaba pensado para perder el control de aquella manera.
Gulf jamás había sido una persona impulsiva, mucho menos utilizaba la violencia como medio de desahogo, él prefería los dialogos razonables a tener que ejercer la fuerza bruta en contra de alguien más; desde que tenía uso de razón que había sido una persona apacible y tranquila, pero el día de hoy le habían tocando la vena sensible y no pudo contrarlarse como hubiese querido.
Golpear a alguien dolía mucho más de lo que se imaginaba, no es como si se la pasará una cantidad excesiva de tiempo imaginando cómo se sentiría golpear a la gente.Ni siquiera le importaba la lluvia que de pronto había comenzado a caer sobre su cuerpo o de cuanto tiempo llevaba allí sentado como si esperara algo o ¿alguien?. ¿Que se supone que debería hacer en estos casos?. Dejó entrever una sonrisa amarga por lo lamentable que seguramente se veía, ¿acaso podia verse más patético?.
Tenía muy en claro que lo más sensato que podía hacer era volver a casa y tratar de olvidar una humillación como esta, pero ¿en donde estaba?, la zona no le parecía realmente conocida. Cuando abandono aquel departamento, no lo pensó mucho en realidad y solo se subió al primer taxi que encontro hasta estar los más lejos posible.
– ¡Maldita sea! – espetó enfurecido. ¿Por que no podía ser más sensato?.
Observó con furia el pequeño regalo que seguia sobre sus muslos esperando llegar a su destinatario. Esa misma tarde había comprado un lindo obsequio con el fin de sorprender a Tyler por el día de su cumpleaños, solo que cuando llegó al apartamento en donde este vivía, fue Gulf quien se llevo la desagradable sorpresa de verlo en compañia de otro chico.
Para su propia desgracia, no tenia el derecho de sentirse engañado, Tyler jamás le prometió absolutamente nada y desde un inicio había sido muy claro con él, fue Gulf quien intento forzar una relación que no tenía pie ni cabeza. Habia sido tan estúpido y le enfurecia saber que sus amigos tenían razón al decirle en lo equivocado que estaba por involucrarse con alguien como Tyler, pero como el iluso que era, había hecho oído sordos porque estaba cansado de estar solo.
Gulf siempre había sido una persona muy transparente, no sentía vergüenza ni temor al decir que le atraían los hombres, siempre fue fiel a si mismo y defendia su derecho de amar a quien quisiera como cualquier ser humano en esta sociedad tan prejuiciosa y retrógrada. Tuvo la suerte de tener un padre muy comprensivo, que procuraba darle su espacio y respetaba cada decisión que tomaba para su vida.
Sin embargo, no corría con la misma suerte en el amor. Las relaciones no le duraban más de un mes porque al parecer no era alguien interesante o quizás, no había conocido a la persona correcta, alguien que lo amara de verdad. Espero pacientemente día a día, se convencía que su persona especial pronto llegaría, que aún era demasiado joven y que habían cosas más importante por las que preocuparse. Pero los días, las semanas, los meses, los años e incluso la vida misma estaba pasando delante de sus ojos y él seguía estando solo.
Solían decirle que no se apresurara, que todo llegaria a su tiempo, que pronto llegaría la persona adecuada, persona que sin importar que, lo querría, lo aceptaria y sabría lo maravilloso que era. Sin embargó, por muy dulces o alentadoras que eran esas palabras, al final del día seguía estando solo. A menudo se preguntaba que estaba haciendo mal, horas y horas se cuestionaba del porque no resultaba ser interesante o del porque las personas no eran capaces de quedarse a su lado.
Cuando creía que había encontrado a alguien especial, alguien que de verdad se interesaba en él, lo dejaban. ¿Que mal había hecho en su vida pasada para que en ésta estuviera pagando con su soledad?, y es que no comprendia este infortunio en el amor.
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Inesperado
RomanceEn ocasiones, el amor se encuentra en las personas menos esperadas. - MewGulf