¿How Bad Can I Be? // SpiderDuck

¿How Bad Can I Be?

ElQuackity esperaba pacientemente en la habitación de paredes blancas, el frío de las oficinas de la federación siempre le había gustado, el silencio lo hacía sentir paz, se sentía poderoso ahí, con todos a su mando, con mover un solo dedo obedecerán sus órdenes sin dudarlo. A pesar de eso ahora mismo la impaciencia empezaba a apoderarse de él, el recuerdo de él explotando junto a Maxo le sabía amargo en la boca junto a la discusión y la pelea que había tenido con el, pero se había equivocado, se metió en donde no debía y le haría pagar cada centavo a quienes estuvieran involucrados, tenía en mente nombres, pero a diferencia de su hermano él quería asegurarse, no actuaba por impulso, si iba vengarse no hay lugar para fallos, sería perfecto, los hará arrepentirse de verdad.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta metálica abriéndose, dejando pasar al oso polar uniformado, Cucurucho cerró la puerta al pasar y tomó asiento detrás del escritorio quedando en frente de ElQuackity.

La voz robótica sonó.

"Buenos días"

-Buenos días Cucurucho, hasta que llegas, ¿tienes la información que te pedí?- su voz era monótona, una platica normal, un aura de poder parecía emanar de él.

-SI- Cucurucho movía la cabeza de arriba a abajo de manera frenética acompañado de su si.

-¿Y bien?-

Cucurucho sacó un libro de su inventario con los nombres de los involucrados en la trampa, después de todo siempre tenían un ojo en todos los participantes en la Isla.

El libro fue asentado en la mesa, ElQuackity lo observó unos segundos antes de tomarlo en manos, lo abrió sin más y la lista con nombre estaba enfrente de sus ojos.

-Maximux

-Cellbit

-Roier

La sangre volvía a hervir, pero claro que había sido ellos, siempre son ellos, creyendo que son listos y rápidos que el. El impulso de soltar una carcajada se guardó en su interior, aunque una pequeña sonrisa se pintó en su rostro. Observo los nombres una vez más.

Maxo, pudo ser más inteligente, si el le hubiera asegurado su lealtad le hubiera regresado a sofia, pedir lo que él quiera, poder, riqueza, a Sofia, incluso a su hijo Trump de vuelta si se hubiera aceptado su trato y trabajado para el, tonto al rechazarlo.

Cellbit, ese chico que se estaba entrometiendo demasiado, ha sido un dolor de cabeza en todos los sentidos y las tantas veces que ha tratado de deshacerse de él siempre fracasaban, tenía ganas de simplemente hacerlo desaparecer de una maldita vez.

y el último nombre, se había esperado cualquiera, Forever, Bad boy Halo, cualquier otro , pero no el...

Roier.

ElQuakity tenía claro que estaba solo que no confiara en nadie porque nadie confiaría en él, y no tenia problema con eso , odiaba a cada uno de los habitantes de la Isla, pero por alguna razón el chico de cabellos color avellana se había incrustado como un cristal en su mente. Su hermosa sonrisa y personalidad lo atraparon, era fácil estar junto a él, y lamentablemente por sus responsabilidades dentro de la federación no había podido poner una mano sobre él, y para su suerte al regresar después de desaparecer a su hermano; el chico ya estaba casado con uno de los habitantes de la Isla de los que más aborrecía, le dolió, pero ahora ya no había excusas, podría destruir a todos en la maldita Isla y quedarse con el chico, nadie podría detenerlo ahora.

Tenía un plan que tramar , estaba emocionado, tenía que darse prisa, cuanto antes mejor, tomó el libro y se levantó del asiento.

-Estoy sorprendido esta vez cucurucho, felicidades por tu buen trabajo- sin más se dirijo a la puerta para salir de las oficinas.