XVII

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Al final también vistieron a ginro de mujer y se unió a nuestra misión.

—¡hagan fila! —hablo un guardia. —las elegidas se desposaran en el palacio y pasarán a ser del cabecilla.

—mmm, este año también hay bastantes bellezas. —un hombre de cabello largo se acercó a nosotras.

—ginro, ¿por que te escondes atrás de nosotras? —susurro kohaku viendo al mencionado.

—E-es que... Soy un hombre, no quiero que me elijan.

—estamos en las mismas. —dije posando mi mano en su hombro.

—pero tu si eres una mujer. —dijo este señalandome.

—lamentable... Pero me refiero a que no quiero que me elijan.

Cuando kohaku iba a hablar escuchamos un grito.

—me esforcé mucho buscando a la bestia fugitiva y encontré a una chica linda en el proceso. —menciono Ibara sonriendo.

—Por favor, déjela ir. Acabamos de casarnos. —musito un hombre quien estaba hincado en el suelo con un poco de sangre en su frente.

—¿Y qué?

El hombre agarro su arma qué tenía en la espalda pero Amaryllis lo detuvo y se acercó a este susurrandole.

—Por favor, aguantate. Petrificaron a mis amigos, llevo cinco años esperando este momento. Nos infiltraremos en el palacio y los salvaremos a todos.

El hombre miro a la fémina.

—Amaryllis... Pensé que eras una chica tímida, pero...

—Qué el resto se presente en orden, por favor. —hablo Ibara interrumpiendo.

—¡Tú! —un guardia señaló a Amaryllis.

Esta como toda una profesional cambio completamente su expresión.

—me llamo Amaryllis —dijo con un gran sonrojo. —los siento, me altero ante los hombres, nunca pensé que podrían elegirme. Ay, que vergüenza; ¡haré lo mejor que pueda!

—es un cambio radical... —murmure sonriendo.

—¡Si! ¡Aprobada!

Amaryllis cruzo hacia el otro lado y desimuladamente nos levanto el pulgar.

—qué pase la siguiente.

Se acerca el momento.

—qué no me elijan... Que no me elijan... Que no me elijan... —murmuraba ginro sudando.

—ojalá pudiera hacer lo que hizo Amaryllis... —susurre tocándome la barbilla.

Ya casi era el turno de kohaku. Vi como esta empezó a sudar cuando la llamaron.

—Me llamo koha... ¡Soy kohaku! Dicen que lucho... Que estoy llena de energía, ¡Encantada! —esta tenía el pulgar levantando y un ojo medio cerrado mientras temblaba.

—¿eh? No se que decir. Pero es bastante linda. Además, a mi parecer... Tiene unas curvas perfectas. —este se acercó a kohaku y levanto la mano hacia sus pechos.

Esta entrecerro los ojos y lentamente tomo la mano de ibara lista para doblarsela, pero una lanza se interpuso.

—¿Qué haces, moz? —pregunto ibara confundido.

—había una abeja, es la época.

—ah, bien. —se giro a kohaku—¡Si! ¡Aprobada!

Suspire aliviada.

~you~ •ishigami Senku•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora