El diario

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Ava se encontraba en el ático de su casa, limpiando y ordenando. Había encontrado un viejo baúl que nunca había visto antes, y estaba decidida a descubrir lo que había dentro.

Cuando abrió el baúl, encontró un montón de cosas viejas y polvorientas. Había ropa, juguetes, y un montón de libros. Pero lo que más le llamó la atención fue un diario.

El diario estaba encuadernado en cuero y tenía una cubierta desgastada. Ava lo abrió con cuidado y empezó a leer.

El diario estaba escrito por su tatara abuela, una mujer llamada Isabel. Isabel había vivido en Cuba a principios del siglo XX.

Ava leyó con avidez las páginas del diario. Isabel contaba su vida, sus sueños, y sus aventuras.

Pero lo que más llamó la atención de Ava fue una historia que Isabel contaba en una de las últimas páginas del diario.

Isabel contaba que, cuando era joven, había descubierto una isla secreta llamada Mako. La isla estaba llena de magia, y Isabel y sus amigas se habían convertido en sirenas.

Ava no podía creer lo que estaba leyendo. ¿Era posible que su tatara abuela hubiera sido una sirena?

Decidida a averiguarlo, Ava siguió leyendo el diario.

Isabel contaba que ella y sus amigas habían vivido muchas aventuras en Mako. Habían nadado con delfines, buceado en arrecifes de coral, y conocido a criaturas mágicas.

Pero también habían tenido que enfrentarse a peligros. Una vez, habían sido perseguidas por un dragón marino. Otra vez, habían tenido que luchar contra un brujo malvado.

Ava estaba fascinada por las historias de Isabel. No podía creer que su tatara abuela hubiera vivido una vida tan emocionante.

Cuando terminó de leer el diario, Ava se quedó pensando en todo lo que había aprendido. ¿Era posible que ella también tuviera sangre de sirena?

Decidida a averiguarlo, Ava decidió ir a buscar la isla Mako.






El Diario de una Sirena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora