Capitulo [3]

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(...)

La tarde caía sobre la localidad rural de Kyushi en la prefectura de Tohoku, mientras Izuku conducía hacia la antigua casa de su infancia. Sus manos sujetaban firmemente el volante, y a medida que se acercaba, el nudo en su estómago se apretaba aún más. El camión de mudanzas seguía de cerca, cargado con todas sus pertenencias del apartamento donde había residido.

La mente de Izuku estaba inundada de pensamientos y reflexiones. La escena con Mitsuha en el hospital seguía resonando en su cabeza. Sentía gratitud y cariño por su amiga de toda la vida, pero a la vez, pesaba sobre él la carga de haberse arriesgado enfrentando a aquellos matones sin pensar en las consecuencias. Además de tener su nueva responsabilidad de un poder desconocido.

A medida que se acercaba finalmente a su destino según su aplicación de navegación, un ruido familiar irrumpió en su mundo de pensamientos. El teléfono móvil comenzó a sonar en el soporte que sostenía su teléfono en su tablero. Izuku vio el nombre de su madre parpadeando en la pantalla y contestó.

—Hola, mamá—dijo Izuku con un nudo en la garganta.

—Izuku, cariño, ¿cómo estás? Espero que en el viaje a Tohoku no haya habido ningún problema. También quisiera recordarte que el doctor Haruka-san recomendó que no hicieras esfuerzo por las heridas que tuviste con esos matones — respondió su madre con una voz cálida pero cargada de preocupación.

— Estoy bien, mamá. Solo estoy en el camino hacia la casa antigua. Cómo te había dicho cuando me visitaste en el hospital,  solo pensaba que sería bueno pasar algún tiempo allí —respondió Izuku, tratando de ocultar las emociones que lo abrumaban.

—Oh, la casa de los viejos tiempos— susurró su madre con nostalgia—Recuerdo cómo solías jugar en el patio trasero y cómo reías a carcajadas cuando jugabas a ser un héroe. Siempre fuiste un niño tan lleno de energía y dulzura.

Las palabras de su madre resonaron en el corazón de Izuku, como un recordatorio de cómo solía ser. Un destello de sonrisa se dibujó en su rostro mientras continuaba manejando.

—Izuku, cariño, sé que has tomado una decisión importante al irte a un lugar apartado. Solo quiero que sepas que tanto Mitsuha como yo te extrañaremos. Pero también quiero que encuentres tu paz y felicidad en la travesía que emprendas— dijo su madre con voz serena.

Las lágrimas afloraron en los ojos de Izuku, pero luchó por controlarlas, deseando mantener la fortaleza frente a su madre.

—Gracias, mamá. Siempre me has apoyado en todo. Te prometo que volveré, y cuando lo haga, seré alguien en quien estés orgullosa de mí—respondió con determinación.

La voz de su madre se volvió tierna y afectuosa mientras continuaban hablando de los recuerdos compartidos en aquella casa, de las travesuras y los sueños que Izuku solía tener cuando era un niño inocente.

Finalmente, el camión de mudanzas llegó a su destino. Izuku estacionó su auto frente a la casa, mirando la fachada con nostalgia.

— Mamá, llegué a la casa. Voy a explorar un poco y recordar los buenos tiempos. Luego, comenzaré a pasear en Kyushu — le informó Izuku antes de despedirse

Su madre le acompañó con palabras de aliento y afectuosas despedidas.  Con el corazón lleno de calidez y un ligero brillo en los ojos, Izuku colgó el teléfono y salió del auto. Caminó por el patio trasero, recordando las risas y las aventuras de su infancia. Cada rincón parecía cobrar vida en su mente.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2023 ⏰

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My Isekai Story [Izuku x harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora