Capitulo 4

417 37 5
                                    

Pimienta.

Vegas sintió su nariz picar, un intenso y picante aroma a pimienta se filtra por sus fosas nasales, hace una mueca e intenta moverse. Un fuerte agarre en su cintura impide que logré su cometido, su cabeza le duele y por alguna razón se siente cansado.

Los últimos residuos de su celo aún lo envuelven, pero está luchando por tomar el control. Es extraño sentir a su lado Omega, no le gusta y lo rechaza, puede sentir al Omega lorriquear en su interior pidiendo por su alfa. Lo empuja lejos, no le gusta esa sensación. No quiere ser un Omega, no, no podía ser de la casta inferior.

Era Vegas Theerapanyakul, nació heredero de la segunda familia. Su destino era ser un alfa, había nacido para ser un poderoso alfa de Theerapanyakul y había terminado siendo un débil Omega. Nunca hubo omegas en la familia, la sangre de Theerapanyakul solamente se había transmitido en generaciones alfas que gobernaron Tailandia al ser la casta superior.

Cuando no se presentó como un alfa había notado la decepción en su padre, pero aún así había mantenido su lugar como heredero y ser un Beta no parecía ser tan malo. Seguiría negociando con Alfas, así qué se esforzó para crear una imagen intimidante. Con el tiempo los rumores sobre sus eficientes métodos de tortura se regaron entre las familias mafiosas y entonces nadie cuestiono que no fuera un alfa.

"Omega." La vibrante voz de Kinn lo llamó y Vegas sintió que su Omega luchaba en su interior para salir.

Fue ahí cuando Vegas se dió cuenta que ese fuerte agarre eran los brazos de su primo. Lo siguiente que supo fue que luchó contra su primo para saltar fuera de la cama.

Kinn encontró a un asustado Vegas que buscaba la salida, estaba temblando y se abrazaba a sí mismo. Su estado era vulnerable, tal parece que su familia tenía razón y Vegas no sabía controlar su lado Omega, el rechazo era evidente.

"No te acerques."

"Omega, sé que esto es nuevo para tí… Déjame ayudarte."

"No, alejate."

Kinn fue golpeado por una ola de feromonas agrias que estaban evidenciando el estado del Omega.

"Vegas, por favor. No quiero hacerte daño."

"¿Por qué debería creerte? Estoy siendo la vergüenza de la familia, Kinn. Todos me van a odiar porque no soy un alfa."

El alfa de Kinn protestó. No le gustaba que su Omega pensará eso, no cuando él lo apreciaba tanto.

"Vegas, nadie te odia. Nunca podría odiarte, Omega."

Kinn había logrado que Vegas quedara atrapado en una esquina, aún mantenía las manos extendidas al frente como un método de protección. El Omega estaba vestido solo con un pantalón de pijama, pues Kinn había tenido que retirar la tela superior al estar empapada de sudor.

"Se que aún tienes mucho que procesar, pero toda la familia ha estado muy preocupada. Macao y Kim están ansiosos por verte."

El Omega de Vegas gimoteo en su interior tras la mención de Macao y Kim, eran cachorros alfas que siempre había protegido. Sus cachorros.

"¿Quieres ver a tus cachorros, omega?"

Antes de que Vegas diera una respuesta fue interrumpido por el golpeteo firme en la puerta, pero nadie se atrevió a entrar. Sabían que sería un peligro al tener a la pareja saliendo de un ciclo de calor.

"Omega, ve a la cama. Iré a revisar quien es."

Kinn no va a negar que se sorprendió al ver cómo Vegas obedecía, lo vio moverse a la cama. Fue hacia la puerta, con cuidado abrió para encontrar un par de bolsas en el suelo, podía reconocer los nombres de marcas de lujo, las recogió y volvió a entrar.

El Omega de Theerapanyakul || VegasKinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora