𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶.

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A la mañana siguiente Jake entró a su casa, no había puesto un pie desde su discusión con Karina, en cambio había ido a dormir en un hotel.

Cuando entro a la habitación matrimonial vio todas las cosas de su futura ex mujer listas para dejar el lugar, era claro que ella no lo iba a hacer, era por eso que le había pedido a las señoras que atendían la casa que pusieran todas las cosas de la mujer en las maletas que fueran necesarias.

— Ya no tendrías por qué estar aquí, Karina. —habló el rubio, la femenina iba saliendo del baño recién bañada.

— Te dije que no me iba a divorciar de ti. No me sacarás de mi casa.

— ¿Tu casa? —Jake soltó un par de risas. —Te equivocas, está casa es mía, tú jamás te preocupaste en hacer algo por ella.

— Cuando la compraste dijiste que era de ambos.

— Era un decir, yo me he encargado de pagar todos los gastos de esta casa, así que es completamente mía, aclarando que está a mi nombre.

— No me importa, yo no me muevo de aquí. —se cruzó de brazos enojada.

— Tienes que hacerlo, la casa ya está en venta.

— ¡¿Qué mierda?! ¡¿Por qué hiciste eso?! ¿Vas en serio con esto del divorcio?

— Por supuesto que sí, tú te casaste por interesada y yo te engañe, ambos necesitamos separarnos ya. —la mujer lo miró incrédula, negando al instante.

— No lo acepto.

— ¿No?

— No. —habló decidida sentándose en la cama con los brazos cruzados.

— ¿Ni siquiera por tu dignidad? Claro, es que no la tienes, no te importa que te haya engañado porque lo único que te interesa es el dinero, dinero que me ha costado la vida tenerlo y lo he logrado con mi esfuerzo, no voy a dejar que te sigas aprovechando.

— ¿Vas a ser así? ¿Qué de todos esos malos momentos en los que he estado para ti? —la femenina empezaba a soltar lágrimas, Jake no podía con su descaro.

— Yo también estuve contigo en momentos difíciles, ayude a tu familia con problemas económicos, te ayude a conseguir un empleo digno, que no quisiste conservar porque dijiste que querías pasar más tiempo conmigo.

— ¿Ahora te haces la víctima? Tú me pagaste con un engaño.

— No me hago la víctima, porque sé que no lo soy, pero tú tampoco lo eres. Y sí, lo hice, pero todo este tiempo que estuve contigo lo hice de corazón, no por obligación o interés.

— Ay por favor, digas lo que digas yo no me moveré de aquí.

La mirada de Jake se volvió oscura y con todas sus fuerzas azotó la puerta contra la pared.

— ¿Qué demonios voy a hacer contigo? Mierda, ¿no te quieres divorciar? Perfecto, llevemos este maldito divorcio con un juez, pero ten en mente dos cosas, la primera es que yo voy a salir victorioso de esa corte, y la segunda, ¿adivina qué? Tienes que tener un abogado, porque déjame decirte que será un proceso largo y tendrás que estar gastando en el puto abogado, dime, ¿cómo vas a pagarlo si no tienes ni un maldito peso? Porque tu suerte llegó hasta aquí, yo no te pago nada más, y con suerte te asignan uno. —soltó con furia.

Y no era el único, la mujer lo estaba mirando colorada, porque sabía que cada palabra que salía de la boca de su esposo era cierta.

— ¿Ganar? ¿Tú crees que vas a ganarme después de lo que tú hiciste? Me engañaste y con un hombre, te debería de dar vergüenza. —la carcajada del rubio la cabreó aún más.

せ ₍M₎om's friend.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora