Xiao and Scaramouche

Cuello / Xiao

Sabes que Xiao te ama. Es un amor a pesar de ser un poco distante o cerrado con los demás y sabes que haría cualquier cosa por ti, casi.

Sin embargo, cuando te acercaste a él con un paso lleno de vida, una gran sonrisa y manos sosteniendo algo parecido a un collar de animal, te cierra de inmediato.

"Absolutamente no."

"Ni siquiera sabes lo que iba a hacer", haces un puchero falso. “Tal vez te estaba mostrando el nuevo accesorio que compré para mi gato”.

Xiao te mira inexpresivamente. "No tienes un gato".

"Seguro lo tendré."

Tu sonrisa crece de nuevo y le muestras el collar más de cerca. Una placa dorada con incrustaciones que se encuentra en la parte delantera de la pieza de cuero oscuro dice "xiao" en letras mayúsculas.

Parpadea, una y luego dos veces antes de volver a mirarte. “....No voy a usar eso.”

Abres el pestillo que mantiene unidos ambos lados y te acercas para ponérselo de todos modos. “Lo compré especialmente para ti, así que tienes que usarlo”.

Inclinándose mientras empuja tus manos hacia abajo, murmura “eso es humillante. No quiero usarlo”.

La forma en que sus ojos siguen el artículo cuenta una historia diferente, con un ligero rubor en sus mejillas que confirma tus sospechas.
 Por experiencias pasadas, descubrió que le gusta sentir algo, generalmente tu mano, alrededor de su cuello y pensó que esto sería perfecto mientras tus manos están ocupadas tocándolo en otra parte.

“Aunque te verás tan bonito”, le dices, manteniendo el collar en la mano mientras deslizas el de repuesto sobre la suave piel de su garganta. "¿No quieres ser un buen gatito para mí?"

Se congela momentáneamente ante eso, sus ojos te miran sin pestañear antes de que un escalofrío recorra su cuerpo. Para otras personas, puede ser como una estatua de piedra, las emociones nunca se muestran. Pero para ti, fue fácil de leer como un libro.

“Ah, ¿eso fue un sí?” No te responde, pero su cabeza cae hacia atrás, mostrando el cuello para ti. Un acto de sumisión.

Aprietas una vez con la mano que estaba en su cuello, haciendo que sus ojos se cierren momentáneamente. En ese momento sus ojos estaban cerrados, cambiaste tu mano con el collar, cerrando los broches para que permaneciera en su lugar.

El collar le queda bien, piensas, una banda de cuero oscuro que se ajusta cómodamente alrededor de su cuello. Conectada a la placa dorada con su nombre grabado, había una campana dorada similar que colgaba solo una pulgada hacia abajo.

Tocas la campana con el dedo y hace ruido, tintinea. Xiao te mira, sin amenazar, cuando escucha el sonido.

“Ojalá pudieras verte a ti mismo”, le murmuras, moviendo tus dedos sobre la placa metálica con el nombre.

Está tan callado así, ya sin aliento a pesar de que realmente no lo habías tocado todavía. "¿Te gusta?"

Lo jalas para que se siente en una silla cerca de una mesa decorativa redonda, deslizándose sobre su regazo una vez que está sentado antes de responder con un tarareo afirmativo. "Parece que necesitas que te cuiden".