Bajo las estrellas || Gavi x Pedri

¿Casados?

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Me levanté debido a los rayos del sol que se filtraban a través de mis corti- espera, ¡yo no tengo cortinas! Me desperecé a tiempo récord, abriendo mis ojos como platos al verme en la cama de Pedri, llevando SU camiseta, con solo unos boxers debajo. ¿¡ QUE PASO ANOCHE?! Todo era muy confuso. Solo recordaba ir llorando al baño, que Pedri fuera tras él y luego le diera como cajón que no cierra pero, ¿ cómo había acabado allí? Juraría que no bebió nada.. Se levantó de la cama con cuidado, tenía un leve dolor en la parte baja de su espalda y trasero, debido a lo que hicieron la noche anterior en el baño de aquel restaurante. Se dirigió hacia el baño que usaban Pedri y Fer (Habían 2 baños en la casa, uno para sus padres y otro para los dos hermanos) y cogió el cepillo que dejaba siempre allí por si acaso para lavarse los dientes. Tras eso, bajó a la cocina.

Le extrañaba que el canario no lo haya ido a buscar, sin embargo eso le venía bien, pues no quería hablar con nadie en ese momento. Se encontraba un tanto nervioso, tal vez dijo algo que no debía y no se acordaba, o aún peor: tal vez se sinceró con él y por eso no quería verle, porque ya él no le quería, no ahora que tenía a sus pies a esa chica tan bonita que vio con él.

La cocina se encontraba vacía, y la casa sumida en un calmado silencio. Al parecer no había nadie aparte de Gavi, y él se preguntaba dónde demonios se habría metido su canario favorito. Miró en todas las direcciones cuestionándose qué hacer, si prepararse el desayuno o buscar al moreno para exigir una explicación, no obstante optó por sobrepensarlo todo.

Pedri

La música de mis auriculares retumbaba en mis oídos mientras traspiraba debido al ejercicio. Me sentía inútil por no recordar nada de la noche anterior, solo haber ido tras Gavi al baño y.. bueno, eso. Sin embargo esa mañana me había levantado en el sofá del salón, en ropa interior. Subí a mi cuarto encontrándome con un Gavi somnoliento llorando en sueños, e inmediatamente acudí a calmarle. No entendía qué hacía él en mi cuarto, semidesnudo tumbado en mi cama, así que lo tranquilicé acariciándole el pelo y más tarde lo arropé. Cogí ropa del armario para cambiarme en el baño, y una vez cambiado agarré mis auriculares conjunto a mi móvil y salí a correr.

Al volver me encontré con Pablo, el cual miraba indeciso a todos lados de la cocina sin saber qué hacer. Me acerqué a él en silencio hasta quedar justo detrás suyo, aproximando mi boca a su oído.

- ¿Me esperabas amor? - susurré haciéndolo estremecerse.

- N-no.. y para tu información, no soy tu "amor" - respondió bajando el tono de voz en las últimas palabras. - ¿Qué pasó anoche?

- ¿Anoche? anoche te follé duro contra el muro - dije haciéndole sonrojar al máximo.

- No me refería a eso estúpido, digo después - aclaró con vergüenza. No quería hablar de aquello, ya que tendría que admitir que le gustó y eso no estaba en sus planes.

- La verdad.. yo tampoco me acuerdo muy bien, pero seguramente te traje a casa a dormir conmigo, aunque yo me levanté en el sofá, por lo que no dormimos juntos. - respondió el canario encogiéndose de hombros. A decir verdad le daba rabia no acordarse de la noche anterior, pero sabía con certeza que no había pasado nada malo.