7-Un diablo disfrazado de angel.

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Capitulo-07

"El que juega con fuego, no puede tener miedo a quemarse"

Christopher Davis.

Habían pasado tres días, en los cuales el tema de la boda o lo que había sucedido con el padre de Anne, no se habían vuelto a mencionar, nos habíamos mensajeado para saber del otro, pero nada más.

Esta incertidumbre de esperar a que su padre entrara en razón, o que Anne y su madre lo convencieran, me tenían tan distraído, que ni me podía concentrar en mi trabajo, así que decidí citar al padre de Anne, para hablar de hombre a hombre y poner las cartas sobre la mesa.

Me sorprendió que apenas descolgó la llamada, y yo le ofreciera venir a mi firma para hablar y aclarar la situación, él hubiera aceptado sin poner ninguna excusa, supongo que quizás estos días pudo digerir un poco más la noticia, o eso esperaba yo.

Al colgar la llamada con el padre de Anne, presione el intercambiador para indicarle unas cosas a Fannie.

-Fannie, vendrá un señor en una hora, apenas llegue lo haces pasar a mi oficina.

-De acuerdo-dijo, sin mucho ánimo.

-Y por favor, pospón todas mis citas, esta reunión podría tardar más de lo que crees.

-Oye, Davis-dijo con cierta preocupación-¿No querrás un té de manzanilla?

-Muy graciosa-puse cara de fastidio, aunque ella no podía verme-. Pero, si, si quiero un té, sin azúcar, como tu humor. Por favor.

-Sabes que me adoras-era cierto, pero nuestra relación, se basaba en tratarnos mal, y con humor negro.

-Sí, síguete repitiendo eso.

Ambos soltamos una risa, y al final, ella termino por cortar la comunicación, y yo volví a lo que estaba haciendo.

Pasó como media hora, cuando Fannie, entro a mi oficina, con el té en manos, le agradecí a lo que ella me hizo una mueca, puse los ojos en blanco, y ella salió de mi oficina, dejándome solo nuevamente.

La verdad, es que de todas las personas, ella era quien me conocía como a la palma de su mano, era mi mejor amiga, que digo mejor amiga, era como mi hermana, desde que la conocí en la Universidad, se convirtió, en esa hermanita menor que nunca tuve, por eso, si debía confiarle mi imperio o incluso mi vida a alguien, por supuesto que sería a ella.

Estaba archivando unos documentos, cuando tocaron a mi puerta, supuse que por la hora, debía ser el señor Mauricio.

-Adelante-dije luego de oír el toque por segunda vez.

-Buenas tardes, permiso.

Yo asentí, y el camino hacia mi escritorio, posándose frente a mí, estaba muy serio, tenía una cara de pocos amigos, así que no quise darle largas y comencé a hablar.

-Tome asiento-señale la silla a un lado-¿le ofrezco algo de beber?

-No, mejor no, gracias-hablo con seriedad-.Mejor vayamos directo al grano.

-Muy bien, lo cite para hablar del incidente del otro día.

-Creo que mi opinión acerca de eso, se la deje muy clara cuando estuvo en mi casa-indico-¿No lo cree usted?

Hubo un momento de silencio, donde yo buscaba las palabras indicadas, ambos nos mirábamos fijamente, como si estuviéramos a punto de iniciar un combate.

For you, for me.  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora