My Favorite Bro (Yeongyu)

10

Yeonjun

Cogí mi tenedor y pasé una patata frita, pero no me atreví a comérmela. Estaba deambulando por el complejo cuando encontré un pequeño restaurante escondido que ofrecía las mejores hamburguesas de Maui. La comida en mi plato olía increíble, pero aún tenía que probar algo en todo el día.

Supongo que la culpa que aplasta el alma es un gran asesino del apetito. ¿Quién sabe?

Si fuera honesto, diría que la única razón por la que entré en el restaurante fue para seguir evitando a Beomgyu. Pero la honestidad está sobrevalorada. Me convencí a mí mismo de que mi experiencia gastronómica en solitario era para matar el tiempo antes de tener que volver a la habitación y cambiarme para la ceremonia de la boda, que comenzaba puntualmente a las cinco, según el mensaje de texto de Beomgyu. Levanté mi teléfono por millonésima vez, pero ese mensaje seguía siendo la única comunicación que habíamos tenido desde anoche.

Por tercer día consecutivo me desperté sin encontrar a Beomgyu por ninguna parte, pero esta mañana su lado de la cama todavía estaba hecho. Nunca volvió a la habitación después de...

Me había dicho días atrás que estaría ocupado con cosas de la boda todo el día de hoy, así que no esperaba verlo, pero el nudo que había en la boca de mi estómago cuando desperté solo se había vuelto más apretado a medida que avanzaba el día.

Lo de anoche no debería haber sucedido. Fin de frase. Sí, habíamos estado bebiendo, pero no estábamos borrachos. Ambos podríamos haber dicho que no en cualquier momento.

Podría haberlo detenido después de que me besara. Podría haberlo dejado escapar.

No tuve que abrazarlo, para tratar de calmar sus lágrimas.

No debería haberme preocupado por la forma en que su suave cuerpo respondía al mío.

Y seguro como la mierda que no tenía que hacer que se corriera mientras gemía mi nombre.

Había tenido cincuenta oportunidades de ponerle fin.

Entonces, ¿por qué diablos no lo hice?

Empujé mis papas fritas alrededor de mi plato con mi tenedor, apoyando mi mejilla en un puño cerrado, con el codo sobre la mesa. Pasé todo el día en el patio de recreo de mis propios pensamientos, la alegría y el miedo compitiendo violentamente por la superioridad en mi balancín emocional. Cuando la alegría estaba ganando, reviví una de las experiencias sexuales más calientes de toda mi vida.

Cuando el miedo se impuso, traté frenéticamente de fingir que no había pasado nada, convenciéndome de que un estúpido error no iba a arruinar todo entre mi hermano y yo para siempre.

Estoy enamorado de ti.

No había querido decir eso, no podía haberlo hecho. Pero no debería haberlo puesto en una posición para creer que podría. El niño probablemente se enamoró de cualquiera que fuera amable con él, y dado que habíamos superado con creces la línea borrosa del amor fraternal, no podía culparlo por estar confundido.

Simplemente no podría vivir conmigo mismo si mi error de juicio, mi falta de control en un momento en que debería haberlo protegido, lo alejara de mí nuevamente.

Lo acabo de recuperar.

—Ni siquiera sabía que eras capaz de dejar un plato con algo.

Una voz vino a mi lado y miré hacia arriba para ver a Karina luciendo impresionantemente hermosa en su enorme vestido de novia blanco, dejándose caer en la silla a mi lado.