Capítulo 1

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Amelia

Estoy llegando tarde... estoy llegando tarde... estoy llegando tarde... estoy lleg - ¡¡¡¡AMELIA!!!! - salte los más alto que pude del susto que me lleve. Que una persona ya no puede sobre pensar en paz o que ?
Claramente no iba a reclamarle nada a mi abuela, ella es todo lo que tengo.

- Ameli querida, es una increíble aventura esta que vas a emprender, no tengas miedo de alzar la voz para defenderte y defender lo que crees. No olvides alimentarte bien. Te amo y estoy muy orgullosa de ti.

- Gracias abuela, te amo. - la abrace y en el proceso limpié una lagrima rebelde que se estaba escapando de mis ojos.

Estoy nerviosísima, me dijo mi prima, a la cual le dijo una amiga de ella, a la cual le dijo otra amiga, que necesitaban a una niñera, y no solo era mi primer día, si no que era probablemente mi ÚLTIMO!, estaba llegando no tarde, tardísimo.

...

Quedé maravillada con la casa, no solo era enorme, si no que tenían un montón de coches estacionados fuera, se escucha una música ensordecedora, y sobresalen luces del patio trasero.

Toque la puerta no sin antes arreglar mi pelo y poner mi mejor sonrisa. Pasaron 5, 10, 15 minutos, nadie contestó, por lo que ya no tenía ni media sonrisa y me dispuse a entrar para mínimo sentarme. Cuando abrí la puerta y dejé mis cosas alado de esta, choque con un pecho fuerte.

- Auch - hablé mientras me frotaba la cabeza. - ¿Estás bien te lastime? - habló una voz fuerte pero jovial

Justo cuando iba a responder, me quede embelesada con unos ojos azules como el cielo. ¡¡Amelia concéntrate!!

- No me lastimaste pero digamos que esa chocada estuvo de más, con un hola, creo que era suficiente. - hablé lo más claro que pude.

Una risa fuerte y varonil me sacó de mis pensamientos. Así que regrese mi mirada arriba, porque claramente él era más alto que yo.

- Soy buenísimo adivinando nombres, ¿quieres ver?-terminó de decir eso, dedicándome una mirada traviesa. - Oh de verdad? Sorpréndeme - lo rete, claramente no va a adivinar mi nombre ni en un millón de añ... - Eres Amelia, cierto? - le dedique una mirada sorprendida y el a mi una mirada de triunfo y de gracia.

- ¿Cómo lo supiste ? - claramente no pude distorsionar la sorpresa que salió de mi voz.

- Mucho gusto Amelia, me llamo Robert Cerroni, mi esposa y yo decidimos contratarte. - dijo, tomando un tono más serio.

- Oh

Eso es todo lo que pude decir. En ese momento solo quería que la tierra me tragara y me escupiera en mi cama.

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