Zweisamkeit ━ Shoto Todoroki. ✓

11, ❛ sentimientos ❜

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❛ SENTIMIENTOS ❜
capítulo once ━━━━━━ 11

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Khalid observó con detalle al compañero que estaba dormido a su lado. Shoto y él eran los únicos en el salón, pues el resto había salido a hacer cualquier cosa en su hora de descanso. Shoto le había propuesto quedarse los dos ahí, petición que al mayor le agrado bastante, aún si no había hecho más que asentir.

No habían hablado demasiado cuando Shoto se empezó a dormir, por lo que Khalid le ofreció que lo despetaria antes de que se acabara la hora. Cosa que hizo al menor acomodarse en el pupitre de su mesa y dejarse llevar por el sueño.

Al principio Matsuoka miro la ventana, dado que no tenía mucho más que hacer. Era el mismo paisaje que siempre observaba para perder el tiempo durante las clases cada vez que se sentaba ahí. Sin embargo, ni siquiera se dio cuenta su mirada acabó en la silueta del otro. Era algo hipnótico, aunque ni siquiera tenía idea de la razón. En realidad si, pero era algo que había estado ignorado desde el día que se besaron, o por lo menos eso creía.

Estiró su brazo para acomodar un poco los cabellos desordenados bicolor del otro. Pero su mano fue detenida en el camino. Todoroki entrelazó sus manos torpemente. El mayor divisó como tenía los ojos medio abiertos, seguramente recién se había levantado y la luz lo estaba molestando. Lo que le pareció tierno al otro y lo hizo carraspear debido a unos leves nervios que empezó a sentir.

— ¿Khalid? — pregunto suavemente.

El mencionado hizo un sonido afirmativo como respuesta, para que supiera que todavía estaba ahí y que lo estaba escuchando. Shoto se levantó y se recostó en el espaldar de la silla. Su mano libre la pasó por sus ojos para terminar de despertarse. Khalid apretó sin mucha fuerza el agarre para indicarle que quería seguir escuchándolo.

— Solo quería saber si todavía estabas ahí — soltó con simpleza.

— ¿Quien más iba a estar aquí? — soltó un suspiro cuando se dio cuenta de la forma en la que le había hablado. Desvío la mirada hasta la ventana a su lado —. No me iba a ir si tú estabas aquí.

Sintió uno de los los dedos de Shoto hacer trazos en el dorso de su mano, brindándole un tacto agradable. Las sensaciones seguían acumulándose a medida que más estaba junto a Shoto. No podía seguirlo negando más. Sus pensamientos desde hace mucho estaban girando alrededor de Shoto Todoroki. Por lo mismo siempre terminaba llenado hacia a él de manera inconsciente. Por eso lo había dejado acercarse y esa era la misma razón por la cual no lo dejaría ir.

Se levantó, soltando la mano del otro. El de hebras bicolor estaba a punto de quejarse, cuando vio al más alto hacerle una seña de que le diera un momento. Khalid camino hasta la puerta y la abrió. Se asomó un poco, asegurándose de que nadie estuviera en las cercanías, ya que no quería ser interrumpido de ninguna manera.

Regreso a donde el menor, quien ya se había levantado mirando fijamente cada movimiento de su acompañante. Matsuoka le dio una de esas sonrisa que solo él sabía sacarle. Se acercó, invadiendo su espacio personal. Sin embargo, a ninguno de los dos podía importarle menos. Estaban es su mundo totalmente para ese momento.

Todoroki apoyo sus manos en el pupitre que se encontraba detrás, mientras que sus ojos bajaban hasta sus labios, dándole el pase libre al de cabellos platinados de que podía seguir. Cortó la poca distancia que quedaba entre ellos para por fin completar su objetivo. Llevo una de de sus manos para entrelazarla con las de Shoto en el pupitre.

Era un beso tranquilo y lleno de cosas que se querían decir, y que aún no se habían dicho. Se separaron cuando los pulmones reclamaban aire. Shoto se pegó al torso del otro para que no viera que se había sonrojado. Lo que le pareció a un mas tierno, pero no le dijo nada. Llevo sus manos a las caderas del otro y las apretó levemente. Haciendo que el más bajo levantará su cabeza para conectar sus miradas.

— ¿Ahora que? — murmuró sin querer separarse del otro.

— Lo que tú quieras — respondió con sinceridad.

Que triste que las cosas nunca fueron como Shoto quería, porque de haber sido así Khalid jamás se hubiera ido y ninguno de los dos habría sufrido tanto. Pero el destino es caprichoso y Khalid Matsuoka tenía una deuda de sangre que pagar.