- ¿No íbamos a ser inseparables? – pregunté.
- ¿Acaso no lo somos? – respondió con naturalidad.
- Me estas dejando Miquel – hice una pausa para recomponerme, - te vas.
Su sonrisa poco a poco fue desapareciendo, su mirada atenta y amigable, y obviamente emocionada por la noticia, ahora se estaba apagando. Sus resplandecientes ojos azules ahora miraban a una esquina del suelo.
- No quiero dejarte – dijo adolorido, sus ojos se empezaban a llenar de lagrimas y su dulce sonrisa, si, esa sonrisa de la que estaba locamente enamorado, se había vuelto una mueca de dolor.
- Pero no puedo ir contigo. – dije.
- ¡Si puedes! ¡Ya lo has oído, puedes venirte conmigo! Podemos trabajar juntos como lo hemos hecho estos 6000 años, tu y yo. Juntos. – Su radiante sonrisa parecía forzada, él también estaba desesperado.
Mi ceño fruncido se aflojó, cientos de pensamientos pasaron por mi cabeza, y la mayoría de ellos no me gustaban. Puse mi mano en mi frente, exhausto.
- No voy a volver, no sabes lo que te están ofreciendo.
- ¡Por supuesto que lo se! – se exaltó.
- No, no lo sabes – interrumpí – ¿por qué no te vienes conmigo? Dejemos todo atrás, viajemos, vayamos a ese restaurante que tanto querías ir, ¡te llevaré a cualquier parte que quieras! -aflojé mi tono- juntos. – Estas palabras resultaban ser una oferta, como mucho una petición, pero por mi tono de voz, que no voy a excusar, al fin y al cabo, también estaba desesperado, sonaba más como una súplica.
Su mirada me observó, y no me refiero a que me observó detenidamente, no es una de esas miradas clásicas de interrogatorio, me observó de una manera, que soló él podía. Primero observó mis ojos, los cuales ya estaban brillando por la simple idea de que me dejara, y no brillar de felicidad, no os equivoquéis, ese momento de mi vida es probable que fuera el más doloroso que nunca fuera a experimentar, y cuando decía probable, es que iba a serlo. Las lágrimas azotaban las esquinas de mis ojos, las gafas hacia tiempo que no ocultaban mis emociones, estaban rotas en el suelo, aunque no recordaba exactamente como habían llegado ahí.
Su mirada pasó de mis ojos a mi mejilla y mi mejilla a mis labios, pero fue momentáneo, no se detuvo mucho, no sé si decir que me ilusioné o me entristecí por esa parada, pero bueno, prosigamos.
Bajó por mi corbata desordenada y pasó a mis manos, parece que eso si fue mas de interés ya que se quedó unos segundos antes de volver a mirarme a los ojos.
Sé mordió el labio, y sus ojos se entrecerraron, estaba dudando.
Finalmente cerró sus ojos y resopló. Sus manos temblaban, tal vez por eso había mirado las mías con tanto detenimiento, porque quería sostenerlas.
Me acerqué, un simple paso hacia la dirección en la que él estaba. Pero retrocedió, mirando al suelo, evitándome. Me petrifiqué, volví ese paso atrás con temor, ¿no iba venir conmigo verdad? ¿Aquí… se acababa todo?
“Te quiero”. Me tragué esas palabras que con tanto furor querían salir de mi boca y suspiré. Si señores y señoras, suspiré. Estaba viendo como el amor de mi vida se alejaba de mi paso a paso y simplemente suspiré. Probablemente me iba a arrepentir de ello por el resto de mi vida, pero tenía miedo, tenía miedo de perderlo aún más de lo que lo iba a perder.
Así que con dolor tragué esas palabras y en su vez pregunté: - ¿Nos volveremos a ver?
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Pequeña escena inspirada por el final de la serie good omens.
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Oneshots e historietas para pasar el rato~
RomancePequeñas historias o escenas que escribo por emoción/intriga/imaginación y me da pena que se qurden en mi escritorio ocultas. Algunas son historietas las cuales acaban apareciendo en mis novelas y otras solo son para practicar y pequeños retos de l...