1. Contrato

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Lo primero que sintio Inko fue frio, y luego el calor en su vientre.

Era de noche y llovia con gran fueza, aun asi ella no podia cubrirse ni nada, estaba gruñiendo de dolor cerca de su auto chocado, se habia deslizado por la lluvia y golpeo otro auto, en cuestion de segundos los autos chocaron e Inko termino en el suelo, atrapada en trozos de metal, una puerta estaba encima de ella y sus piernas debian estar rotas.

Trato de arrastrarse, pero no tenia fuerza, cada segundo sentia como perdia fuerza, creyo que habia sido dañada, mucho más de lo que se ve a simple vista, sentia algo caliente en su abdomen, algo que se caia por unos lados.

- ¡Ayuda!, alguien...por favor - gritó Inko con dolor y lagrimas, noto que algo se ilumino detras de ella, era fuego que se empezaba a formar, Inko grito, continuo gritando por ayuda con desesperación.

-Mamá,mamá, papá, papá...- continuo Inko con voz ronca.

De pronto, a pesar de que el fuego estaba cerca de ella sintio frio dentro de ella, era como si tuviera un miedo distinto.

- Es curioso, ¿No? - dijo un hombre con un paraguas al lado de Inko, la mujer lo miro con terror absoluto, se olvido del fuego y de las heridas, el hombre se arodillo y continuo - Algunos dirian que las ultimas palabras de muchos es piedad o un rezo a el creador, pero generalmente llaman a su madre o padre, es como si volvieran a ser niños - gruño el hombre con una risa amarga.

Inko decidió mirar el suelo, porque no podía tolerar la visión del hombre, por algún motivo solo podía ver su traje negro, su cara estaba escondida por la oscuridad de la noche.

El hombre miro al horizonte - Creí que vería el final de la batalla entre One for All y All for one, pero parece que fue más hablar que otra cosa, ese AFO es un pretencioso.

Inko lo miro, el terror que este hombre le causaba era como un pegamento que le sellaba la boca, pero este salió cuando el fuego empézo a calentar el fuego. Con un grito de dolor el hombre suspiro y pregunto - Y dime, ¿Qué me podrías ofrecer por ayudarte?.

Inko gruño - Ayuda, te pagare lo que quieras.

El hombre rio amargamente - Parece que ya no puedes gritar, normal después de estar media hora gritando, dame ideas mujer, ¿qué puedes darme?.

El fuego avanzo, Inko noto el olor de la gasolina, ella estaba desesperada, no podia pensar, trato de gritar, de gemir de dolor, pero aun asi el hombre se mantenia estoico.

Inko grito con la poca fuerza que le quedaba - ¡Te dare todo, te ofrezco mi alma, de mi familia,  te dare lo que quieras, pero ayudame por el amor de dios!

El hombre arrugo la cara cuando escucho sobre dios, era como si la palabra hubiera estado cargada de veneno. Miro a Inko y le dijo - Bien, Inko, te salvare hoy, te curare y volveras a tu vida como una joven adulto,pero... - el hombre se encendio de fuego, su voz se volvio profunda y poderosa, rio amargamente y gruño - El primer hijo, cuando llegue el momento vendre y tomare a tu primer hijo, sera mio, mi propiedad, su alma es mia y lo usare a mi parecer,¿te parece bien?, Akatani Inko.

Inko noto que esperaba una respuesta, le respondio y el auto explotó.

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Inko se sobresalto, se sostuvo el costado de su abdomen que aun tenia las cicatrices, era otra noche difícil.

Se levanto de su cama y camino hasta la cocina, cuando estaba abriendo el refrigerador noto que otra persona entro, era Izuku, su único hijo que parecia salió del baño. Cuando los dos se miraron entre si Izuku con preocupación pregunto - Es otra vez la pesadilla,¿No?.

Inko bajo la mirada y dijo - Si, no se porque, es un fantasma de mi pasado, en fin, vamos a dormir.

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¡¿Que crees que haces Asmodeo?! - rugió Mephisto

Los dos seres se miraron, estaban solos, pero si algun alma hubiera estado por ahi habria sido despedazada por la tension y el horror de la profana conversación.

Mephisto y Asmodeo se maldijieron durante dias enteros, sus risas despues de burlarse del otro era aterradora y sus palabras estaban llenas de maldiciones.

Mephisto gruño - Lo dejaste pasar, a tu vastago, sabes las reglas, ¿te crees gracioso?.

Asmodeo arullo mientras se masajeaba su cuerpo - Mephi, ya sabes que soy malo, además, no eres tu el que va a ver la pelea de esos dos, ya sabes, el que puede robar habilidades y el que las pasa.

Mephisto gruño con fiereza - ¡Si, pero los observo, el alma de aquellos es muy preicada, tu literalmente solo dejaste salir a tu vastago, ese ser profano provocara calamidades, solo porque disfrutas que Lucifer nos despedaze y nos coma para vomitarnos a un pozo de acido ardiente, no signifique que nos guste a los dos!.

Asmodeo sonrio y salivo - Te imagines que se olvide de nosotros, nos arranque trozos y hagamos todo el viaje hasta el sucio final.

Mephisto gruño y desaparecio en fuego infernal.

Llego a sus aposentos donde algunos demonios menores limpiaban el lugar, era comodo y algo moderno, era blanco debido a que las paredes estaban hechas con el polvo de los huesos molidos de aquellos que traicionaron al principe infernal.

Uno de los demonios se acerco - ¿Seño..or?, ¿Hablo usted con el principe Asmodeo?.

Mephisto miro al diablillo rojo, tenia una nariz grande, una cola en punta y además de una piel que parecia cuero duro.

Mephisto grito de enojo - ¡Si, ese bastardo sucio trataba de reirse de mi, su vastago Abrahel esta en la tierra, Lucifer me triturara ,me comera y me vomitara sobre los cerdos!.

-¿Y por que no lo vas a buscar? - preguntó el diablillo.

El diablillo era de la altura de la rodilla de Mephisto, el demonio mayor tomo al diablillo y apreto su cuerpo y mordió su cabeza, y la masco mientras el diablillo gritaba en su boca.

- Por las reglas no puedo, ningunó de ustedes, por ello tenemos el problema, estupido diablillo.

El diablillo gimió de dolor - ¡¿Y por que no usa a alguna de las almas que tiene?!.

Mephisto se detuvo en seco, escupio el craneo del diablo aplastado y masticado.

-Si...,ahora que lo pienso, tengo un alma que no he cobrado, y tengo el arma necesaria para traer a Abrahel.

Deku : el espiritu de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora