𝖕𝖗𝖔́𝖑𝖔𝖌𝖔

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PRÓLOGO

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PRÓLOGO.
riley scott

°

—¿Bueno?

—Profesor Poe, soy yo, Riley —hablé rápidamente tomando asiento en mi sillón.

—¡Scottie! —exclamó de felicidad, odiaba ese apodo, solo había dos personas que me llamaban así—, ¿Qué sucede?

—Me ofrecieron trabajo en el FBI.

—Esas son grandiosas noticias, Riley. Felicidades, hemisferio derecho.

—Hablando de hemisferios, lo llamaba para decirle que descubrí que Spencer también está o estará trabajando para el FBI...

—¿Hemisferio izquierdo? ¿Cómo lo sabes? —preguntó confundido el profesor.

—Llamaron hace unos días a la INTERPOL, solicitando mi traslado a la Unidad de Análisis y Conducta del FBI —me costaba respirar, estaba muy nerviosa—, haciendo un poco de investigación sobre la vida de los agentes con los que trabajaré, encontré a Jason Gideon, ¿Recuerda ese caso de hace seis meses? El asesino de Boston.

—Lo recuerdo.

—Bueno, el agente Jason Gideon fue quien lo resolvió, dejo el FBI y se dedicó a dar clases en la universidad de Virginia, lo reclutaron igual que a mí para el caso del Estrangulador de Seattle, ¿Adivine a quién reclutó él para acompañarlo?

—No suenas molesta, pero tampoco feliz con la noticia, ¿Qué sucede, Scottie? —me dejé caer en el sillón negando con la cabeza.

—Hace tres años que no sé nada de ese estúpido, usted más que nadie sabe cuánto lo odiaba...

—No lo odiabas.

—Bueno, no lo soportaba —por supuesto que no odiaba a Spencer Reid—, debí haber llamado hace una hora para confirmar mi asistencia, y ahora ellos no dejan de llamarme.

—¿Estás olvidando lo que les dije en la universidad?

—Por eso lo llamé —confesé.

Paddington Poe.

Hijo, hermano, esposo, padre y profesor.

Llame al profesor que cambio todo para Spencer y para mí, de no ser por él, probablemente nunca me habría tomado el tiempo de conocer a Spencer Reid, porque en ese entonces, a mis dieciseis años, juraba odiarlo con mi vida, pero no era así.

—Riley, ¿Sabes por qué los elegí a Spencer y a ti, en aquel entonces?

—Porque nos odiaba.

—Que graciosa —respondió con sarcasmo—. Eran dos niños en un salón lleno de adultos, quería que trabajarán juntos.

copycat ↯ spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora