Capítulo 5 : No te arrepientes, ¿estás seguro?

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Shen Jiu se convirtió en Shen Qingqiu. La Conferencia de la Alianza Inmortal, comienza.

El Líder de la Secta de la Montaña Cang Qiong, Wang Qingzhao, echó un vistazo a las tres hierbas cuidadosa y meticulosamente almacenadas ante él y miró de nuevo al grupo de seis que había regresado con peor aspecto.

Sus dos shidi sentados a su lado también arquearon las cejas.

—¿Qué pasó?— Jing Qingan arqueó las cejas, sólo era una misión de recolección, ¿no? Podrían encontrarse con algunas bestias en su búsqueda, tal vez algún demonio menor, pero no lo suficiente como para que se encontraran así.

—Uno de ustedes también regresó con una pierna rota— el actual señor del pico Qian Cao, Bian Qingque, frunció las cejas —Qingfang, ¿Qué pasó?— preguntó a su discípulo principal. Este niño nunca había tenido tan mal aspecto, lo peor con lo que había regresado era una apariencia cansada pero aun así era impecable.

—Sólo una serie de complicados accidentes, Shifu— se apresuró a decir Mu Qingfang antes de que alguien pudiera decir algo.

—Tuvimos a los discípulos del pico Bai Zhan y del pico Xian Shu trabajando juntos para exterminar demonios cerca de la frontera— dijo Wang Qingzhao —No se veían tan afectados como ustedes a pesar de que sólo iban en misión de recolección—

—Tuvimos que separarnos debido a determinadas circunstancias relacionadas con las hierbas— informó Mu Qingfang —Dos de nosotros fueron a la familia real del reino occidental que tenía una hierba. El resto continuó buscando las otras hierbas, Yao-shidi se resbaló cuando intentábamos recolectar el hongo. Cuando buscábamos la última hierba, nos encontramos con un grupo de bandidos...—

—¿Algo que quieran decir?— Jing Qingan miró a sus discípulos. De ellos, Shen Jiu tenía el peor aspecto, al ser su cultivo el más bajo era normal —¿Será que ninguno de mis discípulos es capaz de ayudar a sus hermanos del pico Qian Cao contra unos simples bandidos?— añadió fríamente.

Los tres eruditos se estremecieron.

—Sinceramente, Shizun, había bastantes cultivadores deshonestos dentro del grupo de bandidos— informó Tang Jun y Mu Qingfang bajó la cabeza, frunciendo los labios con desesperación.

—¿Y no son capaces de defenderse de ellos?— Jing Qingan seguía sin estar contento.

—Son del grupo del Loto Ardiente, Shizun— dijo Tang Jun y Mu Qingfang suspiró, sin poder evitar que su shidi lo dijera.

—¿El grupo rebelde?— Jing Qingan arqueó las cejas.

—¡Qué atrocidad!— Bian Qingque entrecerró los ojos.

Wang Qingzhao levantó la mano para calmar a su shidi —¿Sabían que eras de la Secta de la Montaña Cang Qiong?—

—Lo sabían— asintió Tang Jun.

—¿Lo sabían y aún así atacaron? Un verdadero puñado de hormigas creyéndose algo— Bian Qingque sonrió con frialdad.

—Cálmate, Bian-shidi— dijo Jing Qingan —Todo terminó, regresaron sanos y salvos—

Mu Qingfang suspiró aliviado antes de sacar un pergamino —Zhangmen-shibo, Jing-shibo, Shifu, este es el informe de la misión—

Ye Chenyuan también sacó un pergamino —Este es el informe de nuestra parte en el reino—

Los señores de pico asintieron mientras guardaban los pergaminos —Pueden retirarse por hoy— dijo el Líder de la Secta y los seis discípulos hicieron una reverencia antes de levantarse para retirarse.

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