Luckity | Omegaverse
"Con un corazón que ardía por falta de compañía. Por tanta, tanta soledad."
Dos corazones qué ven más allá de las responsabilidades instintivas y los dedos qué señalan. El amor no distingue condiciones sociales, económicas e inc...
"Al momento de ser realista nunca me consideré un especialista y sin embargo, algo en mí cambió."
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El resto de su semana, Luzu apenas tuvo tiempo para dar rienda suelta a las ilusiones que su mente tejía. Los días se inundaron de expedientes, mientras él se sumergía en la tarea de depurar la oficina de coordinación que había dejado momentáneamente de lado cuando decidió regresar para brindar acompañamiento a los pacientes, su verdadera pasión. Aunque el trabajo en equipo se encargaba de la mayoría de los expedientes de manera eficiente, Luzu sabía que algunos de ellos requerían su toque personal y experiencia.
El tiempo pareció escurrirse como arena entre sus dedos, pasando de un día a otro en un parpadeo, hasta que el domingo de convivencia familiar ya se hacía presente. Agotado por las demandas de su labor, consideró la idea de dejarlo pasar, de permitirse un día de descanso. Sin embargo, esa idea se desvaneció casi al instante. Sabía que su Vegetta estaría lo suficientemente molesto como para irrumpir en su santuario de descanso y sacarlo de la cama con toda la energía que su característico entusiasmo le proporcionaba.
Los domingos familiares se habían convertido en una tradición preciada desde que todos sus compañeros habían dejado el nido en el que habían vivido anteriormente. Vegetta de manera instintiva extrañaba físicamente la cercanía de sus amigos porque el marcaje de feromonas reflejaba la distancia a una manera distinta y por ello anhelaba profundamente estos encuentros semanales. Era como si esos momentos fueran el pegamento que mantenía unidos los lazos que habían formado.
Luzu había investigado ese comportamiento durante su posgrado en psicología conductual explorado y analizado patrones de comportamiento similares en la estructura de manadas no familiares, un modelo de familia que casi no se usaba, en busca de formas de ayudar a las generaciones futuras a construir relaciones más sólidas, sin necesidad de pasar por tantos años de esfuerzo y dolor. Siendo esto parte del voluntariado que ofrecía cada dos semanas en otra sede del hospital.
Era un domingo particularmente caluroso, a pesar de aun ser invierno, la brisa fría era un gran contraste que golpeaba su rostro a través de la ventana abierta de su auto mientras dirigía a la casa de Vegetta. La radio sonaba a un volumen prudente dejando escuchar una melodía que conocía de algún lugar, haciéndolo tararear al ritmo; la voz de la cantante describiendo un escenario amoroso y la inminente necesidad de tener a su lado a su ser amado era armonioso, expresando con tanta devoción un sentimiento que se sentía lejano para él.
I want you to be there on a Monday night, Tuesday night, every night.
La necesidad de compañía, desde su conocimiento profesional, era más un reflejo de lo que estaba dentro de la persona. Dependencia emocional o una fuerte intensidad a la percepción de las emociones; desde un punto de vista instintivo de un alfa era más un reflejo natural a una respuesta hormonal generada por las feromonas compatibles.
Entendía las palabras de la cantante, profundizando en su contexto sin querer. El amor en una naturaleza como la de un alfa y un omega era algo más instintivo a diferencia de los betas que carecían de los receptores que exteriorizaban sus emociones en aromas; todo dependía de la persona y su contexto. Entonces, ¿por qué su torrente de pensamiento seguía regresando a una respuesta emocional que se dio en un momento aleatorio de su vida? Aromas dulces, sonrisas agradables y una mirada comprensiva que podía seccionar y colocar en más momentos aleatorios con personas aleatorias.
