¿¡Porqué demonios es tan difícil pedir matrimonio!? ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ

i. lan xichen

Estar enamorado no era algo a lo que Wei Ying acostumbraba estar, mucho menos si se trataba de estar enamorado de Lan Wangji.

Admite que tal vez siempre lo supo, pero le daba miedo que ese sentimiento arruinara todo, y Lan Zhan le fuera arrebatado, así que hizo lo mejor que sabe hacer: Huir.

Huyó de sus sentimientos y se obligó a esconderlos debajo de una piedra, hasta que no pudo más y terminó explotando.

¿Estaba mal sentir amor hacia otro hombre? Wei Ying daba por sentado que Lan Qiren no lo aceptaría.

Wei Ying estaba en primavera fría, sentado en el pasto junto a los conejos que vivían allí, con sus codos apoyados en las rodillas y su cabeza siendo afirmada con sus manos.

Estaba conflictuado frente a los sentimientos que empezaban a nacer dentro suyo, y que cada vez se hacían más grandes.

—Vine a ordenar mis pensamientos, pero veo que alguien me ha ganado.

Wei Ying se dió vuelta cuando escuchó la voz de Lan Xichen detrás suyo.

—Zewu Jun...

—¿Hay algo que lo esté perturbando, joven Wei?

Lan Xichen caminó hacia él y tomó asiento a su lado. Gracias a que Wei Ying pasaba mucho tiempo en Gusu, él y el primer hermano Lan tuvieron la oportunidad de entablar una buena amistad y se reunían de vez en cuando en las ocasiones donde Lan Wangji no tenía oportunidad de estar.

—No, si, no, es decir... —tartamudeó. Tragó saliva antes de hablar, ordenando sus ideas. —Es un amigo, tiene un problema y no sé cómo ayudarlo.

Wei Ying no sabía cuan desesperado estaba hasta que trató de recibir un consejo a través de una historia falsa. Esperaba que Lan Xichen no se diera cuenta, ya que además de que lo mandaría a copiar las reglas por romper la que dicta que no se debe mentir, se estaría enterando de que estaba enamorado de su hermano.

—Oh, ¿y qué le sucede a este amigo tuyo? —preguntó el Lan con una sonrisa.

No sonaba convencido, pero Wei Ying lo ignoraría para aclarar sus emociones.

—Está enamorado y no sabe si eso es correcto o no —declaró.

Lan Xichen lo miró antes de volver a mirar el paisaje.

—Oh, ¿acaso la chica no corresponde a sus sentimient-

—Está enamorado de un chico.

Lan Xichen lo miró. Wei Ying miraba al suelo mientras acariciaba a un conejo que se le había acercado en busca de cariño.

—¿De un chico dices? —Wei Ying asintió. —¿Y eso es malo porque...?

Wei Ying lo miró con una sorpresa que inútilmente trató de ocultar. Carraspeó antes de desviar la mirada al cielo.

—No lo sé, supongo que todo el mundo espera que se dicte lo que está normado. Hombres con mujeres, tal vez por eso cree que es malo —dijo el de ropas negras, disimulando que habla de sí mismo.

—No tiene nada de malo. Para gustos, colores, supongo —rió. —Si a tu... Amigo... Le gustan los hombres, no tiene nada de malo.