Nyders

"Ignus"

Una noche observé cómo dos niños practicaban en el patio de armas donde un pequeño pelirrojo golpeaba furiosamente un muñeco de paja disfrazado como enemigo ,detrás de él una niña que a simple vista se  apreciaba que era mas joven   un  año que el chico de enmarañado pelo escarlata como una hoguera encendido se reía hasta que las lágrimas brotaban por sus mejillas ,cuando la risa cesó la niña lanzó un torbellino de flamas asumiendo una clara postura de superioridad ante el niño . <<De crónicas de Aidan el bendecido>>.

En la pequeña cabaña, a las afueras del bosque, el aura de misterio envolvía a Artorius Ramfield. Con pasión, observaba las llamas que bailaban y devoraban la madera, reflejando en ellas el fuego que ardía en su interior. Su cabello, rojo como una llamarada indomable, contrastaba con la barba que también se teñía de picante pigmentación escarlata. Sus ojos, grises como una tormenta inminente, reflejaban el ímpetu de su espíritu. El abrigo de piel que vestía, aunque gastado por el tiempo y la lluvia, aún emanaba una sombría elegancia en su tonalidad marrón oscuro.

Sobre una cama, aún adormecido y cubierto de vendas, reposaba Aidan, el compañero de Artorius. La escena transmitía una amalgama de emociones, desde la duda y la incertidumbre hasta el resurgir de la esperanza en el corazón de ambos.
Artorius: Aidan, ¿escuchaste atentamente lo que te dije? Somos Nyders, lo cual significa que llevamos en nosotros el Nyd, una fuerza poderosa. Nuestro ADN ha sido mezclado con el Nyd, otorgándonos habilidades únicas.

Aidan: (asombrado) ¿Nyders? ¿Cómo es posible? Nunca había oído hablar de esto antes. Pero, ¿qué exactamente significa ser un Nyder?

Artorius: Ser un Nyder significa que hemos sido elegidos para ser los portadores del Nyd. El Nyd es la energía esencial que fluye a través de nosotros, haciéndonos más fuertes y dándonos habilidades sobrenaturales.

Aidan: (curioso) ¿Habilidades sobrenaturales? ¿A qué te refieres?

Artorius: (sonriendo) Permíteme mostrarte una pequeña demostración. (Toma un cuchillo y hace una incisión en su dedo) Fíjate en esto. (Susurra Ignis al dedo y de repente una llama aparece frente a Aidan)
Aidan: (asombrado) ¡Increíble! ¿Es esto lo que llamaste Ignis? ¿Una habilidad para controlar el fuego?

Artorius: Así es, mi habilidad es la piroquinesis. Puedo controlar y manipular el fuego a mi voluntad. Pero eso no es todo. Cada Nyder tiene un don único y en tu caso, Aidan, posees uno bastante peculiar: el don de la luz, photokinesis.

Aidan: (emocionado) ¡No puedo creerlo! Manipular la luz suena asombroso. ¿Podrás enseñarme cómo desarrollar esta habilidad?
Artorius: Por supuesto, Aidan. Seré tu guía y te entrenaré para que puedas dominar completamente tu don de la luz. Juntos, como Nyders, podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente.

Aidan: (decidido) Estoy listo para empezar. Quiero descubrir todo el potencial de mi don y usarlo para proteger a aquellos que lo necesitan.

Artorius: Esa es la actitud. Con determinación y dedicación, estoy seguro de que te convertirás en un Nyder extraordinario. Estamos juntos en esto, Aidan, y juntos alcanzaremos grandes cosas.en el mundo de los Nyders. Nada nos detendrá. Pero ten en cuenta, Aidan, que ser un Nyder también conlleva responsabilidad. Nuestros poderes deben ser utilizados con sabiduría y ética. No debemos abusar de ellos ni dejar que el poder corrompa nuestro corazón.

Aidan: (serio) Entiendo perfectamente, Artorius. Aprecio la importancia de usar nuestros dones para el bien. No quiero convertirme en alguien que solo busca el poder y la dominación. Quiero ser un guardián de la luz, alguien en quien las personas puedan confiar y que pueda marcar la diferencia en este mundo. Me comprometo a usar mi don de la luz para proteger a los inocentes y luchar contra las fuerzas oscuras que amenazan la paz.

Artorius: (orgulloso) Así me gusta, Aidan. Estoy seguro de que demostrarás tu valía como un verdadero defensor de la luz. Pero ten en cuenta que no será un camino fácil. Nos enfrentaremos a desafíos, enemigos poderosos y oscuros secretos que amenazan con poner en peligro a todos los Nyders. Pero no importa lo difícil que sea, siempre estaremos unidos y nos apoyaremos mutuamente.

Aidan: (determinado) Sí, Artorius. Juntos, como hermanos y compañeros Nyders, superaremos cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino. No importa lo que enfrentemos, siempre recordaré que nuestra unión es la clave para la victoria.

Artorius: (con una sonrisa) Así se habla, Aidan. Juntos forjaremos nuestro destino y nos convertiremos en leyendas. Prepárate para un entrenamiento intenso y desafiante, pero recuerda, nunca olvides la importancia de la amistad y la lealtad. Estamos destinados a llevar el legado de los Nyders y dejar una huella en este mundo.

Aidan: (emocionado) Estoy listo, Artorius. Listo para abrazar mi destino como Nyder y luchar por la justicia. Juntos, llevaremos nuestro legado al siguiente nivel y cambiaremos el curso de la historia. ¡Que comience nuestra aventura épica

Una mañana soleada, Artorius se encontraba en un lugar apartado, adentrado en el bosque. Los rayos del sol se filtraban entre las hojas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en su rostro. Con los ojos cerrados, sus manos se movían con gracia, manipulando el fuego a su voluntad. Pequeñas bolas de fuego flotaban alrededor de él, danzando en el aire como si fueran suyos.

Ajeno a todo, Artorius se encontraba totalmente sumergido en su entrenamiento de piroquinesis. Sus habilidades para el fuego eran asombrosas, se podía notar en su rostro la expresión de concentración y dominio absoluto sobre las llamas. Parecía que el fuego era una extensión de sí mismo, obedeciéndole en cada movimiento y susurro.

Sin embargo, a sus espaldas, Aidan, su compañero de aventuras y aprendiz de las artes mágicas, se encontraba observando todo en silencio. Estaba fascinado por la maestría que Artorius demostraba en el manejo del ignus. Nunca antes había visto a alguien con tanto control sobre el fuego. Cauteloso, se acercó sigilosamente para no interrumpir su concentración.

A medida que se aproximaba, Aidan podía sentir el calor en el ambiente. El fuego que rodeaba a Artorius crecía en intensidad, brillando con una aureola anaranjada. Las llamas parecían obedecer incluso los susurros del mago. De repente, Artorius pronunció las palabras "Magna Ascensionis" y Aidan contuvo el aliento mientras veía lo que sucedía a continuación.

Las bolas de fuego comenzaron a elevarse en el aire, formando una espiral ascendente. El bramido de las llamas llenó el espacio, sonando como un coro de voces místicas. Aidan caminó hacia atrás, impresionado por el espectáculo que se estaba desarrollando frente a sus ojos. Poco a poco, las bolas de fuego se fusionaron en una sola, creciendo en tamaño y en intensidad.

Cuando finalmente se detuvo, un pilar de fuego se alzaba majestuosamente ante ellos. Tenía una altura de quince metros y emitía un calor que podía sentirse a kilómetros de distancia. Las llamas danzaban en la parte superior del pilar, como si estuvieran comunicando un mensaje místico. Artorius miraba con orgullo su obra, sabiendo que su esfuerzo y dedicación se habían convertido en un símbolo de poder y dominio.

Aidan no pudo evitar preguntar, asombrado: "¿Cómo logras hacer todo esto, Artorius? Tu virtuosismo con el fuego es algo fuera de este mundo".

Artorius sonrió, con una chispa de emoción en sus ojos. "Amigo mío, el secreto está en la conexión que tengo con el elemento del fuego. Desde que era joven, he sentido una atracción hacia él, como si estuviera en mi sangre. A través de la práctica y la disciplina, he logrado dominar su energía y hacer que me obedezca. Es una danza mágica y armoniosa".

Aidan asintió, admirando la determinación y el talento de su amigo. "Es increíble, Artorius. No puedo esperar a seguir tus pasos y aprender más sobre el arte de la piroquinesis".

Artorius colocó una mano en el hombro de Aidan, transmitiéndole confianza. "No te preocupes, Aidan. Estoy aquí para guiarte en este viaje. Juntos, exploraremos los misterios de la magia y descubriremos todo lo que el fuego nos puede enseñar".

Con renovada determinación, los dos amigos se encaminaron hacia un futuro lleno de aventuras y aprendizaje. El pilar de fuego seguía ardiendo en lo más profundo del bosque, iluminando el camino hacia un mundo lleno de maravillas y conocimiento ancestral.