-¿Te puedo llamar omega, Harry?- Preguntó en voz baja, muy cerca de su boca. Se animó a abrazarlo despacio, afianzándolo contra su pecho.- ¿Me dejás por esta noche?
-¿Solo esta noche, alfa?- Contestó, deslizando despacio los brazos al rededor de su...
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• BAR •
Leeds nunca se había sentido tan frío, sin embargo Louis Tomlinson estaba fumando afuera de su bar, usando solo una vieja campera de jean con corderito adentro. Estaba aburrido, había llevado dos bandas a tocar y la primera no había sido la gran cosa, para ser sincero. Pero la segunda prometía, porque eran unos chicos que estaban de gira desde Londres, y sabía que sonaban bien. Además, su bar apestaba a de todo menos a su aroma terroso, realmente no quería estar ahí.
Estaba pensando en subir y buscar una bufanda cuando el aire se hizo más dulce, y un gruñido sordo nació en su pecho antes de que el omega pueda hablarle, porque ese era el aroma más delicioso que tuvo el puto placer de oler jamás
-Perdón.- Su voz era increíblemente ronca para su casta, pero a Louis le llamó la atención al segundo. Se giró, por supuesto, mirando al precioso chico casi tan alto como él, mucho mejor abrigado.- ¿Sabés dónde hay un kiosco por acá?
-Lo único abierto a veinte cuadras a la redonda es este bar.- Señaló con una sonrisa amable.- Y ya estás acá. ¿Necesitás algo? Tal vez te pueda ayudar.
-Una pastilla para el dolor de cabeza.- Admitió.- Tengo el olfato un poco sensible.
-Eso no lo vas a encontrar en un kiosco.- Dijo divertido, mirándolo de arriba a abajo de forma disimulada- Tengo pastillas de esas en el botiquín, te puedo dar una si querés.- Le levantó las cejas.- O las que necesites. La sobredosis el cielo.
El omega soltó una carcajada algo ridícula, pero lejos de avergonzarse le sonrió lleno de hoyuelos al alfa que no terminaba de fumar. Y Louis se maravilló, porque definitivamente ese chico llamaba mucho su atención. ¿Esa risa, ese aroma a cielo? No lo podía dejar pasar, no cuando tenía esa cara de ángel pecador.
-Creo que con una alcanza.- Se acomodó la capucha que lo protegía del viento.- Soy Harry.
-Louis.- Soltó el humo por última vez antes de darse vuelta para entrar, y Harry lo siguió con una sonrisa ladina, recorriéndolo con los ojos. Lindo, lindo alfa. Le abrió la puerta y lo dejó pasar, arrugando él también la nariz.- Por Dios, ¿por qué hay tanta gente acá?
-Tocan dos bandas hoy.- Se rio, curioso.- Algo que deberías saber si trabajás acá.
-Los contraté yo.- Aclaró, levantándole la barra para que pase, y Harry lo siguió.- La segunda tiene que salir en un momento.
-Y por eso necesito la pastilla.- Louis lo miró con sorpresa, y el omega volvió a sonreír de forma preciosa.- Harry Styles, guitarrista de The Rogue.
-Louis Tomlinson, dueño del lugar.- Le estiró la mano esa vez, y su lobo volvió a gruñir cuando el omega lo tocó. Supo que el animal dentro del chico reaccionó igual, porque sus labios rojos y gorditos se abrieron por un jadeo involuntario, y Louis no pudo dejar de mirarlos.- ¿Fue con vos con quien hablé?
