Capítulo 1

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Sábado 12 de abril.
1:36 AM

Paso 1: La Liberación del alma

Hay quienes dicen que no les gusta la música. O no les gusta en particular una banda, una película o un libro.
Pero ellos 'dicen'. No creo que sea posible el no sentir atracción hacia ninguna forma de arte expresada de cualquier forma plástica, visual o sonora. Por que allí mismo ocurre algo muy espectacular y único: La liberación del alma.
Hay quienes quizá, de esos que dicen, realmente no se sienten tocados, transportados ni identificados con distintas variables del arte. Pero no quiero hablar de esos que no pueden llegar, sino a ellos que diariamente lo hacen. A ellos que viven habitualmente con esas sensaciones propias de quien se siente tan atado a algo y tan parte de eso que una vez habiéndolo conocido ya no se puede vivir sin él.

Salgo de internet en mi celular y aprieto el ícono de música solo para ver la tapa de mi disco preferido de Liberty Balance. Mis uñas color azul metalizado suben el volumen del aparato para dejar de escuchar los sonidos molestos de mi alrededor, como siempre. ¿Qué no les molesta hablar tanto sobre cosas tan inútiles que al otro ni le importan?
Me acomodo los pequeños e insoportables auriculares tamaño maní, los típicos a los cuales odio por su poca capacidad de quedarse en las orejas y no resbalarse y vuelvo a internet. Pienso por que no traje mis queridos auriculares estilo-vincha, verdes pero pronto recuerdo que no me entraban en esta minúscula cartera. De haber sido por mí hubiese traído mi mochila pero mamá no me hubiese dejado venir con mi mochila al hombro. Oh no...eso sí que sería sentencia a clases de etiqueta. Que asco.
Mis dedos se desplazan por el teclado y continúo escribiendo.

A mucha gente nos pasa seguido, eso de enamorarse de las cosas o de las personas que crean esas cosas. Forman parte de fantasías íntimas, Guilty pleasures, escapes de lo cotidiano o vivencias perpetuas de todos los días. Hay quienes lo viven adoptando en sí mismo la piel del fanático y aprenden a vivir con todo lo que implica y hay quienes lo ocultan dentro suyo como algo secreto o por vergüenza a hacerlo notar frente a otros o simplemente por que no sienten la necesidad de manifestarlo.
No hay mayor liberación del alma que saberse fanático de algo o alguien, disfrutar de todas esas variables que a muchos nos tocan tan intensamente. Con lo fanático deviene el amor y con el amor el enamoramiento.
Es fácil ser fanático de una banda, un cantante, un actor o una serie televisiva por que es algo que simplemente sucede. Lo vemos, lo percibimos con nuestros sentidos y algo nos toca en lo más profundo del alma como si todo se encendiese de golpe y como si nada mas importase. Ese sentimiento y esa sensación fanática nos posee y fluye creciendo rápidamente dentro nuestro, y hasta nos desplaza a nosotros mismos en un segundo plano, situándose la sensación sensible del ídolo y sus variados en un primer plano. Es como si nada mas importase y lo que sentimos se potencia en cantidades enormes hasta que no podemos controlar nuestras emociones. Pasa en conciertos, en el cine, en casa viendo nuestra serie de televisión favorita, en bares viendo a un par de amigos tocar, o en la calle mientras estamos con los auriculares puestos vivenciando el mejor videoclip en persona mientras esa perfecta música transforma todo a nuestro paso.

Mis ágiles pulgares frenan de golpe para permitirme un suspiro. Levanto la mirada y sentada desde el sillón veo a la gente hacer lo que suelen hacer en todas las fiestas como esta. Por ejemplo esa pareja de allá. El chico apoyado con un brazo contra la pared y con el otro sosteniendo un vaso y moviéndolo con la mano mientras le charla muy cerca a la chica quien se acomoda algún mechón rebelde detrás de la oreja y luego vuelve a tomar el vaso en sus dos manos, jugueteando con él de manera nerviosa. Supongo que serán ambos amigos de Renee, nunca los he visto en los pasillos de la secundaria. No me sorprende que tenga tantas amistades. El living y más allá de él también está repleto de gente. Conocida pero desconocida a la vez. Algunos siguen en la base uno y un par ya han avanzado a la segunda. Una pareja se besa entrelazado sus lenguas exageradamente en el sillón de frente a donde me encuentro. Asqueroso.
Giro mi mirada a la izquierda como acto reflejo y veo que Renee, Peggie y Jenna se hacen entre el tumulto caminando hacia donde yo me hayo.
Rápidamente me saco un auricular, bajo el volumen, guardo el celular en mi cartera y busco mi vaso en la mesita de café enfrente. Lo agarro en mis manos y le doy un sorbo corto y brusco.
Las chicas se acercan a mí y yo les abro los brazos.
-Amigas mías, ¿qué tal las trata la noche?- Les digo casi gritando, simulando mucha emoción y tomando otro sorbo de mi trago.- ¿Ya vieron que chicos tan lindos hay? Rugbiers, musculosos, con dientes perfectos repitiendo ideas consumistas y cerradas con sus voces tan poco atractivas, ¡Oh si! ¿Alguna sabe dónde hay más vodka?
-Hablas de más como siempre. ¡Bang! Atrapada.- Dice Jenna quien está sentada en la mesita de café frente a mí. Tiene puesta una camisa de flores, de esas que tanto le gustan a ella y sobre sus hombros cae demasiado prolijo su pelo castaño.
-Tienes razón son desagradables.
Tiene el pelo lacio hoy, seguro se pasó la planchita. En la vida real, tiene el pelo ondulado pero lo odia tanto como yo a los rugbiers.
-Harriet eres pésima actuando- Afirma Peggie con una sonrisa burlona acomodándose sus lentes. Ella sí que tiene rulos y los tiene largos, al igual que todo su cuerpo. Es la mas alta de nosotras.
-Lo sé.- Afirmo.
-Dijiste que ibas al baño- Vuelve a decir Peggie.
-Lo sé pero-
-Y que volvías afuera en un par de minutos- Me recrimina Renee quien está sentada a mi lado, interrumpiéndome. Está igual de arreglada que siempre, con todos esos accesorios y el cabello largo y rubio. Es un día muy especial para ella por más que este tipo de festividad no signifique nada para mí. Como todas las festividades.
-Lo sé. Es que saben como funciona mi cabeza, si no lo escribo me lo olvido y ya nunca más podre expresar eso que ya no recuerdo. Perdón. Soy una pésima amiga.- Admito en voz muy alta.- Feliz cumpleaños Renne.- Le digo con una gran sonrisa abriendo los brazos para abrazarla.
Ella me frena en el intento y se aclara la garganta como haciéndome notar algo mientras levanta una de sus perfectamente depiladas cejas.
Observo a Peggie sin entender y ella me señala disimuladamente su propia oreja.
Oh...
Me saco el auricular de la oreja derecha y abrazo fuertemente a mi amiga lanzándome sobre ella. Las demás se ríen. Misión cumplida.
Caminamos entre nuestros compañeros y más desconocidos para salir al jardín. Parados sobre la mesada de la cocina y hasta tirados en el piso del pasillo, todos fuman marihuana, toman alcohol o se besuquean entre sí. Toda una verdadera fiesta americana en los suburbios de Philadelphia.
-¿Que escribías esta vez?- Me pregunta Peggie quien me tiene tomada de la mano y me arrastra siguiendo a Renne y a Jenna entre la gente.- ¿Estabas blogueando?
-Se puede decir que si. Pero quiero usar esos posteos para otra cosa.
La casa de los Sarosky es enorme, pensar que son solo Renne y sus padres quienes viven aquí. Me cuesta ubicarme en lugares tan grandes. Sobre todo si están poblados. Como esta noche.
Pasamos de pronto frente a un gran espejo en uno de los pasillos. Logro verme reflejada a través de él a medida que encuentro un hueco entre la gente. El poco maquillaje que traigo puesto está en su lugar y mi cabello tan marrón y tan típico sigue bastante controlado. Baja por mis hombros para caer con sus puntas ya tan desprolijas arriba de mi busto tan poco prominente. Como todo en mi cuerpo, debería decir.
-¿Que otra cosa?
-Ackerman... ¿vas a parar de hacerme tantas preguntas alguna vez?
Finalmente llegamos afuera, la pileta está iluminada y hay gente en ella. La galería está decorada con luces cálidas y hay menos gente aquí que adentro, lastimosamente y espectacularmente perfecto para la ocasión. No entiendo a la gente que teniendo la opción de estar afuera se encierra adentro. Además es una noche a temperatura perfecta.
-Nunca.- Admite Peggie en una sonrisa.
Peggie Ackerman es una de esas personas llenas de cariño y curiosidad. Al contrario que yo, Peggie siempre fue muy expresiva. Le gusta saber acerca de la gente que la rodea, cuanto mas sabe mejor para ella...yo creo que cuanto menos se conoce a la otra persona a veces es mejor. Como si fuera una herida cubierta. Somos amigas desde que tengo memoria y nunca nos hemos peleado jamás. Tampoco creo que suceda...nos importan demasiado poco las discusiones como para darles interés. Con ninguna de ellas creo poder pelearme seriamente. Jenna es una persona tan cálida, interesante y Renne es tan Renne, tan exagerada y divertida. Y yo...bueno. Supongo que la típica Harriet Bryne que siempre he sido. Profunda admiradora del mundo, sus cambios, sus exencionales personalidades, su música. Mis amigos a veces me suelen llamar 'la melómana' palabra que significa, 'amante de la música'. Amo tanto la música que mi interior se abyecta notablemente de mi cuerpo, se aísla sintiendo profundamente las caricias del bajo, los tintes de las guitarras que aparecen y desaparecen continuamente, los ritmos melódicos e instantáneos de las percusiones, las presencias atrayentes del piano y los teclados, en fin...la espectacularidad de la voz humana y sus variaciones a través de los segundos. No podría separar la literatura de la música jamás, no por las letras de las canciones ya que la música instrumental también me agrada mucho pero la música se inscribe en el tiempo con sus propias letras y palabras. No importa si son emitidas por voces humanas o instrumentos musicales. La música es pura sensación al igual que las descripciones literarias son para mí, como eternos fluíres de conciencias artísticas que se plasman de alguna manera u otra en un tiempo-espacio, en una realidad vivencial, en un mundo donde todo caduca.
Nos detenemos en alguna parte de la inmensa galería y dejo mi vaso sobre la mesa de madera fina y moderna, como todo en esta casa.
-Estoy pensando en escribir algún tipo de ensayo, acerca de bandas, los fanatismos y esas cosas.
- ¡Cool!- Me dice Peggie.
-¿Qué pasa? ¿Qué es cool?- Pregunta Renee espiando a la gente entre nosotras dos. Su 'secreta y excepcional técnica' para fichar a la gente y sus atuendos como ella le suele decir. Ya lo hace tan seguido que creo que dejo de ser excepcional y secreta.
-Harriet va a escribir un libro. Una novela de bandas, fans...- Comienza a decir Peggie
-Nunca dije que sería una novela ni que planeaba publicarla como un libro Peggie.
-Tienes que dejar de publicar todo en internet Harriet... ¿Qué no sabes que la gente roba tus ideas por ahí?- Comenta Renee en un tono bastante serio.
La observo con los ojos entrecerrados. Vaya que a la gente le gusta repetir esa frase.
-Jenna tiene razón. En la revista Gossip-me escribieron una vez que la autora de Las Cincuenta Sombras de Grey sacó toda la trama de su historia de fanfictions que las fans de Crepúsculo subían a internet.- Dice Jenna. Pongo los ojos en blanco mientras observo el entorno lleno de vasos y botellas tiradas. Vaya que la gente toma mucho alcohol.
-¿Lo dices en serio?- Pregunta Renne.- Guau no sabía eso.
-Yo lo leí también.- Dice Peggie- Harriet deberías querer mas tus propios proyectos y no menospreciarlos en esa forma. Mas todavía si quieres ser escritora el día de mañana.
Ser escritora. Miles de pensamientos y ansias recorren mi cuerpo.
-Todavía no sé que voy a hacer de mi vida. Me falta todo un año para poder decidirlo. Además en una semana estaremos de vacaciones, vamos a pasar mucho tiempo juntas, viene Liberty Balance a Philly y eso es lo que me tiene emocionada en este momento. No que voy a hacer por el resto de mi vida y no es el momento ideal para planteármelo.
Es verdad. No hay nada que me emocione más que mi boyband preferida venga a mi ciudad y que vaya a ir con mis tres amigas. Es un momento que vengo esperando desde que Mattew Sadler, mi más grande ídolo en este mundo e integrante de la banda, confirmó vía twitter que vendrían. Falta tan solo mes y medio y ya siento la adrenalina correr por mis piernas.
-Por Dios, las cuatro colapsaremos en medio del concierto- Dice Jenna.
-Será increíble- Afirma Peggie.- Ellos cinco cantando y nosotras cuatro ahí, en primera fila.
-Todavía no cantes victoria Pegs...no tenemos las entradas aún- Le digo recordándole el hecho.
El lunes salen a la venta y el lunes mismo las tendremos en nuestro poder.
-Pero la semana que viene las tendremos.- Dice Jenna.- Oh por Dios, Lloyd Cole en persona...creo que me desmayaré ahora.
-Será una gran experiencia entre amigas- Dice Renne en un volumen de voz un poco mas alto.- Brindemos por eso. Por más experiencias juntas.
Las cuatro alzamos los vasos en alto.
-Y no nos olvidemos de ti Renne. Feliz cumpleaños. Ojalá nunca dejes de ser tan exagerada, insoportable y caprichosamente increíble como siempre.- Hago una pausa mientas las chicas ríen.- Te queremos demasiado. ¡Salud!
-¡Salud!- Repiten las demás antes de abrazarnos entre las cuatro.
-¡Ey! ¿Hicieron abrazo amistoso sin nosotros?- Dice Jang apareciendo a nuestro lado y vistiendo una de sus camisas negras ajustadas.
-Las estábamos buscando por todas partes...- Dice Cedric. Leva puesto sus jeans sueltos, zapatillas grandes y gorra, como siempre. Debe tener muchas de estas cosas, repetidas pero de distintos estampados y colores.
Cedric es mi mejor amigo desde hace mucho tiempo. Es de los hombres más simples y pensantes que conozco. A los diecisiete y dieciocho años todos los hombres suelen tener la cabeza en su miembro y el miembro en su cabeza, pero Cedric es completamente contrario a ese estereotipo. Es muy inteligente sin ser un nerd ni un traga libros sino que le apasiona saber y con eso sabe como ganarse a las mujeres. Es un gran amigo mío y a su vez el es muy amigo de Jang Moon, nuestro amigo de raíces japonesas. Sus padres son Japoneses pero el ha nacido aquí en Philadelphia, Pennsylvania como todos nosotros. Cedric y Jang siempre andan juntos y su diferencia de altura es algo muy gracioso a la vista, además de sus diferencias en la vestimenta. Jang se suele vestir con ropas más ajustadas y negras y Cedric usa ropas sueltas y coloridas. Jang tiene el pelo negro y corto, Cedric lo tiene largo, castaño y usa bigote. Y por último que recuerdo en este momento, Cedric es bastante alto, un poco más que Peggie.
-Demasiado tarde- Dice Jenna.
-Oh gracias por hacernos sentir parte de este adorable grupo, Foster.- Le recrimina Jang con los ojos entrecerrados. Creo que no conocí nunca a dos personas que discutan tanto entre sí como Jenna con Jang.
- Jennang, consíganse un cuarto.- Dice Peggie mientras los demás reímos.
El parecido de sus nombres y las diferencias de sus personalidades nos suelen causar mucha gracia a las demás así que un día a Peggie se le ocurrió llamarlos así.
-Podríamos sacarnos una selfie todos juntos, ¿no?- Dice Renne- Que yo recuerde la última que tuvimos fue en Bug's Burgers.
-Renne eso fue hace una semana...- Le digo casi sin entenderla pero con una leve sonrisa.
-Es su cumpleaños Srta. Sarosky y sus deseos son órdenes.- Dice Jang sacando el celular de su bolsillo trasero.
Nos tomamos una foto los seis juntos y luego decido sentarme en una de las sillas de madera de cara al jardín. La pileta iluminada por las luces me resulta algo muy fotográfico. Además de los contrastes nocturnos que tanto me agradan. Saco el celular de mi cartera mientras veo que mis amigas siguen charlando del otro lado de la mesa junto con Jang. Aprieto la opción fotografía y observo el plano a través de la pantalla del celular. Lo voy moviendo hasta encontrar el mejor encuadre. Justo la pantalla logra captar una pequeña porción de columna con enredadera y en el fondo aparece la pileta turquesa iluminada y hasta un poco del pasto verde también. Por suerte ya la pileta está vacía y mi encuadre carece de gente. Mucho mejor así.
Tomo la fotografía girando un poco el celular pero otro sonido ajeno al del efecto obturador de mi celular me sorprende haciendo que volteé la cabeza a mi costado. Es Cedric con su cámara réflex Canon. Como no se me ocurrió antes.
-Foto a quien saca la foto. ¿Muy poético cierto?-Dice en una sonrisa acercando una silla para sentarse a mi lado.
-Debería habérmelo imaginado. Me gustaría saber que haces con todas las fotografías que me tomas- Le digo levantándole un poco la gorra para molestarlo.- Por ejemplo ese día que le sacaste como cien fotos a mis pobres y aburridos ojos. Deberías mostrármelas si no las has borrado aún.
Una de sus tareas en fotografía una vez fue sacar fotos a un 'algo' con distintas variables de exposición y velocidad. Y por supuesto, una vez más la víctima de esa tarea seríamos yo y mis ojos marrón o como él dice 'miel'. No se que tan distintos son esos adjetivos entre si, si en realidad dependen de la luz. Hay tantos de esos, por ejemplo los de Jenna son claros. No sabría definirlos entre 'verdes' o 'azules'... De cualquier manera, supongo que me dijo a mí por que sabía que no puedo decirle que no a un amigo.
-¡Ups!...- Dice en tono gracioso mientras se acomoda en su lugar.- Muéstrame la foto que acabas de tomar.
-La estoy por subir a instagram ya la verás en tu inicio en un par de segundos...- Le digo con el celular en mi mano editando la foto.
Cedric me lo saca de las manos y emite un chiflido. Me muerdo los labios y se lo saco de las manos.
-Mal educado.- Afirmo en una sonrisa. Es que no puedo enojarme por mucho más que unos segundos si se trata de mi mejor amigo. Y lo mejor de todo es que no me exige atención a pesar de conocernos tanto. Es como un hermano para mí y a diferencia de mis amigas mujeres podría decir que se le omite la parte histérica propia de las relaciones femeninas. No es que no quiera a mis amigas, todo lo contrario, solo que a veces la simpleza varonil es algo bastante admirable.
-Mientras las chicas con polleras cortas y tacos altos se sacan selfies con sus amigas o a sus looks en el espejo del living tú le sacas una foto chueca a una pileta iluminada y a una porción de columna.- Dice Cedric.- Guau, tú sí que eres una vanguardista y precursora del siglo XXI. Deberías estar en los libros Guinnes- Me dice tomándome el pelo.
-Esas fotos sirven para narrar otro tipo de cosas. Encuentros, momentos con amigos, salidas y noches. Lo cotidiano en sus historias. Pero estas fotos narran pequeñas historias escondidas en lo cotidiano.- De pronto tomo nuevamente el celular en mis manos y dejo que mis dedos escriban.
-¿Qué escribes?- Me pregunta inclinándose a mí.
Termino de escribir antes de que se acerque lo suficiente a la pantalla de mi celular y lo posteo. Presiono el botón de bloqueo y sonriendo subo las piernas a la silla.
-Oh con que te harás la misteriosa...- Empieza a decir mientras mi mirada se centra en aquel cielo negro y puro.- Está bien, tendré que meterme en instagram por mis propios medios para verificarlo...algo muy difícil de hacer.
Cedric saca su celular de su bolsillo y la luz de la pantalla empapa sus facciones. Vuelvo mi atención al frente y me apoyo sobre mis piernas.
-'Pequeñas historias en lo cotidiano y mi amigo @CedricOvertone105 es un completo idiota'.- Lee Cedric en voz alta.
Ambos reímos.
Mi celular vibra y lo chequeo. Es una notificación de un 'me gusta' de la foto de recién.
-Imposible que no me guste algo subido por @Harriet_Bryne.
Vaya que si hay algo lindo para compartir en una amistad es la fotografía y la idea frustrada de querer retratar momentos que el tiempo se apura por borrar.
-¡Harriet! ¡Ven aquí!- Me llama Peggie del otro lado de la mesa.
Me pongo de pie y me cuelgo la cartera.
-Cuando la base central llama...- Comienzo a decirle a Cedric al acercarme a su cabeza- hay que dejar todo y cumplir con nuestro deber.- Termino diciendo antes de tirarle la gorra al piso.
Camino hacia donde están las chicas pero algo me agarra la pierna.
Casi tropiezo pero por suerte no caigo, me voy la vuelta y le levanto el dedo mayor a Cedric. Él ríe y finalmente llego a donde están mis amigas.
-¿Ha llegado el momento de la vergüenza?- Les pregunto a las chicas quienes ríen entre susurros que poco logro entender pero de alguna manera entiendo qué planean.
-Haznos los honores, por favor.- Me dice Jenna.
Saco el celular de mi cartera y las observo a las tres como disimulando una sonrisa.
-Oh Dios, no maduraremos nunca- Dice Peggie tapándose la cara.
-Peggie- Comienza diciendo Renne sacándole las manos de la cara- 'madurar es para las frutas'. Y nosotras estamos muy lejos de ser frutas.
Reímos y le pongo play a la canción en un máximo volumen.
Los instrumentos de la canción de Liberty Balance comienzan a sonar en la galería de los Sarosky. Guitarra con sus juegos introductorios y luego la batería. Haciendo nuestras imitaciones de siempre nos paramos en las sillas tomando vasos como micrófonos o celulares, lo que sea que tengamos a mano. Ya sabiendo que canta cada uno de nuestros miembros favoritos cada una canta su parte, desafinadamente y en un volumen exageradamente alto aunque no llega a tapar la pista original. Bailamos y cantamos mientras Cedric se posiciona frente a nosotras para filmarnos haciendo el ridículo. Que bien se siente saber que solo nosotras comprendemos esto. Quien sea que controlaba la música en la fiesta hasta ese momento está adentro y no parecemos molestarlo. Los demás invitados toman distintas posturas frente a nuestra pequeña intervención de la vergüenza y Cedric logra filmar a algunos y a sus reacciones. Algunos se acercan y aplauden sin conocer la canción pero aún así animándonos. Otros entran haciendo caras de 'que perdedoras' y riéndose entre sí. Otros se quedan en las ventanas o entre las puertas y nos observan casi perplejos, algunos de ellos deletrean la canción o hacen el ritmo con sus manos en sus faldas, como no pudiendo controlar el hecho de que se saben la canción que detestan por que 'es de perdedores'. De pronto llega el estribillo y me paro en la mesa mientras salto y canto con mi tan desafinada y desagradable voz. Como me gustaría al menos saber ubicarla en las notas correctas, no digo tampoco cantar como Matt Sadler por que eso ya sería un milagro, sino al menos no irme al carajo con las notas. La canción habla sobre vivir el momento, saborear la noche mientras se es joven y disfrutar el hoy.
Es una de las canciones más viejas de Liberty Balance y bailarla con mis amigas me hace pensar en ellos cinco una y otra vez. Jeff en el bajo, Lloyd en la guitarra, Wade en la batería, Timmy en los teclados y Mattew en la guitarra y en las voces principales. Infinitas sensaciones de alegría, emoción y ansias.
Cedric acerca la cámara a nosotras y ríe.
-Creo que esta ha sido la mejor intervención de la vergüenza que jamás hayan hecho. Felicitaciones chicas, son oficialmente las reinas del mundo de los perdedores.
La canción llega a su fin y las cuatro nos abrazamos entre risas, transpiradas y agotadas.
-Me da vergüenza ser amigas suyas, por favor retírense de mi cumpleaños- Dice Renne tomándonos el pelo.
Nos reímos y saboreamos el momento. Es el mejor uso del tiempo que se le puede hacer mientras se está vivo.

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