El mantenía su trabajo en el bar. La mayoría de sus clientes eran fiesteros, jugaban póker, y otros solo venían a tragar penas y escuchar canciones cortavenas. Algunos hombres le pidieron poder contarles sus problemas, y con gusto él lo hacía, no qu...
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“Dulce asfalto” Viernes 21/07 • Tarde 02:15pm
—¡Hazel, ponte el cinturón, por dios!
—Deja de ser un bebe, Jacob —Me respondió divertida.
La carrera había empezado hace unos minutos, me encanta estar en el volante, pero me di cuenta que no son fanático de estar en el copiloto, siento el terror de no ser yo mismo el que maneje y sepa que no voy a sufrir un accidente causado por alguien nublada por la competencia.
—No soy un bebe, solo no me parece maduro andar sin él.
—Guao, el chico seguridad está preocupado por mí, que tierno —Me sonrió conmovida aun viendo el camino, vio por el retrovisor a Zaid cambiando a seriedad—. Si tan solo fuera como la competencia de la agencia ya hubiese ganado…
—¿Por qué? —Me dio curiosidad por qué lo decía
Ella no me respondió, solo se puso tensa en ese momento y subió la velocidad de 110km/h a 160km/h, yo en ese momento pegue la espalda al asiento por la intensidad.
Ok, entendí, no quiero escuchar la respuesta.
Zaid también le estaba intentando aplicar el modo turbo para rebasarnos, pero Hazel se lo hacía imposible, ella en cada oportunidad le impedía el paso, ya estábamos cerca de hacer la primera vuelta. Zaid casi nos pasa por un lado si no fuera porque ella subió la velocidad para seguir a la delantera.
Me estaba dando cierta desconfianza porque no sabía si había dicho eso en buen plan o por otra cosa.
—¿Sabes cuál es la peor curva? —Intente probarla con una sonrisa interesada.
—La última, solo debo dar dos vueltas a menos de doscientos kilómetros y no saldremos volando —Me contesto con una sonrisa ingeniosa.
De acá yo voy a salir traumado, Madre María Purísima.
Como se concentraba en la pista y en sus oponentes con tanta determinación sin distraerse con nada, sin siquiera que yo le diga algo, es sorprendente, jamás había visto a alguien manejar así en su vida. Unas manos tan delicadas y bien tratadas como las suyas podían tomar con tanta fuerza el volante sin maltratarlo, ya me daría miedo que me golpee con ellas.
Zaid no se iba a quedar mucho tiempo atrás, lo conocía, note por el retrovisor como aceleraba el auto y lograba entrar a otro canal llegando a nuestro lado. Hazel miraba de reojo hacia el lado que había parado con cierta molestia.
—Manejas bien, muñeca, ¿Podrás con la otra curva? —Le grito Zaid con un tono burlón mirándola con una sonrisa divertida.
—Déjate de palabrerías y cuidado con el bache.
Le respondió subiendo de velocidad pasando ese bache con rapidez, Zaid se había quedado atrás porque ni se había dado cuenta que ese bache estaba ahí. Parpadee varias veces porque Zaid jamás se despista así en la pista, voltee a mirarla extrañado por la situación y me miro de reojo luciendo una sonrisa maliciosa.
