Extra 1

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Extra Chaennie


-Jennie unnie ah..- murmuraba Rosé, sintiendo los húmedos labios en su cuello. -Estamos en público...

-Lo sé, Rosie, pero eres tan apetecible que no puedo alejarme de ti- dijo Jennie, besando ahora los labios de la menor de manera obscena. Le valía mierda que estuvieran en un parque, eran casi las 8 de la noche, no había mucha gente ahí.

-J..Jennie... esto no está bien. —la omega intentaba alejarla.

Jennie ignoró cualquier queja de Rosé y siguió con su trabajo.

-P..por favor, para- suplicó Rosé, inquieta. Un dolor en su pecho se hizo presente, pues ellas ni siquiera eran una pareja y la omega se comenzaba a sentir usada, aunque sabía que Jennie no era de esa clase de alfas que se follaba a las personas y luego las abandonaba. Sin embargo su comportamiento en ese momento le demostraba lo contrario.

Jennie se separó asustada en el momento en el que escucho un pequeño sollozo por parte de Rosé.

-Hey... ¿Qué sucede?- preguntó preocupada, alzando el rostro de la omega y viendo pequeñas lágrimas en su rostro. -¿No quieres seguir? Si te sientes incómoda, lo entenderé.

-N..no es eso, es sólo que... —la menor bajó la mirada. -Si quiero seguir, quiero sentirte completamente fundida en mí, pero es que...- Rosé no sabía cómo decirlo. -Lo que sucede es que no somos pareja aún y...

Jennie miró sorprendida y enternecida a Rosé, se golpeó internamente y abrazó a la omega.

-Mi Roseanne, perdóname- dijo la alfa, apretando más a Rosé a su cuerpo. -Soy una estúpida distraída, ¿Cómo pude olvidar algo tan importante como pedirte formalmente esto?- Se separó de la omega y tomo sus dos mejillas entre sus manos.

-Unnie- murmuró la menor.

-Rosie, bonita, ¿me harías la chica más feliz y aceptarías ser mi pareja? -preguntó la alfa, mirando fijamente a la omega.

-Oh Jen, por supuesto que sí- Rosé colocó sus manos en el cabello de Jennie y le dio un pequeño beso.

La alfa sintió un fuerte calor en su pecho y besó a la menor con más intensidad.

-Si aún no estás lista y piensas que es muy pronto, esperaré. Yo no haré nada que tu no quieras, cariño -dijo Jennie al separarse del beso.

-Gracias, Jennie- susurró Rosé, mirando a los ojos a la mayor.

....

[3 años después]

-Tranquila, amor- se quejó Jennie cuando su omega la tiró contra la puerta de su hogar y la intentaba desvestir. -¿Qué te sucede?

Rosé no contestó y, en cambio, señaló con su dedo al calendario que tenían en una pared de la sala de estar.

Jennie afinó su mirada para ver lo que estaba en rojo ese mismo día.

Abrió sus ojos con sorpresa al ver lo que decía. El celo de la omega llegaría al otro día.

-Oh. ya veo, pero llega mañana, ¿por qué estás así?- Jennie intentaba procesar todo mientras las manos inquietas de su omega terminaban de desabrochar su camisa. -¿Y por qué no puedo oler tus feromonas bebé?

-Me puse inhibidor, quería sorprenderte.-  Rosé continúo con el pantalón de su alfa. -Te quería agarrar desprevenida.

-Y vaya que lo hiciste- respondió Jennie, sonriendo, y por fin ayudando a la menor bajar sus pantalones -Esto tiene que ser rápido, quede de verme con Miyeon en una hora.

-De acuerdo- susurró Rosé, bajando sus propios pantalones y llevando las manos de su alfa a su entrada. -Estoy mojada y lista, hazlo- Y efectivamente, Rosé estaba húmeda, no tanto como en su celo, pero lo suficiente para que el miembro de Jennie entrara sin problemas.

Jennie metió uno de sus dígitos en la entrada de la omega y gruñó ante la cálida y apretada sensación.

-Voltéate, amor.- Rosé obedeció, y cuando estuvo pegada a la pared, alzó su trasero lo más que pudo. -Pero mírate, tan hermosa -. Acercó su rostro a la nuca de Rosé y besó su mordida, su lazo.

Alineó la punta roja en la entrada y la penetró lentamente. Ambas soltaron un gemido y pegaron su cuerpo lo más posible.

-V..vamos... rápido.- gimió Rosé, moviendo sus caderas.

La alfa aumentó el ritmo de sus embestidas, haciendo que la menor chocara completamente contra la puerta, generando mucho escándalo.

-Estamos haciendo mucho ruido cariño, nuestros vecinos nos escucharán.- Jennie besó nuevamente la marca y la mordió un poco -Te amo mucho Rosé... mi bebé.- Tomó entre sus manos las caderas de la menor y penetró más profundamente.

-Y..yo te amo más- dijo con voz ronca la omega, cerrando los ojos y dejándose llevar por el placer.

Ambas soltaron un grito y llegaron a un intenso orgasmo.

El nudo de la alfa se expandió y la omega soltó un gritó de placer, el nudo era un poco doloroso, pero para Rosé la sensación era placentera, sentir como algo grande y caliente se expandía en su interior y como Jennie la llenaba, era algo único y que siempre disfrutaría.

-Te amo- se susurraron al mismo tiempo y ambas rieron tiernamente.

-Me tengo que ir bebé- dijo Jennie. -En cuanto el nudo desaparezca, iré con Miyeon, y tú toma tus pastillas, no queremos una mini Rosie o una mini Jen corriendo por el departamento, ¿o si?

Rosé rió un poco cansada y asintió.

Un rato después, el nudo se deshizo y Jennie salió del interior de su omega.

-Me voy amor.- La pelinegra besó a su pareja. -¿Quieres algo?- La omega bostezó y negó, sonriendo. -Bien, descansa bebé, pero recuerda tus pastillas.

Rosé sólo asintió, intentando aguantarse el sueño, y se despidió de su alfa.

Cuando Jennie se fue, Rosé se dirigió a la habitación por sus pastillas, sacó una y se sentó en la cama. Se quejó por el dolor se su trasero y se acostó boca abajo con la pastilla en mano.

Cerró los ojos por unos segundos y se dejó llevar por la suavidad de la cama; sin darse cuenta, se quedó dormida, dejando caer la pastilla en el suelo, ésta rodó un poco, quedando debajo de la cama.

Los siguientes días la omega no se vio en la necesidad de tomar supresores ya que su alfa la consistió.

La omega dio por hecho que la pastilla anticonceptiva había sido ingerida por ella, así que pasó por alto los mareos y náuseas que comenzó a sentir unas semanas después.

Jennie estuvo tan preocupada por su omega hasta que esta accedió a ser llevada al médico.

Grata fue su sorpresa cuando el doctor les dio la gran noticia.

-Felicidades, Roseanne está esperando un cachorro.

La pareja se quedó sin habla y solamente se miraron a los ojos sin saber qué hacer. Solamente supieron que una nueva etapa y prueba para su amor había llegado. No sabían si este bebé traería problemas, pero lo recibirían con alegría y mucho cariño



Sweet Scent / Lisoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora